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Mostrando las entradas de septiembre, 2017

De la declaración de principios para la observación internacional de elecciones

Con el propósito de difundir la información técnica veraz en el tema de la observación electoral internacional, como materia de estudio del derecho electoral, acción que a la vez aspira a promover la discusión dialéctica (tesis-antítesis y resumen) que disipe los argumentos (la mayoría sin fundamentos) como producto de la conducta y práctica histórica que privilegia de manera anticipada la “canonización” o en su defecto la “satanización” de los temas como el que nos ocupa y que nos permita, entonces hacer juicios de valor que venzan el mero alegato. La declaración de 24 principios para la observación internacional de elecciones y el código de Conducta para observadores internacionales de elecciones, fue firmada el 27 de octubre de 2005, en las Naciones Unidas con sede en Nueva York. Las 20 organizaciones técnicas internacionales y especializadas como el Centro Carter, el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), el IFES, el Instituto Republicano Internacional (IRI), las

¿Quimera y placebo?

Por definición quimera, en una acepción significa “ sueño o ilusión que es producto de la imaginación y que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable que se realice” y placebo, es “ sustancia que carece de acción curativa pero produce un efecto terapéutico si el enfermo la toma convencido de que es un medicamento realmente eficaz; tiene el mismo aspecto, gusto y forma que un medicamento verdadero pero está hecho de productos inertes y sin ningún principio activo”. En síntesis la quimera no existe y el placebo es un “adormecedor” que no tiene mayor efecto que el mental. La democracia se construye con acciones concretas que pretenden ser participativas, inclusivas y sin distingo o preferencia alguna, donde el principio limitante de las mayorías, es que las minorías cuentan. Como excepciones que confirman la regla, en no pocas ocasiones la democracia se hilvana con quimeras y con placebos. De lo anterior, ninguna ideología, ¿si es que existen todavía?, pueden deslindarse de

En el mes de la Patria

Septiembre marca para el país donde habito, el 196 aniversario de la llamada Independencia. Durante ese transcurso de tiempo, la ilusión o el sueño ha sido construir un Estado Republicano y democrático, forjado en la leyenda y las gestas de aquello llamados próceres, unos con mayor porcentaje de adeptos, otros con una minoría, pero de igual, próceres. El tiempo ha servido para que producto de las prácticas no democráticas, “sui generis”, en el marco de la construcción ¿a medias? de la democracia, prevalezcan y se impongan modelos que promocionan el sectarismo, la desconfianza que alcanza el -200 por ciento (-200%) en mi escala particular, la descalificación del contrario, la galopante corrupción y su incondicional impunidad, prevalezcan sin distingo de ideología. Las taras anteriores, han forjado, forjan y seguirán forjando (no hay evidencia, por lo pronto, de mejoras) la desnaturalización y el retardo de un verdadero Estado de Derecho, donde se orienten esfuerzos para una r