Blanco, negro... y gris
En una etapa de mi vida laboral estuve expuesto a las actividades de comunicación agrícola como una novedad en la materia que me había formado en la entonces Escuela Nacional de Agricultura de Catacamas, Olancho.
Cuatro meses después de graduarme como agrónomo fui contratado como adaptador de contenidos técnicos en un programa financiado con fondos de la cooperación internacional e identificado como Proyecto de Comunicación y Transferencia de Tecnología Agrícola, con sede principal en Comayagua, Comayagua.
En esa coyuntura tuve la oportunidad de trabajar con comunicadores sociales-periodistas- y con trabajadoras sociales, debido a las funciones de investigación social y periodística que caracterizaron al proyecto.
En ese entonces, mi actividad inicial fue la de “interpretar” los contenidos técnicos-agrícolas para que los comunicadores los divulgaran a través de formatos escritos, radiales y audiovisuales. Como producto agregado tuve la oportunidad de conocer y practicar los conceptos básicos de la fotografía fija, así como incursionar en diferentes actividades aplicadas a la agricultura. Ese conocimiento y experiencia me permitió conocer los detalles y tratamientos de la comunicación con poblaciones agrícolas en particular y de la comunicación en general. Y si no puedo pretender conocer todos los detalles de tan amplia gama de tratamientos, tampoco los desconozco cómo ganancia laboral no metálica.
La primera experiencia laboral, permitió la siguiente e inmediata y se concretó cuando fui contratado como documentalista agrícola en la ahora Universidad del Zamorano, en la unidad de comunicaciones del Departamento de Desarrollo Rural, donde se abrieron las oportunidades para ya no solamente “adapatar a lenguaje comun” la información técnica-científica, sino la de producir y divulgar. En esa condición alcancé la coordinación de la unidad de audiovisuales y con la posición, surgió la inquietud y la obligación por conocer el proceso de revelado de fotografias en cuarto oscuro, las blanco y negro, las de color y las diapositivas (éstas últimas oficialmente desaparecidas de la vida laboral comunicacional y de la docente).
Entonces aprendí que las fotografías blanco y negro, tienen una particularidad y es que existen los grises y un buen revelado dependía y depende (aunque sea menos usual) de cómo se manejaban-trataban los grises. Para lo entendidos y expertos en los “cuartos oscuros”, ese era el secreto de desarrollar el ARTE del revelado blanco y negro con sus químicos y sus tiempos de exposición; el revelado a color no tenía mayores complicaciones, tampoco el revelado de diapositivas. La importancia de los grises resaltaba en la recomendación de los entendidos y expertos de entonces.
Hoy paradójicamente nos encontramos con la contraposición y “acepción” del gris en el campo de la administración pública, la del estado, que no abona positivamente y se constituye en la antítesis de la teoría administrativa, por sus malas prácticas. El gris no aporta valor agregado y representa la opacidad de todo lo que debe ser público, por su financiamiento con fondos del estado, pero que no lo es, porque en la opacidad inveterada se abren “puertas y ventanas” para la corrupción y el complemento malévolo de la impunidad-impune. Como ejemplo, recordar el tráfico de llamadas internacionales en Hondureño conocido como "tráfico gris", delito que se "perdió" en la impunidad como suele en la omisión perniciosa que no tiene ideología
Esa corrupción e impunidad-impune que quienes han intentado gobernar y hoy intentan, siempre niegan, independientemente de la ideología que digan profesar y practicar y similar a lo que sucede con las personas naturales cuando tenemos problemas o dificultades, la primera acción es la negación, la segunda, es la de culpar a los demás y después, las excusas de evasión de la responsabilidad se agravan hasta llegar a los escenarios más inverosímiles e impensables.
En el caso local, cerca de 900 días de espera porque se cumpla la promesa de campaña de quiénes ganaron la elección del 2021, de instalar una Comisión Internacional de lucha contra la corrupción y la impunidad y el asunto tiene a la fecha, más dudas que certezas y con la prospección de no concretarse porque no existe voluntad política para vencer el “modus vivendi” y el “modus operandi” de la corrupción desde el estado (desde donde además, se omite perniciosamente. “hablar” del 30% de comisión por contratos-como una especie de “extorsion” oficial como variación a la del crimen organizado)… y menos más estarás públicas fehacientes de terminar con la impunidad de lo impune.
En la temática se me consultó por un medio de comunicación acerca de la iniciativa desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras apoyada por fondos del estado y de la cooperación internacional para la creación del observatorio de transparencia y anticorrupción adscrito al Instituto Universitario de Democracia, Paz y Seguridad.
La primera pregunta fue ¿Cree usted que el nuevo observatorio anticorrupción creado por la UNAH podría servir al gobierno como argumento para no instalar una CICIH?
Celebro la iniciativa de la Academia y su propuesta de vinculación con la sociedad, esperando que su gestión esté impregnada de profesionalismo, responsabilidad y rigor científico, no ideologizado, ni instrumentalizado.
Este observatorio puede ser una acción paliativa, no remedial a la falta de concreción de la promesa incumplida de campaña, donde probablemente la CICIH no exista porque políticamente muchas de las personalidades que dicen “quererla”, son los personajes detrás de las cortinas y otros de manera visible los gestores de la coartada para desaparecer la MACCIH, en una gestión de inmediatez legislativa nunca antes vista, como excepción, a la regla y desde ese momento no más repetida. Si la recurrencia de esa inmediatez de “desmantelamiento” del antisistema que la Maccih representó, tendríamos otro tipo de Poderes del Estado gozaríamos de otras condiciones, de otras oportunidades, talvez, menos oscuras y opacas a las que “respiramos y nos ahogan”.
La segunda interrogante era si ¿el Rector recién nombrado por el partido de gobierno permitiría una gestión imparcial? Mi respuesta fue que la UNAH ha sido, es y será un espacio para hacer política, entendida ésta como Ciencia, y en ese orden y sentido, esperamos su prevalencia ante la politiquería vernácula que no tiene ideología y también nos ocupa y preocupa. Entendiendo que la gestión del observatorio de la violencia debe ser la experiencia exitosa como referente para la iniciativa del observatorio de la transparencia y anticorrupción, como materia pendiente del desgobierno anterior, pero de igual, ausente en el que nos toca padecer.
El observatorio en mención es un logro, pero también es un desafío y una oportunidad para que en el cumplimiento de sus puntos de enfoque se tengan (1) acciones concretas en la transparencia y acceso a la información pública, (2) en la participación ciudadana y la rendición de cuentas, (3) en la modernización del estado y el buen gobierno, (3) en la integridad, probidad y prevención de la corrupción y en (la investigación y sanción y no sean un mero placebo más.
De la gestión universitaria en toda su dimensión científica, educativa, de investigación y de propuesta se debe esperar la mayor rigurosidad científica, imparcialidad y compromiso de País, ese mismo que trasciende a los intereses partidarios-partidistas-sectarios y en el peor de los escenarios a los intereses de tres conciudadanos ¿o más? mal llamados “caciques” y sus intereses personales que nos han hecho profundizar las honduras del territorio por donde transitamos.
Negar la corrupción y la impunidad-impune, no soluciona el problema.
Si el observatorio Universitario de transparencia y anticorrupción no es real, será ficción
Honduras-Centro América
18 de junio de 2024
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