siembra vientos y...
cosecharás tempestades
La expresión que corresponde como base de este comentario se utiliza como un llamado de atención de las consecuencias negativas que deben acarrear o producir acciones indebidas e incorrectas. Tal expresión es de aplicación general en las relaciones del diario vivir y aplica en la diversificada cantidad de tópicos, entre ellos, el de las relaciones familiares, relaciones sociales, el de la función pública, en la gestión privada.
“Siembra vientos y cosecharas tempestades”, en la acepción política de la expresión popular, tiene su campo de aplicación en ambientes polarizados e irritados por coyunturas nefastas y aparentemente irrecuperables por lo complejas o en su defecto, por la omisión perniciosa de solución que genera las condiciones propias de figuras política ejerzan su condición de operadores de caos, de anarquía y de asalto del poder, que independientemente de la ideología sustentada o solamente etiquetada, independientemente éste sea, el método burdo de imposición violenta y anárquica o el método “aterciopelado” de la judicialización. Ambos estilos nefastos en los intentos por forjar democracias incipientes y cuyos indicadores internacionales les califican como democracias de regímenes híbridos por encontrase entre las características de las democracias frágiles y los regímenes autoritarios con aparente traje de “democracias” que ideologizan y por supuesto, instrumentalizan.
“Siembra vientos y cosecharas tempestades”, se ha “viralizado” en los últimos años donde el desencanto y por lo tanto, el retroceso de la democracia sigue al alza, de acuerdo con el informe del Latinobarómetro 2023. Lo anterior patrocinado por la promoción de un poder ejercido por personalismos autocráticos a quienes no les interesan los balances o contrapesos del poder como principios democráticos y son alentados por las deficiencias-carencias-precariedades que resultan de la corrupción y de la impunidad-IMPUNE, en el particular de las coordenadas geográficas donde habitamos y sin aparente fecha de caducidad desde hace 200 años y más.
“Siembra vientos y cosecharas tempestades”, es hoy con el resurgimiento de las conductas autoritarias, que tampoco tienen ideología, se ha trascendido peligrosamente del concepto de adversarios políticos al de enemigos como un síntoma patético del deterioro que ocasiona la obtención del Poder y el deseo vehemente por no dejarlo escapar y conservarlo por vías democrática, cuasi-democráticas o antidemocráticas, En esta línea o patrón de conducta se discute por ejemplo, pero también se pelea al mero estilo de Brutus el personaje antagónico de Popeye el marino ¿a quién le pertenecen las calles? ¿y quiénes son los representantes legítimos de los ciudadanos que técnicamente suelen agruparse como organizaciones sociales?
Las preguntas anteriores omiten perniciosamente responder por su orden, que las “aceras”, las calles y los “caminos” le pertenecen por práctica cotidiana a aquellos ciudadanos que se encuentran en condición de calle y no tienen un horizonte promisorio que les asegure alejarse de tal precariedad acreditada como deuda de estado y han sido y son excluidos del desarrollo social económico que ofrece la Constitución de la República por los “desgobiernos” de ayer y el de hoy.
Y en segunda instancia, se niega el reconocimiento que de 4-5 de cada 10 connacionales no pertenecen a ningún partido político existente o por existir, no son tampoco simpatizantes además, no son representados por ninguna instancia civil, lo que tampoco impide que se manifiesten masiva y abrumadoramente como los comicios generales del 2021 o como se “forzan” leyes que atentan contra las creencias convencionales y tradicionales de la mayoría de la población, incluyendo los 2-5 de cada 10 compatriotas que he citado con anterioridad.
“Siembra vientos y cosecharas tempestades”, es una alerta para aquellos ciudadanos privilegiados que en su condición de “operadores de caos” u “operadores de violencia” la intentan justificar a como de lugar, porque curiosamente cuando “el pulso de la nación”, tiene a estabilizarse, la consigna es promover violencia con la esperanza que el poder detentado les aísle de las tempestades venideras… y seguras.
A la fecha, día y hora de este comentario, transitamos por caminos peligrosos que presumen entre sus escenarios que como una sociedad con precariedad de educación democrática, pretendamos repetir la historia que nunca debemos repetir. Solamente tenemos un territorio y no le pertenece a la oligarquía y aristocracia de ayer, tampoco a la de hoy.
Al
cierre:
Gálatas 6:7/La Biblia
“No
os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare,
eso también segará”.
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
22
de julio de 2023
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Pulso
de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o realidad?
Pulso
de la Nación-segunda parte: de la democracia electorera ¿ficción o realidad?
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