¿” Termómetro” o “termostato”?
El próximo 14 de abril de los presentes, los Consejeros del nuevo Consejo Nacional Electoral planean finalizar el proceso primario, de acuerdo a los tiempo que la ley vigente les concede para la declaratoria de los ganadores de esta etapa. El modelo gestión de las autoridades principales se ha caracterizado por ser alta y prioritariamente político y han dejado lo técnico tan rezagado, que de pronto se han convertido en una réplica del tan criticado proceso general del 2017, que a la fecha, día y hora de este comentario, estamos en los mismo niveles o talvez más críticos de la baja calidad técnica que sentención el informe final de la Misión de observación de la OEA.
En
la reforma constitucional no se establece que el Consejo Nacional Electoral,
por el tema de asunto, sea de ninguno de los dos partidos y de la facción del
tercero que gobiernan ¿o para no perder la costumbre, “desgobiernan”? la
función electoral. Con esa consideración se “presume” que deben ser un “árbitro
imparcial” para quienes acudieron a primarias y para quienes acudirán al
proceso general de noviembre de 2021. No será mal idea que revisen los
conceptos de la Campaña de valores democráticos del 2012 y porqué el entrenador
del equipo de futbol recibió el nombre de “don Justo”, bajo la consideración
que en los bancos les enseñan a sus cajeros a reconocer los billetes falsos,
conociendo los verdaderos y no al contrario.
La
actuación de los tres consejeros ha sido más como “termómetros” (miden altas y
bajas temperaturas, nada más) y no han tenido la capacidad política, menos la
técnica para desarrollar su función como “termostato” (regula y mantiene la
temperatura óptima de los motores para el mejor rendimiento del automóvil y evitar
su fundido).
En
mayo 27, los del CNE deben convocar a elecciones generales, donde además de sus
partidos y sus facciones (unos más incontinentes en sus expresiones que otros)
participarán 11 o talvez 12, partidos más. Desde ahora; para entonces y desde
entonces los Consejeros/as deben tomar decisiones que les permitan adquirir
compromiso como “árbitro imparcial” (muy idealista y por tanto, un reto enorme
y una tarea complicada) para actuar como “termostato” que regule la temperatura
del clima político electoral que avizora una “sensación térmica” elevada, caso
contrario la exacerbación puede llevarnos a una réplica de noviembre de 2017 y
agravada por la polarización de la crisis que dista de ser resuelta.
De inmediato
a la convocatoria, se conformará el Consejo Consultivo donde los partidos
políticos y las candidaturas independientes seguirán de cerca los aciertos y
los desaciertos de las autoridades que dirigen las elecciones y allí, comenzará
un episodio de lucha entre ser transparentes o ser opacos; ser imparciales o
ser parciales; “minar” o “desminar” el proceso; confiar o desconfiar, sin
asumir lo que la nueva representación pretende de que con sola con su presencia
en los nuevos organismos de la función electoral, aparecerá por “generación espontánea”
la credibilidad, la confianza y la decencia políticamente no tienen.
El
reto y la tarea presumen una complejidad enorme donde los que dirigen el
proceso de elecciones generales deben hacer una autocrítica, que les dirija a
actuar con tolerancia a las críticas que se han ganado recientemente y entonces
orienten esfuerzos por ser menos activistas políticos y se “esfuercen” por
pretender buscar las medidas técnicas que nos alienten a pensar que los 4 indicadores
de elecciones democráticas y auténticas (inclusivas, limpias-transparentes,
equitativas y periódicas donde los resultados sean irreversibles) se cumplan.
No dudo que tal decisión no será por vocación democrática (ausente desde tiempos),
entonces aspiro y espero que sea por OBLIGACIÓN; no hacerlo nos podrá
hacer elegibles para que se escriba un complemento del libro “Cómo mueren las
democracias”…aunque la nuestra sea solamente electorera por los tres o los
cuatro personajes de siempre que nos mantienen en una versión del interregno de Gramsci donde lo viejo no deja nacer lo
nuevo.
La Biblia: “¿…por qué buscáis entre los muertos al que vive?
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