de “redes”, de “líneas”… ¿y de “terminales”?
Por estas latitudes existe el Consejo Nacional Anticorrupción (por sus siglas CNA) creado considerando que “la corrupción socava la legitimidad de las instituciones públicas de cualquier Estado de derecho y que ésta atenta contra la convivencia social, el orden moral y la justicia”. En ese momento su objetivo fue y de repente sigue siendo, “apoyar” al Gobierno y la Sociedad Civil en el esfuerzo de impulsar los procesos de transparencia y auditoria social, como mecanismo de prevención, control y combate a la corrupción. La ley del 2005 que consta de 16 artículos, define entre otras consideraciones que la democracia requiere sólidas bases de transparencia y responsabilidad social, para atacar de frente el flagelo de la corrupción en todos los niveles. El CNA está concebido como un organismo independiente, con personalidad jurídica con vigencia indefinida, patrimonio propio y con jurisdicción en toda la República. Para apoyar las políticas y acciones que el Gobierno emprenda