denis fernando gómez rodríguez

  Diez años transcurrieron desde la llegada a un proyecto doméstico familiar, iniciado con esperanza, fe, entusiasmo y como principal elemento, financiamiento. La valoración inicial representó la intención de invertir para dejar un patrimonio para la descendencia. Antes de ver y realizar este proyecto, no se pudo, porque las condiciones no reunían los mínimos necesarios. Era prácticamente un obstáculo difícil de superar, hasta que una buena tarde llegó una oportunidad por elección secundaria, que mejoró el entorno y entonces de no poderse, se pudo. La primera parte fue caótica, porque inexperto confié en un cercano al círculo familiar que resultó una mala experiencia y la primera pérdida de un cuarto de millón de razones, que al arrastrarse por años, causó incomodidades y finalmente inconsistencias que mermaron la “resistencia de materiales” de lo que pudimos echar mano. Un día tuvimos la oportunidad de llegar a un enorme espacio y una enorme distribución física, toda una amplit

  200 años y tres días después Han pasado 200 años y 3 días desde la fundación de la República por esta región centroamericana. El evento marca la emancipación, traducida como la libertad de la servidumbre o de cualquier otra subordinación o dependencia. Es valedero suponer que a la fecha, día y hora, nuestros pueblos y particularmente, el terruño que habitamos ha superado la subordinación a cualquier gobierno extranjero y se ha independizado. Lo anterior es similar a una consiga que cada septiembre 15 se pronuncia como independencia de la Patria. 200 años y días después ha habido cambios, sin duda; unas conductas han desaparecido, pero otras, solamente han mutado. La oligarquía y la aristocracia son otras; ya no existen próceres, aunque en ocasiones sus adláteres de turno, pretendan crearlos. Los fundamentos de la patria se recuerdan, se recitan, se entonan en canciones, se escriben, pero ya no se viven. La Soberanía de la República se ha vendido al mejor postor ¿o se ha regal

     Los dibujos animados propios de la niñez, de la infancia y que varían sus nombres y sus enseñanzas, como en mis tiempos de infancia. De tales recuerdo, entre la variedad, a personajes como Popeye, a Olivia, pero también a “Brutus”.      En ocasiones, como norma y no como excepción, los dibujos animados son propicios para aplicarlos a la vida real, especialmente en aquellos tramos donde ciertos personajes deforman la decencia, las buenas costumbres, el respeto, la tolerancia y las convierten en piezas de esas tiras cómicas de ayer, pero también las de hoy.      Con la época de propaganda electoral que nos ocupa, han aparecido disfunciones comúnes, agravadas por eventos como los del 2009, 2013 y 2017, que han provocado el aparecimiento de personajes con ínfulas nacionalistas y libertarias, con un enorme parecido conductual … ¿y físico a “Brutus”?, caracterizado como alguien cuyo modelo de gestión social y comunitaria se basaba en el uso de la “fuerza bruta” para cumplir con sus