del Síndrome de Peter Pan
El diccionario de la lengua española define la palabra Síndrome en una de sus dos acepciones como “conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o de un estado determinado”.
“Peter
Pan”, de manera abreviada es un personaje ficticio que a su joven edad no crece
y odia el mundo de los adultos. Adicionalmente, vive en un país poblado por
piratas indios, hadas y sirenas. Es de personalidad
inmadura, egocéntrica, egoísta, con un miedo a hacerse adulto y vivir en un
mundo lleno de reglas y límites.
El Síndrome de Peter Pan, se caracteriza por la
inmadurez en ciertos aspectos psicológicos como inmadurez, narcisismo, irresponsabilidad,
rebeldía, cólera, arrogancia, dependencia, negación del envejecimiento y la
creencia de que se está más allá de las leyes de la sociedad y sus normas.
Para los efectos de este comentario aplica la acepción en el
campo político-electoral local (que de no ser real, será ficción) donde existen
personajes que denotan rasgos-asomos de un tipo de síntomas de este Síndrome.
Sin duda, que los tiempos que nos “arropan” y sobrepasan, permiten ver sin
distinción ideológica, a un buen número de dignidades (como dicen por el Sur de
este Continente) por este patio local, con algunas personalidades que
interpretan roles similares a los ficticios como “piratas”, “indios”, “hadas”, “sirenas”…
y de repente “alebrijes”.
En las últimas semanas se ha confirmado quienes no han logrado
superar la “edad política” para asumir los retos y han convalidado los síntomas
de su egocentrismo, inmadurez, arrogancia e irresponsabilidad como principales “virtudes”
y que muy probablemente hayan definido ya, su epitafio de muerte
política-electoral.
De renuncias personales, con afectación partidaria, con
consecuencias estatutarias “omitidas” de momento, con reclamos y coacciones “post-mortem”
de acompañamiento “cuasi-obligatorio”. ¡Plop! Como Condorito.
Que el anhelado cambio político-electoral no sea solamente de
COFRADIA en su acepción perversa.
De William Blake: “Nunca perdió más tiempo el águila que
cuando escuchó los consejos del cuervo”
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Honduras; Centro América
23 de octubre de
2021
(1)
De la aceptación del ninguneo
como modelo de gestión institucional inveterada.
(2) De pasar de la negociación
como “mala palabra” a la mala negociación… y peor.
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