¿más salud?



He comentado con anterioridad que en estas esta latitud y altitud quien gobierna ¿o desgobierna? se ha empecinado en los últimos años en enormes inversiones públicas ¿o gastos? en materia de seguridad nacional y seguridad pública que hacen parecer nos mantenemos en estado de guerra. Lo anterior por supuesto ha sido y es inversamente proporcional en la inversión estatal en salud y en educación:

La pandemia actual ha constatado que lo que el país en realidad confronta es una grave, lesiva y privativa enfermedad mundial que se agudiza en este territorio precarizado en el derecho a la salud como un bien público y que obligatoriamente nos hace contrastar el costo-beneficio de los pertrechos, de las bombas lacrimógenas, de la aeronave presidencial y de un buque de guerra como corona de las excentricidades de la ascendencia militar que presume quien debe dirigir el país en el cumplimiento de los 45 numerales y más del artículo 245 constitucional.

Todavía hay tiempo para enmendar los “sinsentidos” como los de Alicia, y reorientar el presupuesto de la República como una de la grandes y mayores decisiones en mejorar la infraestructura de hospitales que existen (no los 96 del decreto), de los centros de salud y demás estructuras que funcionan en el sistema de salud ¿o cuasi-sistema? donde la prevención, al igual que el trabajo contra la delincuencia no existe y entonces se orienten los recursos necesarios (los propios, los prestados y los donados) para la compra a “precios no alterados” de las medicinas (no de harina), de los insumos médicos, de los ventiladores reales y necesarios-no los que hallaron… y compraron- de los trajes y accesorios para la bioseguridad y quienes deben enfrentar la amenaza a la vida, desde la primera trinchera tengan mejor escenario para “aplanar” la curva o las curvas.

Sin duda que al Ejecutivo le deben acompañar sus parciales en el Congreso Nacional (¿abierto, plural y democrático, dicen?) en primera instancia y seguidamente los no parciales y que con la misma celeridad, prontitud, inmediatez, prestancia y efectividad con la cual actuaron en la coartada contra la Maccih, procedan de manera virtual o presencial, a la cancelación de la tasa de seguridad y en su lugar promulguen o decreten la tasa de salubridad y de educación y en un segundo acto de prestidigitación con voluntad política, revisen el Presupuesto de la República y orienten el mismo a la lucha contra la pandemia y a la recuperación de la población nacional (no solamente la partidaria y parcial) en su derecho a la salud como bien público, pero también en su derecho al trabajo, a la seguridad alimentaria, a la seguridad social y al goce de sus derechos humanos en medio de cualquier restricción temporal, pero sobre todo legal, como lo han planteado conjuntamente los partidos políticos Liberal y PINU-SD.

El reto planteado no es fácil para quienes gobiernan y aspiran a hacerlo (si lo continuo no se impone), de suceder ocupará de mucha voluntad política y de la mayor actitud de desprendimiento de los elevados egos personales y de un “asomo” ¿talvez? de renuncia a los “caprichos” militarizados que marcan a “paso redoblado”, un proceso involutivo acelerado de la llamada democracia (electorera) y eventualmente la amenaza de constituirse (con la excusa de la emergencia por la pandemia) en una perfecta dictadura… pero democrática, para consuelo de pocos.

De no suceder mayores cambios a las actitudes expuestas en el “cuasi-manejo” de esta crisis, debemos esperar resignadamente el cumplimiento del adagio aquel que dice: “donde no hay cabeza, todo se vuelve rabo” y entonces esperar el cumplimiento de esos escenarios ejecutivos que a la saciedad han repetido y repiten tras cada anuncio de las cadenas que nos atan a la alta discrecionalidad, al incumplimiento del principio de publicidad y al sobrevalorado descaro del secreto, del oportunismo, de la avaricia y de la mentira como antivalores y que de momento… de momento, buscamos como derogar.

Entonces: ¡menos armas…más salud!


Denis Fernando Gómez Rodríguez
Tegucigalpa, Honduras
11 de abril de 2020
¡Feliz cumpleños Sandra Eloisa!


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