de "caja" en "caja"



Por estas coordenadas geográficas desde el inicio de su historia se registran, pero tan bien se han “olvidado” de por el sistema de justicia que se gestiona desde la disfuncionalidad histórica ejercida por la colusión de los partidos políticos y sus representantes que han intentado gobernados, pero sin duda por estos hechos delictivos e impunes nos han “desgobernado”.

El saqueo del erario ha sido sistematizados desde siempre, amparado por un sistema judicial y los diferentes entes operadores de justicia bajo el diseño y la consigna de solamente morder a los descalzos, como lo esbozo en su momento un recordado diplomático, entre muchos otros, que tuvo la dicha de conocer el sistema de corrupción e impunidad que a la fecha ha desarrollado innumerables redes, líneas y por supuesto terminales que como metástasis han consumido, consumen y aspiran al saqueo del Estado; olvidando por la “anosognosia política” acuñada por  el galeno Gaspar V, que producto del desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación ya no tan fácil mantener en el oscurantismo informativo la práctica histórica e impune.

La Patria entonces ha pasado de “caja” en “caja”, donde los funcionarios públicos (¡excepciones aplican!) y de repente, sin duda, también empresarios, o la mezcla de ambos, han tenido el “fondeo” de fondos públicos para el desarrollo personal de sus proyectos de vida. Todos éstos, por lo actuado y visto a la fecha, día y hora de este comentario, gozando de la impunidad que se ha visto obligada a “reinventarse” desde su frente máximo legal, como un “sistema inmunológico perverso” con la búsqueda de los subterfugios que no les cause el mayor daño inmediato y con la esperanza que no caduque, ni sea vencido por el diseño de un “antisistema” reciente que “combata” la corrupción y la impunidad que no tiene ideología y por lo tanto nadie por acá, debe presumir de bañarse en el Ganges.

El balance de los logros y por supuesto avances del antisistema no alcanzan a sobreponerse a lo mediático y por lo tanto placébico. Si el compromiso y las actuaciones del gobierno de combatir la corrupción y la inmunidad no es “real”, entonces es “ficción”, asumiendo que no es fácil luchar contra el mismo, contra su herencia histórica, su modus operandi y su modus vivendi.

En la memoria resurge cuando la empresa estatal de telecomunicaciones funcionó como la “caja” de los uniformados que la gobernaron y posteriormente de los partidos políticos longevos (uno ya mutado) que en sumatoria llevaron a la bancarrota y de la que ningún funcionario de alto nivel haya respondido con privación de libertad. Sin duda que el derecho al olvido, en este caso a la “inversa”, ha sido malévolamente aplicado con el contubernio de la “amnesia” colectiva que padecemos los ciudadanos que habitamos en esta zona geográfica continental.

En los años recientes apareció la caja de la seguridad social donde el mandatario de entonces sabía, pero calló como un acto de irresponsabilidad, contubernio y complicidad para no causar escándalo que dañará a su instituto político antes del proceso comicial general. Un par de años después apareció involucrado en la siguiente caja, la dama esposa del susodicho.

La siguiente caja fue la de “Pandora”, cuyo saqueo tiene a la fecha un solo privado de libertad, porque la discrecionalidad de la interpretación del delito provocó medidas diferentes a la privación de libertad a quienes en su principio de inocencia, “utilizaron” para los fines pertinentes los fondos del Estado, que son la contribución de todos los que tributamos, pero son de uso personal de unos cuantos que tienen padrinos y madrinas, a quienes no se les debe exponer públicamente como implicados (contrario a los que sucede a las personas “descalzas”, sin padrinazgo y madrinazgo que los absuelva de tal acción).

Los medios de comunicación ya comentan de la segunda parte de Pandora, que por lo actuado desde la instancia judicial, será igual formato y tendremos entonces un placebo más, de esos que nos recetan y aceptamos, que nos generan morbo y “esperanza”, pero que solamente nos aletarga la “somnolencia histórico” como signo vital nos identifica como pueblo y como Nación.

Esperemos que aparecen los votos rurales (por ser un tema de nuevo cuño) para ver las siguientes cajas del mañana, del hoy, pero también del ayer, éstas últimas “pactadas” al silencio y al “olvido”, pero que irremisiblemente aparecen como espantos que llaman por la urna extra y otros excesos que han sido cometidos por todos/as aquellas figuras y sus adláteres que nos han desgobernado como norma, no como excepción.

No debemos olvidar dos leyes de la física que son claras: (1) todo lo que sube baja y (2) todo cae por su propio peso (aún tarimas) y citando que se cumpla el adagio “que no hay mal que dure mil años, ni cuerpo que le resista”, esperamos como dice la mitología griega que, de Pandora, se desaten todos los “males” que no tienen ideología y sea la esperanza de una lucha verdadera contra la corrupción y la impunidad lo último que se pierda.
“La ambición rompe el saco”

Denis Fernando Gómez Rodriguez
29 de mayo de 2018
Tegucigalpa, Honduras; Centro América


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