"reversa"

 Por estas coordenadas geográficas, se han cumplido un año más del golpe de estado al ejecutivo como lo calificó la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación. Al rendir su informe final de gestión, acuñaron como lema, “para que los hechos no se repitan” como su epílogo aspiracional orientado a que la sociedad hondureña en general y particularmente, los partidos políticos y sus parciales aprendieran la lección y desarrollaran competencias mínimas para ser capaces de adaptarse a las transformaciones y actualizaciones que el cambio constante de las organizaciones requiere.

Desde ese fatídico hecho no hemos sido capaces de avanzar consistentemente en las tareas pendientes que de ese evento se identificaron. Los últimos doce años siguientes, son considerados perdidos para la democracia local, auspiciados por la nefasta administración del autodenominado partido político más grande y organizado del istmo, dejándonos con una democracia electorera frágil y extinguible agravada, propia para una unidad de cuidados intensivos, donde a la fecha se hacen esfuerzos para que la coma, no se vuelva punto y final, sino punto y aparte.

Los últimos doce años hemos ido en “reversa”, como nunca antes, al encontrarnos de manera constante y sostenida con calificaciones que nos sitúan en las últimas posiciones en diversas evaluaciones internacionales que se realizan en temas y subtemas de la llamada democracia.

Con el rompimiento del orden constitucional y de igual, con su restablecimiento a través de elecciones como suele suceder (no existe otra vía) , la porción de la colectividad que participa y activa políticamente en cualquiera de los espectros ideológicos no hemos logrado superar las deficiencias de origen que nos llevaron a tal cataclismo, entendiendo que en las crisis y en las multicrisis, siempre existen por lo menos dos bandos, “los abusadores y los abusados”, que similar a la dinámica grupal de “juego de roles”, pueden eventualmente, invertir los papeles o roles por una condición sine-quanon.

Con el golpe de estado al ejecutivo, las tareas pendientes de remediar se han hecho unas a medias y otras permanecen ausentes. Las reparaciones y sus techos que obligan la violación de derechos, no fueron plenamente identificadas por la administración  de aquel momento y se abrieron tantas puertas y ventanas como fueran posibles, de manera ad-libitum (sin medida) que generaron todo tipo de solicitudes, requerimientos y dispensas, al grado que 13 años después, ahora desde el otro lado de la acera del poder, se abre un nuevo episodio de reparaciones como un insaciable rezago instrumentalizado.

A la fecha, día y hora, todavía las nuevas autoridades binomiales ejecutivas, no dan señales de avanzar y sacudirse la costumbre de ir “en reversa”, porque romper las redes corrompidas de 12 años no es, ni será fácil, tampoco lo será, lidiar con las redes de 200 años y más, de donde quienes ahora gobiernan curiosamente no se pueden excusar.

A meses después de que la expresión popular mayoritaria auspiciada por el apoyo en las urnas por los compatriotas que no suspiran, ni activan por ningún partido longevo, ni derivado/mutado, tampoco de mediana edad y menos de nuevo cuño (4-5 de cada 10 compatriotas no pertenecen o simpatizan con ningún partido), se pronunció por un cambio de mando en la Nación, con la esperanza de avanzar y cambiar la ruta de ir “en reversa”; aunque todavía no atestigüemos de asomos que tengan un norte y cuya aplicación en administración estratégica implica evocar un adagio usado en alta mar, que para los marineros cuando navegan “sin norte, cualquier puerto es bueno”.

Después del recuerdo de los hechos que no se deben repetir y las reparaciones estacionales de turno, la expectativa se traslada porque la administración binomial ejecutiva, reoriente sus esfuerzos por cambios en la transmisión que nos hagan movernos de “en reversa” y trascendamos de la aparición de los “deja vu”, para tener al menos, “la sensación térmica” de sobreponernos a las dignidades locales de los modelos fracasados, como una acción afirmativa y consonante para que los hechos no se repitan y encontremos además, la ansiada reconciliación nacional, que sigue sin concretarse y ante tal rezago de cumplimiento, solamente han existido relanzamientos concurrentes que no trascienden del mero placebo; ese mismo que desde la fundación del estado nos entretiene, pero que también hoy, nos ocupa y preocupa.

A la espera porque no sigamos transitando “en reversa” y la “impunidad-impune” deje de serlo, al castigar a los corruptos-corruptores y viceversa, aunque éstos… sean de mi partido.

Al cierre:

“Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida para la república que la impunidad del crimen o la proscripción de la virtud.”   Francisco de Miranda

 

Denis Fernando Gomez Rodríguez

Honduras: Centro América

28 de junio de 2022

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