de la ilegalidad que no tiene ideología
El comportamiento político electoral del país ha sido similar al 2016 y con asomos agravados de mayor degradación. La ilegalidad que no tiene ideología es una constante (sin asomos por lo pronto de cambio) como modelo de conducta aceptada pasivamente, aunque en momentos activa que ha producido componendas de acuerdo a “la moral de situación” que les afecta o les beneficia a las instituciones políticas mayoritarias. Para un representante de la cooperación internacional, el país debe realizar una reingeniería de su marco político-electoral, que obviamente implica otros cambios en el llamado Estado de Derecho. Para algunos connacionales lo anterior pasa por un nuevo pacto social y por una nueva Constitución ¿cómo quimera a la disfuncionalidades que nos reencuentran con la escisión de la sociedad desde el 2009, agravada por el cinismo de la provocación, de la anarquía controlada, la eventualidad de la protesta –pacífica-, lo grotesco del saqueo (en su dimensión política y en la d