“titanes en el ring"
Por estas coordenadas geográficas donde habito se transmitió en mis tiempos de infancia por la televisión de entonces, un programa de entretenimiento y de simulación de lucha libre, que dista longitudes de la que se ahora se transmite desde la televisión Norteamérica.
El programa de televisión
se llamó “titanes en el ring” y se transmitía a las 5 de la tarde, hora
local, de lunes a viernes y sin duda, contaba con un amplio “rating”-audiencia por
su peculiar lucha entre personajes que representaban a los rudos y fuertes
contra los personajes que eran llamados técnicos y no eran rudos. En fin, los
enormes y gratos recuerdos de tal programa me motivan para hacer una acepción
de aplicación libre (como las traducciones del idioma inglés) al campo de la
práctica política criolla que omite deliberadamente que la política es una
ciencia y la mayoría de sus “practicantes” que la política es una ciencia y la mayoría de
sus “practicantes” representan la perfecta antítesis de los intentos
dialécticos que generalmente fracasan por las prácticas politiqueras ausentes
de toda ciencia, de los autollamados progresistas, de los revolucionarios , de los
conservadores y de ultraconservadores. En
los extremos del espectro con la presencia de recalcitrantes y retrógrados que
no tienen ideología.
Entonces bajo el supuesto
definida nuestra manera criolla de la interpretación y práctica política nos
permite encontrar personajes en mayoría calificada y también en la simple, que
al ser rudos, como Brutus el de la tira cómica de Popeye el Marino, reflejan sin
duda alguna, su tosquedad burda de lanzar patadas voladoras, puñetazos y demás síntomas
inequívocos de violencia y de escasa inteligencia emocional. En menor medida y
casi en especie en peligro de extinción se pueden todavía encontrar aquellas
personas que evitan caer en la politiquería barata y de bajo calado y se
esmeran por ser la diferencia por su tecnicismo, aunque en una cultura
organizacional partidaria que niega toda ciencia y se rigen por lo burdo de
quienes dirigen o en su defecto imponen sus modelos y prácticas que
generalmente les inhibe y entorpece para hacer una labor diferenciada.
Así las cosas, en cada
partido político (unos más avanzados y fuertes que otros, encontramos rudos al
extremo de la barbarie como regla y como excepción que confirma la norma-regla
aparecen los técnicos. Los mismos que escasean bicentenariamente como un
síntoma que se vuelve cada vez menor, provocando que comencemos a notar eventos
de degeneración de la práctica de democracia, por lo pronto y desde siempre
criolla, que nos anuncia el peligro de la oclocracia.
Así el asunto, los
partidos políticos no pueden reflejar menos de los Brutus, que ahora abundan y
como el programa nos recuerda que en el “ring legislativo” se confrontan los
rudos versus lo “técnicos” no para buscar soluciones a problemas ingentes de
país, sino para entretener a la audiencia y disfrazar la ausencia de competencias,
de capacidades y de voluntades de manera indistinta.
Sin duda, el programa
original en mención nos entretuvo por largo tiempo, pero al cumplir su ciclo de
vida del producto desapareció dejando un grato recuerdo de Martín Karadagian,
el Caballero Rojo, La momia blanca y la momia negra, entre otros personajes. De
la acepción local, no asoma la epoca de declive y da la sensación de que el mal
se multiplica y que de repente parece no tener fecha de caducidad-de
vencimiento, por lo tanto, el momento no es grato porque la opacidad se impone
y la posverdad “gobierna” y al mismo tiempo “desgobierna”.
Queda la sensación que
los personajes criollos realicen acciones de constricción profundas sino por
vocación, por OBLIGACIÓN y que del entretenimiento infecundo, trasciendan de
vestir ocre-medio y luzcan los mejores atuendos que nos permitan presumir como
mejor escenario que los “rudos” se volverán “técnicos” y como mayoría simple y
también calificada se sumarán por el bien de la nación donde solo existe un
territorio y donde 4 a 5 de cada 10 conciudadanos no se siente “fascinado” por ningún
partido político y entonces, se dejen ver asomos reales por dejar de andar con
los pies, como en el cuento de Alicia y ella personalmente, desatienda su eventual interés de
habitar entre nosotros y a lo mejor, “nacionalizarse”.
Al
cierre
“La civilización es el triunfo de la
persuasión sobre la fuerza”. Platón
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras;
Centro América
21
de abril de 2023
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Pulso de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o realidad?
Pulsó de la Nación-segunda parte: de la
democracia electorera ¿ficción o realidad?
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