del ego
Una de las acepciones que el diccionario de la Real Academia de La Lengua, describe el ego como un exceso de autoestima. Esta es una manifestación muy común en la arena política local. Se percibe a nivel “cuasi-ególatra” en los estadios más iniciales y en sus manifestaciones más patéticas, totalmente ególatras.
Entre la sintomatología públicas, aparece un sentimiento de autosuficiencia, de amnesia colectiva e individual; de descalificación automática de la pluralidad y de la diversidad, llegando en ocasiones a la intolerancia y al reclamo de patentes en temas específicos de la agenda diaria nacional.
El ego de momento evita idealmente que los grupos políticos no afines a quienes co-desgobiernan junto con sus remoras-saprófitas, puedan vencer en principio el ego de sus dirigentes principales quienes aspiran que en la sumatoria de esfuerzos, voluntades y capacidades, todos los demás, les hagan cortejo, porque sienten supremacía por razones de edad, por el volumen de votantes, por los apoyos coyunturales no partidarios o por cualquier otro pensamiento producto de una calentura próxima al delirio y muy, pero muy cerca de la convulsión.
Unos se proclaman como los únicos y genuinos opuestos, que en la sombra de la noche o en la zona gris, entre lo blanco-negro, no dialogan, pero negocian; otros aupados por sus sombras de turno, se atribuyen condiciones y presumen posiciones de ser los únicos que se bañan en el Ganges y adquieren un grado de asepsia e inocuidad que les vuelve irresistibles. Lo cierto es que mientras esas delirantes conductas permanezcan, será difícil platicar, después dialogar y al final del ejercicio encontrar los puntos de unidad a pesar de la diversidad y se corre el enorme riesgo de no lograr la Sinergia política-electoral, donde el producto final de las unidades siempre sea mayor al valor individual de las mismas.
El reto será que cada una de las personalidades que hoy presume su ego, se despojen al negarse a presumir sus propias vanidades y ojalá, por el bien del País, hagan más que gestos artificiosos.
Una eventual alianza de fuerzas políticas tan disímiles, como acotó un representante extranjero, debe pasar también por el respeto qa ue le ofrece la ley de la fuerza que no tiene tanto peso electoral, histórico o mediático, pero que eventualmente aportará la decencia que los anteriores no han tenido, menos tienen. De ser eso posible, se podrá realmente a aspirar por un cambio de mando cuyo reto inmediato debe ser recuperar la democracia del flagelo del crimen organizado, recuperar el Estado de Derecho, la dignidad y la Soberanía del País, esa que han violentado y violentan en pedazos que se venden en beneficio de quienes saquean el erario y gozan de la impunidad que nos ocupa y preocupa.
Un voto no rural de confianza, para que en bien del país, quienes deban reconocerse, lo hagan; se despojen de su ego personal y del colectivo y venzan esa amnesia que por ahora les hace reclamar que los votos alcanzados son producto de exclusivos y a otros les hace que el 67% del financiamiento de la candidatura de ayer, fue de quien les sirvió de hospicio. El ego, ese exceso de autoestima de momento les aleja y si no deponen a tiempo sus excentricidades, les hará ir por diferentes caminos que seguramente no concitarán para recuperar la alternabilidad en el poder e intentar adecentar esta política que de momento, pero también desde ya días, nos apena porque el síndrome de Estocolmo ha generado en algunos opuestos, una cierta postración y peor, la sensación térmica de indefensión.
Romanos 12:3: “… a cada cual que está entre vosotros, que no tenga mas alto concepto de si que el que debe tener, sino que piense de si mismo con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Santa Lucía: Francisco Morazán
13 de febrero
Una fecha y un día como hoy, hace 28 años, se nos adelantó en la partida, nuestra recordada madre Victoría Rodríguez. Nuestras mejores memorias y nuestro agradecimiento por tanto y por todo.
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