35 años después

 Han transcurrido 35 años de nuestra graduación como agrónomos de la Clase de 1987, en la entonces Escuela Nacional de Agricultura. La clase adoptó el nombre de “sui generis” de “Terminator”, como el resumen de la sana intención por acabar con las tropelías históricas que tradicional e históricamente se practicaban en reclutamiento para los estudiantes de primer ano, entre otras disfuncionalidades del contexto encontrado en el año de 1985.

35 años después, del grupo inicial de compañeros, finalmente nos graduamos 33 profesionales como Agrónomos, de los cuales, el recordado compañero Amílcar Mendoza (QDDG) ha pasado a la presencia del Señor, por causa de la Pandemia del Coronavirus.

35 años después, las máximas autoridades de la ahora Universidad Nacional de Agricultura, han determinado que el próximo sábado 10 de diciembre del año en curso, se hará un reconocimiento honorífico del título de Ingeniero Agrónomo en reconocimiento a los 30 años y 5 más, de los que finalmente alcanzaron el vagón que les permitió llegar a la terminal del tren, como en su momento lo ilustraba el compañero Javier Girón y que han aportado al país desde diferentes y multivariados campos del saber, especialmente de aquellos que han logrado en este lapso de tiempo culminar sus estudios de Ingeniería, de Maestría y de Doctorado, pero también del hacer en la gestión pública, en la privada y en los proyectos personales.

35 años después, se prevé que cerca del 50% y más, asistamos a la ceremonia prevista por las autoridades máximas de nuestra Alma Mater y sin duda, será un momento interesante y emotivo después de tanto tiempo de haber llegado en edades juveniles y regresar en edades ya cercanas a la edad de la jubilación laboral, acompañados la mayoría por sus consortes y descendencia.

35 años después, la vida sin duda, nos ha cambiado la existencia, para bien y de repente, para no tan bien, como un proceso normal de la vida, sin embargo y a pesar de las vicisitudes, de las coyunturas favorable o no, se espera que la conciencia aquella que nos motivó desde el nombre de la clase, a “intentar” cambios en la vida académica y social de la entonces ENA, si no podrá ser la misma, al menos, permita que la identificación mediante “marcadores tumorales” de aquella conciencia disruptiva y “sui generis” para la época y la costumbre e identifiquen los rasgos, las trazas y los genes del compromiso social de una clase diferente, incomprendida y sacrificada en los resultados adversos de no haber trascendido y superado las disfuncionalidades que hoy, en pleno siglo XXI, se siguen escuchando, con padrinazgos políticos rancios y enquistados de exdiputados del Departamento de Olancho, de las nuevas generaciones, genotípicamente iguales y fenotípicamente diferentes (por el color político de la bandera que enarbolan) y que obviamente no lograron que su práctica perniciosa politiquera-partidista-sectaria pasará del Espino y menos saliera de los límites de Campamento.

35 años después, lamentablemente, la Universidad Nacional de Agricultura del Estado sigue bajo los efectos de una clase política que viste de ocre-medio, independientemente de la filiación, al grado que de la crisis última y la solución intervencionista legislativa de aquel entonces, generó una nueva crisis que intenta ser solventada mediante la arbitrariedad que acostumbran quienes detenten el poder político y que por regla de tres, demuestran con sus resultados, desconocer el significado de la ciencia, de la academia y de la práctica técnica, unos convertidos en cabecillas iletrados y sus seguidores, en ocasiones ilustrados, pero operativamente sojuzgados por las necesidades estomacales y la codicia-la ambición y el desafuero que provoca ostentar poder, sin estar mentalmente acondicionado para gestionarlo adecuadamente.  

35 años después, Universidad Nacional de Agricultura merece no ser desgobernada por políticos de color ocre-medio y olvidarse que sea el botín laboral y la finca particular de cualquier señor feudal, de cualquier persona adlátere, de cualquier advenedizo; tampoco es la caja chica, ni la finca de ningún partido político, de ningún personaje populista o en su defecto autoritario y cedamos el paso para que la academia sea plural en ideas e incluyente de las personas académicamente y técnicamente calificadas que sojuzguen el diseño del modelo educativo de manera legal, legitima, científica, técnica y proba.

35 años después, la UNAG de Catacamas Olancho, requiere que sus administradores se esfuercen no solamente por lo académico y regresen su mirada y tiempo a la producción, si realmente quieren ser parte toral de la respuesta del estado ante las amenazas de siempre, por eventualmente padecer hambruna

 Al cierre

No estudio para saber más, sino para ignorar menos”: Sor Juana Inés de la Cruz

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Clase de Agrónomo 1987

Honduras; Centro América

30 de noviembre de 2022

A Fernando Alfredo, nuestro hijo mayor, ¡felicitaciones! por su enlace Matrimonial el próximo 03 de diciembre, con Claudia Kamila y nuestro anhelado deseo porque el Dios de las sagradas escrituras/La Biblia, sea quien gobierne en sus vidas y en su más importante proyecto: La familia.

 

A quienes me leen en diferentes partes del planeta, gracias por su deferencia, será hasta el 2023, entonces.

 

Posdata

En diciembre entrante, que será en un par de horas, me dedicaré a pulir la primera parte del libro que planeo publicar en su primera parte en el primer trimestre del 2023, sobre mis percepciones-comentarios de la democracia criolla y seguidamente, preparar la segunda parte, que tratará sobre la democracia electorera y que vea la luz pública en el segundo trimestre del mismo, en el escenario más deseable.

 

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