“de cuando lo viejo muere y ...
... no deja nacer lo nuevo”
El título de esta opinión es
uno de los apotegmas del italiano Antonio Gramsci (1891-19379) filósofo, político
y periodista, para identificar lo que sucede cuando ocurre un interregno.
En estas coordenadas y con
la acepción local en el campo político-electoral nos encontramos en un estancamiento
morboso, que inicia desde el pasado 15 de mayo donde lo viejo del sistema
electoral –colapsado y deshabilitado- no permite que surja la nueva
arquitectura/diseño y la nueva ingeniería/funcionalidad que en el mejor de los
escenarios, permita proyectar un proceso comicial y de justicia con mejoras significativas
o mejor altamente significativas de la calidad electoral, que cumpla con los
indicadores internacionales que definen elecciones auténticas y democráticas y
se esclarezcan toda duda sobre el mismo, de acuerdo a una de las conclusiones internacionales del pasado proceso general del
2017.
A la fecha, día y hora tenemos
un interregno, no existe la vieja institucionalidad electoral, ni su ley y a “medias”
existen las dos nuevas instituciones, pero no existen sus leyes orgánicas como
un evento curioso y sintomático propio de esta georeferencia.
Entre otras acciones
morbosas, la crisis producto del interregno ha generado una insurrección
legislativa como un producto paralelo a lo que el oficialismo ejecuta como
estrategia y que en otras latitudes y altitudes al norte, llaman el “filibusterismo
legislativo”.
Las dos nuevas leyes por si
solas, no serán la panacea, requerirán de la voluntad política para respetar la
ley por parte de los tres partidos mayoritarios y de los dos minoritarios que
eventualmente, hagan coro al que gobierna. La siguiente condición será que las personas
comisionadas para administrar la organización comicial y la justicia, se “sometan”
al interés del país, antes que a los institutos políticos que llegarán a
representar… y a “defender”. Lo anterior seguirá siendo un reto y una tarea con
un escenario inocuo y aséptico poco probable, porque no existe reforma
constitucional que oriente los esfuerzos a los nombramientos por meritocracia de
aquellas personas que no sean necesaria u obligatoriamente “activistas”,
correligionarios o prosélitos.
La contratación internacional,
por aquello del “estrabismo”, ha presentado su propuesta de proyecto de ley,
basado en la sumatoria de los insumos nacionales/locales y con predominancia de
la propuesta del extinto ente rector electoral constitucional. Ahora les tocará
definir la nueva arquitectura y la nueva ingeniería electoral a las comisiones
nombradas y ampliadas con aquellas representaciones partidarias marginadas ¿o
automarginadas?, para que el congreso recuerdo su lema de ser “abierto, plural
y democrático” ¿? Y nos “saque” del interregno que nos ocupa, pero sobretodo
preocupa.
De igual se debe considerar
y no obviar la necesidad de regular la declaración del presidente electo para
que nadie se salte la barda de la transmisión de resultados electorales
preliminares y sea nombrado “arbitrariamente” antes de tiempo y tampoco “colegiadamente”,
sea nombrado horas después de lo que establezca la ley. También se debe
establecer una prohibición para las actualizaciones domicialares en tiempo
electoral y prohibir que el presidente-candidato (por aquello que por acá el continuismo
no existe, pero es) realice campaña y propaganda política, entre otras omisiones
públicas que no tienen ideología, ni nacionalidad.
Si las reformas electorales
constitucionales y electorales no son "estables y creíbles y creíbles y estables" y no dan respuesta positiva para cambiar la frase
lapidaria de la misión de observación electoral de la OEA y ratificadas en el
informe de los consultores internacionales de diciembre del 2018, las mismas
serán solamente “de-formas” y por lo tanto un placebo más a la lista.
Con la incontinencia manifiesta
en respetar la ley y en pensar en el bien del país, antes del bien del partido,
del grupo de influencia, del grupo íntimo y del bien particular, le corresponderá
a la prensa nacional, a las organizaciones civiles que al menos asomen una
cierta inocuidad y asepsia y a los ciudadanos, especialmente aquellos que hoy
representan el 45% que mencionan no tener filiación política alguna, cerrar
filas de manera real, no holográmica para vigilar el cumplimiento de comicios
inclusivos, limpios, competitivos y sus derivaciones, entre otros indicadores.
Para
la reflexión:
“La
mona aunque se vista de seda, mona se queda”
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Tegucigalpa
18 de julio de 2019
6
días después del cumpleaños de Sandra, ¡Felicidades a la esposa y a la madre de
nuestros hijos!
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