“patada y mordida”

Por estas coordenadas donde habito uno de los temas mediáticos que se publican es el relacionado con el flagelo de la extorsión. Entendiendo la misma, como la presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener dinero u otro beneficio.

Las máximas autoridades del país han declarado recientemente contra la extorsión que realizan las personas asociadas ilícitamente en grupos delincuenciales organizados y de repente, “no organizados” que han operado y operan desde un par de décadas y más, en contubernio con personas que laboran en los entes públicos diseñados para luchar tales actuaciones. La estrategia de la lucha contra la extorsión, presume de ser la respuesta a la espiral de violencia elevada a una expresión geométrica y el desplazamiento forzado al interior del país o en su defecto, fuera del mismo.

El anuncio ejecutivo tiene como acostumbran este tipo de temas sus promotores y sus detractores, lo cierto es que la población en general, incluyendo a los 4-5 de cada 10 hondureños que no pertenecen a ningún partido político, tampoco simpatizan o tienen afecto partidario alguno.

De lo que no se comenta, ni ayer, tampoco hoy, es de la necesidad de combatir la extorsión del tipo institucional, que responde al dicho de “patada y mordida”, donde aparte de las buenas remuneraciones de los funcionarios públicos de altos y medianos cargos, se realizan extorsiones de cuello blanco que alcanzan alrededor del 30% de los montos estimados para los proyectos, salvo que ese porcentaje se haya movido al alza en los últimos años.

En sus intentos porque los proyectos del estado se desarrollen con la transparencia anhelada y requerida, con las cláusulas anticorrupción requeridas (que trasciendan al mero deseo placébico y sean reales, no ficticias). Esta es una de las medidas inmediatas que el gobierno actual debe buscar concretar, no hacerlo, dará la pauta para pensar que la corrupción estatal no tiene ideología y en consecuencia, la impunidad seguirá vigente, ahora bajo consignas de refundación del estado como propaganda infértil bicentenaria y más.

El nuevo gobierno debe buscar que la secretaría de la transparencia trascienda de su imagen política acomodada como mámpara politizada-partidaria y sectaria y lejos de ser la contraparte del Instituto de Acceso a la Información Público en su percepción paquidérmica, busque aportar acciones que castiguen las actuaciones de aquellos que a la sombra de su militancia política se apropien de los recursos del estado, amparados en la opacidad y en los “secretos” que oficialmente se niegan a desaparecer .

El programa y la estrategia de lucha contra la corrupción debe abrir el frente público y que el porcentaje de la “patada y mordida” sirva para las obras públicas sean reales y de calidad, para trascender del “pésimo bacheo” a la mezcla correcta, de la capa asfáltica superficial a la recomendada, entre otros artilugios y que los proveedores dejen de ser extorsionados por los de “cuello blanco”, para que la oferta de productos y servicios cumpla con los fines que justifican sus proyectos y no sigan siendo saqueados los fondos del estado, aunque sigan  administrados y gestionados como “taza” de discrecionalidad, de corrupción… y de impunidad, como se acostumbra.

De momento, la extorsión no solamente tiene un frente y como todas las monedas del mundo, tiene una doble cara, es este caso la de la “patada y la mordida”, de la cual, por lo pronto, no hay señales concretas de iniciar una lucha sin cuartel, para erradicarla como escenario menos probable, o en su defecto, reducir esa brecha como la de Gibraltar que causa un modus operandi y un modus vivendi que provoca la "patada y mordida" que no tiene ideología.

A la espera que la lucha contra la extorsión, en la doble cara de la moneda, sea real y no ficción, esa misma que bicentenariamente nos ocupa, preocupa y que en estos tiempos, nos rebasa… y con creces.

De donde se requiere una verdadera depuración policial… pero también, una depuración en la fuerzas armadas, en el Ministerio Público y en el Poder Ejecutivo.

Al cierre: ¿Es cierto que lo acusan de enriquecimiento ilícito? Juez: -Mire, a mí deberían acusarme de empobrecimiento lícito." Luis Juez

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez
Honduras; Centro América
28-11-2021

El próximo sábado 03-12, Fernando Alfredo sellará eclesiásticamente su compromiso matrimonial con Kamila, ¡Felicitaciones!

La Biblia dice que quien halla esposa, halla el bien y alcanza la Misericordia de Jehová… ¡Amén!

 

 

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