del autoritarismo como "patología"
Entre otros enunciados, la ciencia médica
define que la patología estudia los síntomas y signos a través de los cuales se manifiestan las
enfermedades y las causas que las producen.
Para las ciencias políticas la
dictadura es el régimen político en el cual, una sola persona (autoritaria) gobierna
con poder total, excesivo y absoluto, sin someterse a ningún tipo de
limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad.
Se ha vuelto común en el Continente hablar
de dictaduras-dictadores y cabe señalar de la amenaza latente que éstas, se
conviertan en democráticas.
En el libro “Cómo mueren las democracias”, Levitski y Ziblatt (2018) identifican
cuatro grandes “síntomas” que
determinan un comportamiento autoritario… y que la práctica nos enseña ser “ambidiestra”
(la padecen en la derecha y en la izquierda).
El primero de esos síntomas, es la negativa a respetar las reglas democráticas establecidas,
debilitando el compromiso a cumplir con la Constitución y eventualmente violarla.
En sumatoria, la toma de medidas antidemocráticas como cancelar elecciones,
violentar o suspender la constitución y restringir derechos civiles o
políticos. Así como, tomar acciones extraconstitucionales para cambiar el
gobierno, provocar golpes de estado, insurrecciones violentas o protestas
masivas dirigidas a cambiar el gobierno por la fuerza y minar la legitimidad de
los procesos comiciales protestando contra la credibilidad de los resultados.
El segundo indica la negación de la legitimidad política de sus oponentes, acusándoles
de ser amenaza a la seguridad nacional, criminalizándoles y descalificándoles para
la participación política, entre otras.
El tercero va orientado a la tolerancia o a la incitación a la violencia por medio
de maras, pandillas, fuerzas paramilitares u otro tipo de organizaciones
irregulares.
El cuarto es la disposición de recortar las libertades civiles a sus opositores
políticos, incluyendo a la prensa a través de leyes mordaza que restrinjan la
protesta, la crítica gubernamental o la partidaria
Para efectos de evaluar la presencia
parcial o total estos síntomas, Usted evalúe al mandatario en su ubicación
geográfica (y también a los "aspirantes"), considerando la cobertura de la bitácora, y finalmente determinará si se encuentra a las puertas de un eventual dictador o en medio de uno consumado en pleno Siglo XXI, ambos casos como prueba indubitable de la regresión en la calidad de la democracia y como amenaza catalizadora
de la eventual muerte de la misma.
Al parecer ninguna persona que
gobierna está exenta de ceder ante el encanto del poder, del autoritarismo
y la consecuente dictadura. Resta entonces hacer esfuerzos por fortalecer
la educación en valores democráticos reales que permitan identificar esta patología
política y aprender a elegir de manera responsable, consciente e informada a
las personas que dirijan acertadamente el rumbo del Estado, así como respetar
el estado de derecho y rechazar los caminos “torcidos” del mismo, en el caso
que aplique.
Como reflexión final: “Los pueblos
tienen los gobernantes que se merecen” sentencia La Biblia.
Por “acá” y no dudo que por “allá”, deuda
histórica de Estado.
PD: La patología tienes otras acepciones, de igual.
Denis Fernando Gómez Rodríguez
23 de mayo de 2019
Tegucigalpa, Honduras; Centro América
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