La “intervención” registral y las expectativas civiles
Por este suelo continental se
prepara una “intervención” a la institución de seguridad nacional denominada
Registro Nacional, como de costumbre las dudas son mayores a las “certezas” en
relación a las verdaderas motivaciones que puedan tener los partidos “representados”
en el directorio ejecutivo del mismo y quienes promueven en el poder legislativo
(con minúsculas por la fuerte teoría que los poderes del estado de este suelo,
están “fundidos” en uno solo desde hace un par de años.
Es enorme “alud” de dudas históricas generadas por los políticos y sus partidos tradicionales, longevos y ahora “debilitados” que han cooptado a través de la distribución tripartita y sectaria de la institución de seguridad nacional hasta el grado de socavar su credibilidad y profesionalismo en el proceso registral y los demás relacionados que de allí se derivan dejando a la institución en la mayor fragilidad institucional a la merced de grupos irregulares que gestionan al interno la identificación fraudulenta de grupos irregulares internacionales desde sus inicios en el 2004 y hasta la fecha, día y hora de este comentario.
Ante tal desvaloración mal intencionada, de forma premeditada y ¿por qué no? anosognósica, las organizaciones civiles organizadas han presentado a la opinión pública nacional una serie de expectativas ¿o exigencias? a los partidos políticos representados en el Congreso Nacional y especialmente aquellos con la capacidad de “manipular” voluntades, no por persuasión natural, pero si por “disuasión” histórica para que antes de emitir el dictamen que de “luz verde” a esa intervención registral, consideren los siguientes aspectos:
Las organizaciones firmantes del comunicado establecen que la gestión política sectaria que niega por definición y desde siempre los verdaderos intereses de la ciudadanía en general, han derivado en la falta de confianza y credibilidad institucional y por lo tanto, cualquier intervención debe orientarse a la revisión exhaustiva y solución de los problemas de forma y de fondo en la pretensión de rescatar y resguardar el sentido correcto de su rango de institución de seguridad nacional.
El comunicado establece que la expectativa desde las organizaciones civiles organizadas es que la intervención genere una sistema confiable y seguro para la emisión de la nueva tarjeta de identidad (obsoleta desde hace un par de décadas en su vigencia y en el sistema que la genera y soporta, mantenida vigente por decretos de interés electoral en su interpretación más mínima) que busque la inclusión en los actos registrales de aquellos grupos poblacionales que históricamente han sido excluidos y por lo tanto vulnerados por aquellos institutos políticos que han intentado gobernar o en su despropósito personalista y sectarios, nos han “desgobernado”.
El comunicado identifica que las organizaciones civiles agrupadas en la plataforma exigen la despolitización del Registro Nacional en su condición de botín de dos partidos longevos y uno de mediana edad y bonsái, como combate inmediato a la corrupción registral ¿y la impunidad? en contraposición a la conducta histórica y a los asomos en los discursos de los que hoy “urgen” una visión política-electoral y obvian la trascendencia en seguridad nacional y en la utilidad que el documento de identificación nacional tiene en una multiplicidad de campos del diario nacional.
Las organizaciones firmantes pretenden persuadir a los legisladores que conforman la comisión de dictamen, para que las personas interventoras reúnan como mínimo los requisitos de independencia y autonomía, por lo cual no deben haber sido, menos ser dirigentes políticos o activistas visibles ¿e “invisibles?, ni ser “delfines” de grupos de poder.
En segunda instancia, identifican que las personas a nombrar tengan una trayectoria pública y privada con la mayor asepsia en participación delincuencial, de corrupción y sin asuntos pendientes con la ley. Como tercera consideración las personas electas deben tener competencias profesionales y una vasta experiencia de actuar profesional y responsable en beneficio institucional y no personal, ni de grupo.
Al cierre de la exposición las organizaciones civiles, empresariales, la academia y demás gremios confluyentes en la iniciativa reclaman el espacio de participación para la veeduría social y la auditoría ciudadana a la intervención registral que provoque rehabilitar la institucionalidad registral en beneficio de la colectividad.
El planteamiento civil y académico es oportuno, pertinente y propicio para que los partidos legalmente inscritos consideren ser persuadidos para tomar las mejores decisiones no partidarias-sectarias y la oportunidad de cambio sea aprovechada de la mejor manera; lo contrario ocasionará mayores “deslaves” que generen entregar al país a grupos irregulares de “cuello blanco”, pero también de “cuello negro”.
De cultura general
Es enorme “alud” de dudas históricas generadas por los políticos y sus partidos tradicionales, longevos y ahora “debilitados” que han cooptado a través de la distribución tripartita y sectaria de la institución de seguridad nacional hasta el grado de socavar su credibilidad y profesionalismo en el proceso registral y los demás relacionados que de allí se derivan dejando a la institución en la mayor fragilidad institucional a la merced de grupos irregulares que gestionan al interno la identificación fraudulenta de grupos irregulares internacionales desde sus inicios en el 2004 y hasta la fecha, día y hora de este comentario.
Ante tal desvaloración mal intencionada, de forma premeditada y ¿por qué no? anosognósica, las organizaciones civiles organizadas han presentado a la opinión pública nacional una serie de expectativas ¿o exigencias? a los partidos políticos representados en el Congreso Nacional y especialmente aquellos con la capacidad de “manipular” voluntades, no por persuasión natural, pero si por “disuasión” histórica para que antes de emitir el dictamen que de “luz verde” a esa intervención registral, consideren los siguientes aspectos:
Las organizaciones firmantes del comunicado establecen que la gestión política sectaria que niega por definición y desde siempre los verdaderos intereses de la ciudadanía en general, han derivado en la falta de confianza y credibilidad institucional y por lo tanto, cualquier intervención debe orientarse a la revisión exhaustiva y solución de los problemas de forma y de fondo en la pretensión de rescatar y resguardar el sentido correcto de su rango de institución de seguridad nacional.
El comunicado establece que la expectativa desde las organizaciones civiles organizadas es que la intervención genere una sistema confiable y seguro para la emisión de la nueva tarjeta de identidad (obsoleta desde hace un par de décadas en su vigencia y en el sistema que la genera y soporta, mantenida vigente por decretos de interés electoral en su interpretación más mínima) que busque la inclusión en los actos registrales de aquellos grupos poblacionales que históricamente han sido excluidos y por lo tanto vulnerados por aquellos institutos políticos que han intentado gobernar o en su despropósito personalista y sectarios, nos han “desgobernado”.
Las organizaciones civiles organizadas
demandan una profunda revisión de la ingeniería registral diseñada y alude a la
posibilidad de una reingeniería (que técnicamente tiene implicaciones mayores a
los que comúnmente se interpretan en el uso del término) institucional o en el
mejor de los escenarios a combatir las disfuncionalidades administrativas, las “redes”,
las “líneas” y ojalá las “terminales” de tráfico registral irregular que se han
“parapetado” y “parapetan” hasta la fecha. Realizada la pretensión anterior
esperan como resultado una nueva tarjeta de identidad y demás documentos
registrales con sus procesos debidos de licitación internacional e
internacional en cumplimiento de los indicadores internacionales de
transparencia y se venzan los “fantasmas” sectarios y políticos de siempre que
transitan hasta la creación de empresas “hologramales” y las asociaciones de
las personas de siempre y las de ahora, de reciente aparición que no tienen
ideología.
El comunicado identifica que las organizaciones civiles agrupadas en la plataforma exigen la despolitización del Registro Nacional en su condición de botín de dos partidos longevos y uno de mediana edad y bonsái, como combate inmediato a la corrupción registral ¿y la impunidad? en contraposición a la conducta histórica y a los asomos en los discursos de los que hoy “urgen” una visión política-electoral y obvian la trascendencia en seguridad nacional y en la utilidad que el documento de identificación nacional tiene en una multiplicidad de campos del diario nacional.
Las organizaciones firmantes pretenden persuadir a los legisladores que conforman la comisión de dictamen, para que las personas interventoras reúnan como mínimo los requisitos de independencia y autonomía, por lo cual no deben haber sido, menos ser dirigentes políticos o activistas visibles ¿e “invisibles?, ni ser “delfines” de grupos de poder.
En segunda instancia, identifican que las personas a nombrar tengan una trayectoria pública y privada con la mayor asepsia en participación delincuencial, de corrupción y sin asuntos pendientes con la ley. Como tercera consideración las personas electas deben tener competencias profesionales y una vasta experiencia de actuar profesional y responsable en beneficio institucional y no personal, ni de grupo.
Al cierre de la exposición las organizaciones civiles, empresariales, la academia y demás gremios confluyentes en la iniciativa reclaman el espacio de participación para la veeduría social y la auditoría ciudadana a la intervención registral que provoque rehabilitar la institucionalidad registral en beneficio de la colectividad.
El planteamiento civil y académico es oportuno, pertinente y propicio para que los partidos legalmente inscritos consideren ser persuadidos para tomar las mejores decisiones no partidarias-sectarias y la oportunidad de cambio sea aprovechada de la mejor manera; lo contrario ocasionará mayores “deslaves” que generen entregar al país a grupos irregulares de “cuello blanco”, pero también de “cuello negro”.
Si la intervención registral
para el fortalecimiento del RNP no es real, será “ficción” … esa que no “arropa”,
sobrepasa y condena.
De cultura general
“Hay
dos maneras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo
inevitable”.
Denis Fernando Gómez
Rodríguez
7
de agosto de 2017
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