¿coartada?
El
diccionario de la Real Academia Española define la palabra coartada, en una de
sus acepciones como pretexto/disculpa.
Desde
la firma del Convenio para dar vida a la Misión de apoyo contra la corrupción y
la Impunidad en Honduras, el Congreso Nacional de la República ha funcionado
como una especie de sistema inmunológico del histórico y sistematizado sistema
de corrupción e impunidad.
Por
un lado el gobierno obligado, más que convencido; por la presión social que ejercicio
el movimiento ciudadano, estableció un acuerdo modificado con la OEA para
establecer ese tipo de figura como ortesis al cuasi-inexistente o deficiente
sistema judicial (de igual colapsado e infiltrado, pero todavía no depurado) en
su lucha contra esos binomio de flagelos conocidos como corrupción e impunidad.
Desde
entonces el Congreso Nacional he venido socavando la supuesta lucha del ejecutivo,
al aprobar en contubernio toda una serie de leyes que minan la eficacia de ese
nuevo antisistema, al grado que en la últimos días evocando el artículo 205
constitucional en relación a sus atribuciones como la contenida en el numeral
21, que entre otros detalles le faculta para “nombrar comisiones especiales
para la investigación de asuntos de interés nacional” y el numeral 30, que les faculta para “aprobar o improbar los
tratados internacionales que el poder Ejecutivo haya celebrado”; se han dado a
la tarea de establecer un mecanismo “prestidigitado” de evaluación de la
MACCIH, en mi juicio personal como una coartada, que le sirva de pretexto o disculpa
al Ejecutivo, para no hacer el intercambio de notas que extienda la vigencia de
tal misión.
Para
los diputados oficialistas el extenuante, pero eficiente y eficaz trabajo
realizado, ha consultado con la toda la institucionalidad y del informe
sorprende la prontitud en como lo han construido, al grado que parece más un
conjunto de “bloques de lego”, donde sus piezas solamente fueron ordenadas como
lo dejo entrever el diputado que co-gobierna, bajo quien cayó la
responsabilidad de tan “ejemplar” tarea; al grado de dejar la impresión que si
la misma diligencia existiese para otros convenios, contrato y leyes,
seguramente estaríamos dejando la opacidad, las ganancias ulteriores y todos
aquellos espectros fantasmales que provocan las acciones del sistema inmunológico
legislativo en sus pretensiones de burlar la ley, en el cumplimiento
irrestricto del dicho aquel de que quien hace la ley, también hace la trampa.
Lo anterior se ha venido
agravando porque quienes gobiernan han sido salpicados en actos de corrupción,
que bajo el ineficaz sistema histórico fueron y han sido “invisibilizados” por la ascendencia y pertenencia
política, pero que bajo el nuevo circuito anticorrupción, hoy son más visibles
y por lo tanto públicos. Una teoría indica que los legisladores nacionalistas y
quienes les hacen coro, se sienten perseguidos, porque los casos de otras
personalidades libres (que transportaron valores en carretillas, que dilapidaron
los mismo y olvidaron después) y otros liberales permanecen en modo invisible,
al parecer..
Los actos delincuenciales
los de ayer y los actos delincuenciales de hoy, son deleznables siempre, porque
la corrupción y la impunidad por acá, no tiene ideología, basta revisar el
recuento de 100 años de corrupción e impunidad que el Consejo Nacional
Anticorrupción ha publicado y se sorprenderá del latrocinio histórico del
erario, aún con la participación de aquellos reformistas que pretenden reclamar
su inmersión en el Ganges, se queda en el reclamo, nada más.
La
evaluación legislativa de la MACCIH que se resume en la no recomendación para
que el Ejecutivo renueve el convenio, parece una coartada, para que la persona continuista
que gobierna, se excuse para cerrar el archivo de tal misión.
Los
legisladores oficialistas y sus rémoras satisfechos con el informe apresuraron
el paso, como pocas ocasiones y aun cuando no sea vinculante, sea eventualmente
vinculado y persuada al responsable del intercambio de notas.
En
contraposición al Poder Legislativo ¿independiente?, la comisión bipartita del
gobierno y la Organización de Estados Americanos recomienda que se renueve bajo
revisión de criterios; lo cual pone en evidencia que las atribuciones que
eventualmente los legisladores pueden ejercer, sean más que evidentes de la
intencionalidad manifiesta por minar la tal lucha contra la corrupción y la
impunidad, que el ejecutivo ha “enarbolado”, más como ficción, que como realidad.
Al
cierre de la semana laboral legislativa, un diputado suplente lanzó un segundo
atentado para que el Congreso Nacional derogue el decreto legislativo que dio vida
al mencionado convenio. La resolución del mismo será hasta que los fatigados
congresistas se reincorpores de las vacaciones de Navidad y Fin de Año y sin
duda, que con las energías recuperadas intentaran una especie de eutanasia al
convenio que nunca firmaron por convicción, solamente por obligación y por el
cual ahora se pretenden “sacar los ojos” (como en Fábula de Jorge Luis Oviedo)
Esperemos
que antes de esa siguiente escala contra la corrupción y la impunidad, los
interesados se enreden en sus propios subterfugios y quien firma, firme no por convicción,
pero si por presión interna e internacional y por lo tanto, por obligación.
Emulando
el estribillo oficialista de aquel entonces “de cuatro
años más para la MACCIH por una sola vez …”
Sin
olvidar que si lo escrito no es real, es ficción; pero que si no es ficción, es
REAL
Denis Fernando Gómez
Rodríguez
5
de diciembre de 2019
A
12 días para la boda Gómez-Day, ¡¡Enhorabuena Denis y Heather!!
Igual número de días para
29 años de matrimonio con Sandra
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