"diluvio"
Relata la Biblia que en aquello tiempos se multiplico la maldad de los seres vivientes de entonces y se comisionó-delegó a un hombre llamado Noé para que construya un arca porque el exceso de maldad y del libertinaje de entonces,-el de ahora es mayor y se conoce como nueva tolerancia- generaba el aparecimiento de un diluvio de aguas que raería-quitaría de la faz de la tierra a quienes esclavizados se deleitaban fuera de la comunión con el Dios de la Biblia.
Las
advertencias no fueron escuchadas por la mayoría de las personas que se
deleitaban en sus concupiscencias y llegó el momento donde las promesas de
lluvia se cumplieron y con las aguas la pérdida de vidas ausentes de la fe que
requería los tiempos.
Narra
la escritura sagrada que tiempo después la aguas volvieron al cauce y Dios le
prometió a Noé que nunca más mandaría un diluvio y que para efectos de ese
pacto, colocaba el arcoíris como señal de la promesa. El fenómeno natural como
señal del pacto pertenece a la fe en Jesucristo y de hecho, conmemora-recuerda
la promesa y el pacto, aunque estén los grupos de derechos de la diversidad sexual
en desacuerdo.
Sin
duda, que no existirá otro diluvio porque el Dios de la Biblia que se
diferencia del resto por la Cruz de Cristo-especialmente la vacía, porque
resucitó de la muerte-. Lo que también se ha corroborado es que la humanidad de
hoy, la del siglo xxi, es exponencialmente peligrosa, liberal y libertina. Los
movimientos de la diversidad sexual tomaron en su momento la señal del pacto de
la Biblia y la convirtieron en el símbolo de sus creencias y prácticas bajo lo
que se conoce ahora como la nueva tolerancia.
Por
estas coordenadas geográficas un hombre de fe con un compromiso y sobre todo un
testimonio público fuerte y verificable ha señalado que nos han robado el
arcoíris. Lo cierto es que como creyentes no debemos olvidar el fundamento de
la señal del pacto y que independientemente de las aplicaciones multivariadas
de hoy, la señal del pacto sigue teniendo sentido, sigue teniendo razón, sigue
teniendo propósito independientemente de las imposiciones que provocan un nueva
interpretación de tolerancia donde los derechos humanos de unos se conculcan por
otros que olvidan que ningún derecho está sobre otro al grado de imponer una
“nueva teología” que nos provoque “desfallecer” en nuestros principios bíblicos
y “aceptemos” las enseñanzas modernas, progresistas, y avasalladoras.
Por
lo visto, al cumplimiento de otros anuncios de la biblia que recuerdan que
Cristo viene otra vez, seguiremos siendo testigos de la degeneración humana, de
la celebración juniana y de la propaganda y de la reeducación liberadora de
conceptos añejos y obsoletos, patrocinada por grandes organizaciones
internacionales cuya agenda de ayudas a la mendicidad continental condiciona la
nueva tolerancia en una sola dirección, no en dos, como un disfuncionalidad
sintomática, donde los “opresores” nos convertimos en “oprimidos”, porque la
teoría solo identifica cumplimiento o exigencia de derechos grupales , no
deberes y quienes no coinciden en sus contenidos programáticos deben sufrir las
consecuencias de quienes en libertad se exceden y en libertinaje se sobrepasan.
El
respeto a la vida no tiene ideología, ni sexo, tampoco religión, entre otras cualidades
y condiciones.
Sin
duda que no sucederá otro diluvio, sin duda que la promesa de Dios se cumplirá
y el arcoíris seguirá siendo para los que creemos en el Dios de la Biblia, la
señal del pacto del Dios que no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre
para que se arrepienta.
Que
se cumplió, se cumple y se cumplirá , sea usted creyente o no creyente en la fe
judeocristriana no tiene reversión y que “Maranata”-Cristo viene otra vez- tampoco
dude, reconociendo que las señales de los últimos tiempos se siguen cumpliendo
y aunque parezcan imponerse los novedosos criterios, deben cumplirse como está
escrito y después, después lo que la sagrada escritura también identifica.
Del
adagio aquel “ni tanto que queme al santo, ni nada que no le alumbre”
Para
la reflexión final, al cierre:
Artículo
12
de la declaración de los derechos humanos
“Nadie
será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su
domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.
Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o
ataques”.
Artículo 18
Toda
persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de
religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de
creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia,
individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la
enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
11 de junio de 2023
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