2020

 Ninguna duda que este año que se va, ha sido, es y será uno de los más difíciles en cuanto a riesgo en la historia de la humanidad. Lo curioso del asunto es que antes de su final, descubren una nueva cepa del virus inesperado causante de semejante calificación, que se puede semejarsa a la calificación de alto riesgo que los organismos financieros realizan a los países que no reúnen condiciones ideales en el manejo de sus finanzas. 

 

El año que está por irse ha dejado un sinsabor como pocos; sin embargo, una conducta ha sido constante y es la resistencia que la persona humana como enseña el derecho, para citar una rama de estudio. Lo anterior es de manera general una constante independiente de las poblaciones que han alcanzado grandes de niveles de educación o en su defecto, no han alcanzado más allá de los mínimos, no siempre deseables. 

 

Las personas hemos bajado la guardia, nos hemos relajado y por tanto, desatendido por indisciplina, por cansancio, por rebeldía o por autonegación, para dar lugar al aumento de las reuniones y aglomeraciones que nos sobreexponen a cadenas de contagio que han provocado rebrotes de la Pandemia que nos ocupa y preocupa, en estos días antes del cierre del 2020 donde han descubierto una cepa mutada que es más contagiosa, pero menos letal como consuelo. 

 

Al cierre del 2020, en los países del otro lado del océano atlántico han regresado las restricciones y en este lado, unos toman precauciones y sobre todo se esperanzan con las diferentes vacunas comerciales como la panacea para solventar la Pandemia y otros, los menos privilegiados por condiciones de recursos, pero en ocasiones los más discapacitados por la incontinencia a la corrupción del manejo de los fondos del erario, se desconfinan con la excusa de rescatar la economía como pretexto para abusar, seguir abusando y planificar más abusos y saqueos con la crisis, ahora multisectorial como excusa ejecutiva. 

 

Lo cierto es que la resistencia a cumplir las llamadas medidas de bioseguridad y distanciamiento social, no dependen de manera significativa como en la estadística, en la educación. La negación del hecho es palpable con personas educadas y con las personas no educadas, considerando que la sobrevivencia a la Pandemia implica el cambio de conductas de comportamiento social ancestrales y que de no contar con la disciplina mental requerida, ocasionara más bajas de vidas humanas que las que los entendidos en las ciencias médicas proyectan y daños más pronunciados en las economías fuertes como precarias. 

 

Así el panorama que no proyecta para olvidarse del asunto o peor invisibilizarlo, nos corresponde hacer un alto en el camino para recordar que con las últimas semanas se conmemora el nacimiento de Jesucristo para aquellos de nosotros que creemos y vivimos de acuerdo a los fundamentos de la fe judeocristiana y medio de la precariedad en sus diversos campos, no olvidemos la sencillez del mensaje del pesebre como una fuente real de la vida que trasciende a esta material, física, corpórea, donde existe confianza y fe de una condición mejor y diferente. 

 

Con el cierre del año, los mejores deseos , votos, oraciones porque en año siguiente, existan más oportunidades que amenazas y más fortalezas, que debilidades para ser levantados y enderezados en esas áreas que hoy nos vulneran el doble, sin olvidar que la Biblia habla de los últimos tiempos de la humanidad y esos momentos ya asoman y quienes confiamos como los discípulos de Jesucristo, nos aferremos a la fe en él y nos disciplinemos para seguir esperando que Maranatha o ¡Cristo ya viene otra vez!, aunque muchos lo tengan por tardanza o peor por no real o ficción. 

 

Isaías 9: 6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 

 

 

 

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez 

23 de diciembre de 2020 

Ayer 22, recordamos la fecha de nacimiento de Victoria, nuestra madre a quien seguimos extrañando, pero aceptando, su partida como parte de la vida.