“reconstrucción”

 

    A un mes y días del cierre de este 2020, la Nación se encuentra en devastación severa después del paso de dos fenómenos naturales que se han sumado a la Pandemia mundial,

    Las condiciones son deplorables a nivel de vías de comunicación, de sistemas de producción vegetal, animal y los demás relacionados al campo de la agricultura. A los daños se suman industrias y personas individuales que han quedado en condición de damnificados en una realidad social-económica-sanitaria no halagadora.

    El clamor de la ciudadanía afectada porque el estado acuda en auxilio es cada día más sentido y recurrente; con un reclamo porque los hombres y mujeres que desgobiernan hagan a un lado sus prácticas cleptómanas en el uso del erario y administren, por esta única vez (como suelen decir en el Congreso Nacional, cuando se disponen a asaltar la Constitución de la República o cualquier ley secundaria a solicitud de quien desgobierna o de iniciativa propia) con las “manos puras y limpias”, no “con las puras manos” como han sistemáticamente acostumbrado.

    Para efectos de reconstruir el paìs se ha conformado desde el ejecutivo una comisión de trece personas para que realicen funciones de un consejo consultivo en la búsqueda de recursos de la cooperación internacional y en el supuesto de coordinar cada una de las actividades que implique la recuperación nacional.

    De tal comitiva se han identificado ausencias gremiales a primera vista requeridas y que en el mejor de los escenarios se aspira, sean incorporados como fuerzas de tarea especializadas en los diferentes campos donde el análisis estrictamente técnico (no político) lo indique y requiera.

    La comitiva debe tener una hoja de ruta clara y no debe supeditarse al capricho, la terquedad, el sectarismo y el autoritarismo de quien ya suficientes años ha desgobernado y debe entonces contar con el suficiente espacio de independencia en su actuación, para que promueva la adecuada rendición de cuentas (ausente permanentemente de la historia nacional) y al lograr vencer ese obstáculo, nos prepare la transición de un desgobierno que no debe continuar y en su reemplazo, aparezca uno que sea congruente con los “anti- héroes” que hoy el país requiere. Lo anterior con la adicional esperanza que al arribar al poder no sea igual o peor de quien hoy recibe todos los epítetos posibles que desde la gestión del creador de la “criatura” y la de la criatura misma que ha confirmado una vez más que por acá, los segundos mandatos “forzados” resultan ser nefastos (como en el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, la Universidad Nacional Autónoma y las Fuerzas Armadas, para citar algunos ejemplos). 

    La pregunta en qué se convertirá el comité de notables seguirá siendo válida. A la espera que no sean más de lo mismo y peor por la instrumentalización del acto y que, al contrario, su gestión en beneficio del interés nacional (no solamente nacionalista) sirva para encontrar el espacio real que responda al anhelo del artículo 5 constitucional de la integración nacional.

    Con el escenario que la iniciativa y su gestión supere los esfuerzos erráticos de las crisis anteriores y que de por esta única vez, prevalezca la probidad y con èsta, reconstruyamos esta Nación que le pertenece también a aquel porcentaje de 4-5 de cada 10 hondureños, que desde hace un buen par de años viene diciendo que no pertenece a ningún partido político, especialmente de aquellos que en su vejez presumen o de aquellos que reclamando ser nuevos de nombre, su ADN les delata.

    Un voto de confianza a la reconstrucción de todos los daños que esta noble Patria padece, sin olvidar que también será una buena oportunidad para reconstruir la transparencia, la honestidad, la probidad, la dignidad y todos los demás valores intangibles que han sido secuestrados por quienes nos han desgobernado hasta ahora sin excepción ideológica alguna.

De Otto Von Bismarck: “La gente nunca miente tanto como después de una cacería, durante una guerra o antes de una elección”.

Si este esfuerzo no es real, seguirá siendo “ficción”, esa misma que nos ocupa y preocupa.

 

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Santa Lucía; Francisco Morazán

Honduras, Centro América

En el último jueves de noviembre 2020

 

 

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