del pesebre

     Por estas coordenadas, como en otras, en esta tiempo del calendario se recuerda, de manera simbólica y tradicional , por ser fechas y estaciones diferentes, el nacimiento del Mesías de la Biblia en la fe judeocristiana. Para aquellos como quien escribe autodefinido como cristiano, evangélico, protestante (todavía), confeso y practicante la celebración del nacimiento de Cristo es importante y determinante para la humanidad, esa misma que desde siempre corre de manera imprecisa y liberada en comportamientos que confirman y reconfirman desde siempre, la necesidad de la redención ofrecida desde el evento del pesebre.

    El mensaje del pesebre fue y sigue siendo sencillo y como tal, ha sido y es incomprensible, inconcebible y rechazado por algunos. En esencia siendo Rey, eligió nacer como pobre, al grado que no había cupo en el mesón y fue necesario ocupar entonces, el pesebre. El modesto y desvalorado pesebre sirvió para que la humanidad tuviese memoria del nacimiento de Cristo como un acto que divide la historia en antes y en después; donde de manera adicional, al irrumpir en la misma, nadie la puede negar, aunque se quiera, aunque se hagan los mayores y más grandes intentos por borrar el evento.

    El mensaje del pesebre es tan sencillo, que la parafernalia en el tiempo no lo ha logrado desdoblar, al grado que los creyentes dubitan entre lo sencillo y lo ostentoso, como una dicotomía de la antiguedad y de la modernidad. El no ha cambiado, tampoco cambiará por mucho que incomode, por mucho que se pretenda modernizar el mensaje y la práctica de la fe, seguirá siendo el mismo, el del mesón, el del establo, el de la sencillez pero también el de la trascendencia y el de la eficacia para suplir el vacío que la vida tiene, especialmente cuando no nos hemos negado a nosotros mismos para menguar y que el Mesías, el del pesebre, crezca y nos transforme de hombres y mujeres con corazones de piedra a seres humanos sensibles a obedecer sus mandamientos, amar al prójimo y buscar el reino de Dios y su justicia Dios, para que lo demás sea añadido.

    Que en esta época del año, busquemos la comprensión plena y la aceptación del mensaje del pesebre, ese mensaje de esperanza que ofrece libertad a los cautivos de sus pecados, paz con Dios, Salvación, vida en abundancia y vida eterna. Este será el mejor obsequio jamás recibido, independientemente de las circunstancias del entorno, de tener o no tener.

¡La Navidad es Cristo!, nada más.


Que de igual, alcancemos a exclamar en nuestras vidas que "es necesario que él crezca, pero que yo mengue" San Juan 3:30


Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras; Centro América

13 de diciembre de 2021

Y en semanas se irá diciembre 2021 y vendrá el 2022


  

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hasta después doña Gabriela

de Alicia y sus intenciones de nacionalizarse

de la percepción