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Mostrando las entradas de abril, 2018

de la nueva tarjeta de identidad

Por estas coordenadas geográficas la tarjeta de identidad vigente alcanzó su primer vencimiento 10 años después de su emisión y desde entonces se ha prorrogado cada cuatro años hasta la fecha. La propuesta de una nueva tarjeta de identidad reaparece recurrentemente en la palestra nacional sin muestras fehacientes del mayor interés político por los partidos mayoritarios, longevos, centenarios y ahora “mutados”. El proyecto presentado recientemente por el Ejecutivo (¿con propósitos de seguridad nacional o electoral solamente?) estima alrededor de 200 millones de Lempiras (¿?) de acuerdo a lo manifestado por un diputado oficialista, que en su propaganda partidista menciona 20 medidas de seguridad (10 millones por cada una de las bondades) y adicionalmente ofrece que con la nueva identificación “desaparecerán” las actualizaciones domiciliares, conocidos popularmente como “traslados electorales”, un asunto que no está por ningún punto ligado al tema y que al no ser real, se convie

como el hierro y el barro cocido

"El hierro es fuerte, desmenuza y rompe todo, pero al combinarse con el barro, es en parte fuerte y es en parte frágil, porque podrán mezclarse, pero nunca unirse." Por acá las alianzas políticas electorales ¿y postelectorales? no son más que la sentencia inicial de este comentario.  El neo partido mayoritario e histórico (por ser una mutación de uno longevo) gobernado como tal, unido coyunturalmente a uno minoritario de mediana edad y la participación personal (sin partido ¿por hurto o por desidia?) de una figura mediática, errática en sus posiciones privadas y públicas por la extrema presunción de competencias que realmente no posee, menos conoce. Esa mezcla ha tenido sus desavenencias conceptuales y prácticas normales, pero también “anormales” y sintomáticas que denotan la fragilidad de la misma al persistir en el error que la unidad se traduzca como UNIFORMIDAD, negando en principio que unos son “guiados” por principio revolucionarios, otros por principios socia

del acuerdo... ¿y del desacuerdo?

Por estas coordenadas geográficas tiempo después del último golpe de Estado al Ejecutivo perpetrado en junio de 2009 (definido así por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación) fue necesaria con la presión y el acompañamiento de la Comunidad Internacional, en su condición de “ortesis”, la firma del denominado “Acuerdo en Cartagena de Indias” para la Reconciliación Nacional (en su primera parte, porque al parecer y producto del colapso del sistema político electoral del 2017-18, será necesaria una segunda parte). Adicionalmente, se estableció la pretensión que el mismo permitiese en su escenario ideal (¿menos probable? confirmado por el tiempo) para la ansiada consolidación del sistema democrático como deuda pública de Estado que no tiene ideología. Entre otros detalles el acuerdo reconoce la crisis política antes, durante y después del 28 de junio que derivó la polarización de la sociedad nacional, aunada con la ejemplar sanción de la Organización de Estados Americanos (que