107 años y después

 La Iglesia Central Evangélica Santidad-ICES- fundada  allá por el año de 1916, del mes de octubre -aniversario de la Reforma Protestante- como resultado del trabajo misionero de hermanos y hermanas norteamericanos que tomaron el reto de salir de la comodidad de su país y llegar a predicar y enseñar el mensaje del evangelio de Cristo hasta estas coordenadas hostiles en la Mesoamérica de ese entonces.

Desde entonces, aparte de la evangelización, el primer ministerio constituido fue la escuela dominical fundado como el espacio de enseñanza-aprendizaje de la palabra de Dios. Han transcurrido los primeros 107 años de la existencia y vigencia; por supuesto han sucedido cambios de forma como en todas las organizaciones, pero la constante han sido las escrituras-la palabra de Dios que no ha mutado y no mutará porque permanece para siempre como ha sido escrituralmente predeterminado.

Es oportuno recordar que sin la Iglesia cristiana del primer siglo no podríamos hablar de ninguna otra congregación de creyentes. Esa primera Iglesia que mencionaba en una comparecencia por una celebración de aniversario en una congregación local, el reconocido Pastor Fumero, recordaba que fue perseguida y atribulada, entre otras fatalidades, pero la paciencia, la confianza y el compromiso con la proclamación del mensaje del evangelio le permitieron permanecer. La que no aceptaba el engaño, la burla, tampoco la usura, ni el soborno, menos el hacer negocio con la explotación comercial de la fe. La misma que al conocer las sagradas escrituras, reconoció el temor a Jehová que exigía una coherencia entre la palabra y la conducta de vida como testimonio público.

Esa primera Iglesia que luchó por su fe ante los judíos y ante el imperio romano, la que predicaba en las calles y enseñaba en las casas antes que se adaptara al poder político del momento y se “perdieran” las escrituras y aparecieran los dogmas, el oscurantismo, el paganismo y la corrupción. La segunda etapa de la Iglesia fue gestionada por Martín Lutero y su reforma donde la lectura de las escrituras “reapareció” y retomó el sentido de la salvación por la fe y no por las obras, sustentado en los cuatro principios de: solo Jesús salva (1), solo la Fe (2), solo la Gracia (3) y solo las escrituras (4).

Para quienes nos congregamos en la ICES, pero también para quienes en su pasado lejano o reciente lo hicieron y aún para quienes nunca lo han hecho, pero se congregan en otras iglesias cristianas, es importante no desconocer, menos olvidar el pasado de la iglesia de Cristo y sobreponernos al reto histórico de no adaptarse al poder independientemente de su formato y estructura, así como no perder el primer amor que caracterizó y debe seguir caracterizando e identificando a los creyentes quienes hoy profesamos y militamos en la Iglesia cristiana-evangélica -y protestante (énfasis personal)- de hoy e independiente de la denominación que pertenezcamos.

107 años después de su fundación la ICES debe recordar el pasado común y su pasado particular y a pesar de las seducciones del presente para que el mensaje de la cruz sea lábil-frágil-débil, se adapte y sea más “amigable” y la promoción del bienestar persuada la cristalización de la fe, se mantenga firme en las enseñanza de las escrituras a través de la predicación, del evangelismo, de la enseñanza en la escuela dominical y en cada una de aquellos ministerios que desarrolla sin olvidar que no es con fuerza, ni poder, sino con su Santo Espíritu. Y se mantenga comprometida con el mensaje de la cruz de Cristo como único mensaje de reconciliación, perdón y salvación para la humanidad.

Y después del aniversario no debemos olvidar que MARANATA-Cristo viene otra vez- por una iglesia sin mancha, ni arruga porque sin Santidad nadie verá al Señor.

 

Al cierre

Efesios 5:26-28Reina-Valera 1960

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”.

 

  

 

 

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

30 de octubre de 2023

 

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Comentarios

  1. Muy bella reflexión que nos debe animar y no desmayar y que nada es fácil,gracias hno Dennis sigamos adelante

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  2. Excelente reflexion, asi mismo debe de ser la iglesia en nuestros tiempos porque los dias son malos y no van a mejorar. Seamos luz en medio de la oscuridad de nuestros tiempos, ese es nuestro llamado!

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