de querer tapar el sol con un dedo ¿?
Los adagios no son
científicos, tampoco académicos, pero sus significados siempre encierran una
verdad acerca de la vida real. Esa que vence la “ficción”, que a diario
pretendemos construir, difundir y propagar con el propósito de invisibilizar, “maquillar”,
esconder o en el peor de las patologías, borrar las crudas realidades que se
derivan en cada uno de los rezagos económicos, sociales y políticos que nos
conminan a transitar la vida con más desaciertos que aciertos y con la
inculpación ideologizada e instrumentalizada, del resto, de los demás, menos de
nosotros.
Los que gobiernan y desgobiernan,
los opuestos y contrarios con iguales condiciones y “destrezas” o ¿ineptitudes?
cuando la coyuntura les favorece, se enfrascan en “querer tapar el sol con un
dedo” cada uno de los problemas estructurales que la nación tiene y que la
práctica nos indica, han sido “zanjadas” por aquellos que han desgobernado, sin
asepsia alguna y menos inocuidad. Las culpas recíprocas por los retrasos, los
rezagos, las carencias, las precariedades, las fugas, los éxodos y los retiros en
caravanas del suelo patrio, fingiendo “demencia” con el aparente olvido de
aquellos que desgobernados desde siempre han perdido la razón, porque les ha
ganado el hambre.
No debemos olvidar que ayer la
participación popular era condicionada/obligada por el eventual despido y por
una cierta “remuneración”, hoy la recompensa bajó y se devalúo y el estímulo estomacal
se “embolsó”. Sin embargo, ambas conductas de comprar/forzar voluntades y
apoyos son elementos de una misma patología que sin ideología particular se
propaga e infesta “metásticamente” la incipiente democracia electorera y cercena
cualquier esfuerzo por desarrollar políticas y programas de educación para la
educación de la ciudadanía democrática.
En el ir y venir de inculpaciones
como “nosotros gestionábamos mejor que ustedes o nosotros alcanzamos mejores
resultados que aquellos”, nadie asume que la ausencia de efectividad ejecutiva,
lejos de resolver el problema, lo ha agravado al grado que todo intento de
erradicación de la precariedad del desempleo, del hambre, de la inequidad en la
distribución de la riqueza, de la seguridad ciudadana, de la personal y del
resto rezagos, se esfuerzan por “querer tapar el sol con un dedo”, sin alcanzar
respuesta afirmativa como aplicación del adagio en la historia anterior y la
presente señala.
Al parecer la práctica multifacética
“de querer tapar el sol con un dedo” no terminará hoy, tampoco mañana, ni
pasado mañana, lo cierto es que los que debemos despertar somos aquellos que al
no saber que no sabemos y entonces revelarnos a la manipulación de la verdad o la nueva práctica de la posverdad,
ofrecen “respuestas” y “soluciones” que solamente procuran les creamos que
logran tapar el sol con un dedo.
De
cultura general, de la maestra Oralia Chapa:
Pensamos en ti...
El que no sabe y sabe que no sabe, es humilde; enséñale.El que sabe y sabe que sabe, es un sabio; escúchale.El que no sabe y cree que sabe, es un soberbio; húyele.El que no sabe y no sabe que no sabe, está dormido; despiértalo.
De donde la función pública, en especial y en ocasiones la privada han vestido y visten de “ocre-medio”.
Denis Fernando Gómez Rodríguez
5 de noviembre de 2018
Honduras, Centro América
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