de colores...
Existe una canción popular que expresa que “de colores se visten los campos en la primavera…”, entre otras líneas de texto. Los colores se clasifican en primarios y secundarios; existen alrededor de 200 tonos, despiertan emociones, una favorables y otras desfavorables establecen los psicólogos.
En el tema de los negocios
de comida rápida se decoran con los llamados colores pasteles porque deben
causar al cliente un efecto de estancia breve, dicen los entendidos en asuntos
de mercadeo. En fin, los colores son vitales para trascender de un mundo en blanco
y negro (que se compone de diferentes escalas de grises) como un elemento vital
en la composición fotográfica que tiempos atrás determinaba la calidad del fotógrafo
y la habilidad de quien revelaba la película de 35 milímetros en el llamado
cuarto oscuro o de revelado.
Algunos colores han
recibido asignaciones e interpretaciones “ideológicas-políticas”, de paz, de
guerra, de vida, de muerte, de luz, de oscuridad, de duelo, de penitencia carcelaria,
entre otras aplicaciones cromáticas de la sociedad.
En el campo de la
privación carcelaria en un país de este continente que suele servir de referencia
los reclusos son identificados de diferentes colores de acuerdo con el nivel de
peligrosidad: los menos que presumen de menos antecedentes, son vestidos de
color blanco o beige, los presidiarios de mayor riesgo por su historial de violencia o peligro de fuga, son
vestidos con ropa de color anaranjado o de color rojo.
Por estas coordenadas
recientemente quienes dirigen el país ¿o los intentan? Han determinado por resolución
administrativa o por “decreto” que los máximos líderes de las organizaciones
criminales conocidas y reconocidas (porque hay otras “organizaciones” que desde
200 años y más todavía no lo son), lucirán el color blanco para su respectiva identificación. Por lo tanto, el blanco ha
sido “escalado” y “patentado” como reactivo-identificador a nivel carcelario-penitenciario-y-criminal-punitivo
como cuasi-dogma. Lo cierto del asunto
es que el color en mención aplica y aplicará para los recluidos, pero para las
personas en libertad que delinquen impunemente , podrán seguir vistiendo de los
diversos y múltiples colores de la primavera, como dice la canción que ha
servido de base para este comentario, hasta que un día cambien los papeles de “víctimas
a victimarios” en ese juego de roles, especialmente en la práctica bicentenaria
politiquera en este triste patio que sufre de la ineficacia de la lucha contra
la delincuencia “organizada” y “desorganizada”, porque una de las máximas del
pasillo dice que “perro, no come perro”, entonces la impunidad, el caos y la
precariedad de la seguridad interna seguirán sin un color específico de
preferencia, porque de colores se visten los campos en la primavera.
Al
cierre
Séneca-“Lo
que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad”
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
15
de julio de 2023
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Pulso
de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o
realidad?
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de la Nación-segunda parte: de la democracia electorera ¿ficción o
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