denis fernando gómez rodríguez

               El país transita desde tiempo atrás por niveles amplios y extensos de polarización a causa de las conductas políticas de quienes presumen ser de conservadores o progresistas y representar una amplia mayoría de la población total y que a propósito, o por “anosognosia” (como acunó el recordado Gaspar V) invisibilizan a los 4-5 de cada 10 conciudadanos que repetidamente vienen manifestándose que no son de uno, ni de otro y tampoco de ninguno de la docena más dos de institutos políticos que hoy existen por este territorio.      En el resultado de la ecuación ninguno de los bandos debe presumir de bañarse una vez al año, en el Ganges. La corrupción y la impunidad han secuestrado la dignidad de la nación, el estado de derecho y la consecuente incontinencia de respetar la ley, especialmente por quienes presumen de mayor respaldo electoral actúan. Este largo proceso genera que la totalidad de crédulos e incrédulos políticos padezca de una cierta amnesia que “enseña” con los años

       A un mes y días del cierre de este 2020, la Nación se encuentra en devastación severa después del paso de dos fenómenos naturales que se han sumado a la Pandemia mundial,      Las condiciones son deplorables a nivel de vías de comunicación, de sistemas de producción vegetal, animal y los demás relacionados al campo de la agricultura. A los daños se suman industrias y personas individuales que han quedado en condición de damnificados en una realidad social-económica-sanitaria no halagadora.      El clamor de la ciudadanía afectada porque el estado acuda en auxilio es cada día más sentido y recurrente; con un reclamo porque los hombres y mujeres que desgobiernan hagan a un lado sus prácticas cleptómanas en el uso del erario y administren, por esta única vez (como suelen decir en el Congreso Nacional, cuando se disponen a asaltar la Constitución de la República o cualquier ley secundaria a solicitud de quien desgobierna o de iniciativa propia) con las “manos puras y limpias”,

  Por este territorio hemos sido azotados en los últimos meses y días por la Pandemia y por dos fenómenos naturales seguidos uno del otro, en el menor tiempo posible. El territorio y la capacidad de sus suelos han llegado a la saturación y consecuentemente al desbordamiento de los ríos para causar las inundaciones que han dejado dolor por las pérdidas humanas, por los materiales, dejando un grupo considerable de personas damnificadas y un agravante económico en la producción agrícola, ganadera para citar un par de ejemplos. Para las poblaciones afectadas ha sido una pesadilla agravada por una incompetencia histórica y hoy con una impronta muy peculiar (por actos de corrupción, impunidad, premeditación, alevosía, ventaja, incompetencia y toda una serie de epítetos que le quedan como traje a la medida) de quienes intentan gobernar y en esa “simulación” nos desgobiernan desde ya casi trece años seguidos. Por acá, todos, la población afectada y los que no hemos sufrido directamente,