Ningunear
Las dos acepciones de la palabra se definen como (1) no hacer caso de alguien, no tomarlo en consideración y (2) menospreciar a alguien. En ambos casos es una actitud planificada con premeditación, alevosía y ventaja por quien practica este tipo de conducta.
La
actitud es muy común en las diversas latitudes que conforman este espacio
físico que habitamos. En el caso particular de esta franja territorial es una
conducta de mucha aplicación en el campo político donde se expresan públicamente
por diferentes razones, entre éstas, las más comunes: (a) El orgullo,-la
presunción- y el ego partidario porque son institutos políticos de cien años y
más de fundación (aplica para las mutaciones de los mismos) y (b) en otras
circunstancias el ego personal-“mesiánico” que asume y presume de mediático, con una proyección sobredimensionada de apoyo que
de no ser real, es ficción.
Ambas
acepciones no suman para hacer verdaderos esfuerzos para provocar acercamientos
que trasciendan las acostumbradas negociaciones (algunas de ellas en plena
oscuridad) con otros institutos políticos que padezcan de esas “virtudes” presumibles
y que por esas ínfulas y la costumbre de ningunear dificultan establecer
verdaderos y democráticos acercamientos que provoquen diálogos-consensos-negociaciones
y concreten en el mejor de los casos alianzas parciales (de momento las totales
solamente están plasmadas) aunque en esas fiebres que provocan elucubraciones
algunas personalidades reclamen coaliciones electorales, que corren el riesgo
de convertirse en colisiones eventuales.
De
momento y a escasos seis días para que lo que se llama ahora Consejo Nacional Electoral
convoque a las elecciones generales del 28 de noviembre de noviembre, también
se vence el plazo para que de manera particular el PINU-SD presente alguna
eventual alianza parcial con otro instituto político, lo que se percibe es el mismo
“ninguneo” del 2017 y el nuevo “ninguneo” dirigido por mentes “neocolonialistas”
donde la única, original y verdadera Socialdemocracia a pesar de su edad media,
de su historia legislativa en especial, de ser considerada la reserva moral de
la política local sea vista, como “eventual comparsa” que debe contentarse con
asentir solamente las propuestas de los “alumbrados” quienes aspiran todavía
hoy, a intercambiar espejos por confianza y reflejan su precariedad en madurez política
por ese irrespeto-desconsideración y menosprecio provocado por la miopía que
les impide reconocer la enorme distancia de la asepsia, de la inocuidad y de la
reputación de quien obviamente “ningunean”.
El
reto para el PINU-SD es vencer el “ninguneo” que provenga de los partidos “longevos-centenarios”
o de uno “neonato” (cuya tarea inmediata es no convertirse en “mortinato”, como
al que en similar fundación y formación le antecedió) y entonces logrará hacer prevalecer
sus derechos, sus deberes legalmente reconocidos… pero también su historia de
42 años que le coloca en un sitial donde el resto no alcanza, por mucho, a
llegar.
De Francisco de Quevedo-. “La soberbia nunca
baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”
Honduras; centro América
20 de mayo de 2021
De donde el cinismo de la mentira ejecutiva sobreabunda.
Excelente apreciación, don Denis. Sin embargo, está también la otra posibilidad: convocar de inmediato al resto y liderar la Coalición político-ciudadana de la Oposición... la honestidad y el liderazgo de doña Doris Gutiérrez atraerá a la mayoría de todos los sectores y grupos que existen, de eso estoy seguro. Los buenos se irán uniendo en el camino, el ejemplo arrastra.
ResponderBorrarExcelente comentario, el partido PINU-SD es indudablemente un referente de honestidad, rectitud y con fuertes convicciones, eso se refleja en las acciones intachables de sus representantes y fundadores, 👍👍
ResponderBorrarBuen post.
Éxitos