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Mostrando las entradas de mayo, 2023

elección de segundo grado ¿meritocracia?

Por estas coordenadas geográficas es muy común y recurrente que los altos cargos de la administración pública deben elegirse por parte del Congreso Nacional, ahora bajo un artificio que llaman audiencias públicas a la cuales, los aspirantes acceden después de una serie de filtros que las comisiones especiales para su búsqueda, selección y elección definen como méritos. La conducta histórica no deja dudas que los procedimientos a los cuales se recurren, no son más que andamios inseguros que se esgrimen para cosméticamente y como placebo, que se elige primordialmente por capacidad, pero que terminan siendo decisiones políticas que al contar con 86 votos de los diputados en el hemiciclo pueden ser y son posibles. En la función electoral que estable la Constitución de la República deben ratificarse o renovarse a quienes dirigen la conocida como   Unidad de Política Limpia, el Registro Nacional de las Personas, el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Justicia Electoral. En la Uni

“despertarse”

  Desde hace 200 años y más, vivimos en condiciones de postración ante el recurrente círculo vicioso de la corrupción y la impunidad. Con tal estigma ha siso frecuente el acompañamiento del nepotismo de color azul, de color rojo y ahora, recientemente, el de color negro-rojo. El nepotismo es la preferencia desmedida de repartir los empleos públicos-los del gobierno- entre sus familiares. De esta disfuncionalidad histórica es difícil “sacudirnos” porque lo que prima en la pugna por el poder es solamente, al alcanzarlo, aprovecharse del mismo independientemente del color político-ideológico que se esgrima, convalidando que la moral de situación es una de las condiciones que “gobiernan” la búsqueda y el hallazgo del poder. Hace 12 años los de la estrella solitaria colmaron con sus parientes cercanos y lejanos, los cargos públicos que estuviesen a su alcance; los que hoy gobiernan o ¿desgobiernan? Emulan y con creces tal disfuncionalidad demostrando solamente que el poder “entorpece” c

¿Oclocracia?

  La oclocracia es el gobierno de una multitud o de una masa de personas a base de intimidación de las autoridades legitimas. La oclocracia se caracteriza por la ausencia al respeto a las normas civiles y a los procesos democráticos. En resumen el gobierno de la muchedumbre o de la plebe. Esta degeneración de la democracia es cada día más palpable por estas coordenados geográficas que habitamos, donde se asoman sus síntomas con una pasmosa cotidianidad que preocupa. Otro concepto que aparece en este continente es el de sadismo de estado, que de momento menciono solamente para citar otra disfuncionalidad de la llamada democracia que cada día recibe amenazas de quienes dicen ser revolucionarios-progresistas, de quienes dicen ser de centro ambidiestro y de quienes dicen ser conservadores-retrógados; todos por cierto “demócratas”. La oclocaracia es un peligro latente, no invisible, desde los inicios del nuevo gobierno de por acá, han aparecido los colectivos (y no de fútbol) quienes

"ausencia presencial"

Escribo estas líneas desde un País que padece de innumerables ausencias, es decir condiciones que no se encuentran “presentes”, como norma y en raras y contadas situaciones como excepción. Entre ellas no encontramos la probidad, la honradez, la justicia, la meritocracia para aspirar a ejercer un cargo en la administración pública, el reconocimiento de los adversarios políticos como tal, no como enemigos y así la lista innumerable de ausencias bicentenarias que nos forjan las actuales honduras que habitamos. Habito entonces, en unas coordenadas donde migran las personas connacionales por diferentes razones históricas bicentenarias y más les hacen buscar mejores nortes fuera del suelo patrio, aunque muchos de los que inician la ruta migratoria de forma irregular-no legal, no alcanzan la meta y fracasan de manera parcial o de forma total cuando expiran. Una acepción migratoria bicentenaria es una especie de “ausencia-presencial” ejecutiva, que parece ser de 200 años y los meses, más d