45 años después
Por estas coordenadas geográficas la original y genuina representación política socialdemócrata reconocida como PINU-SD, alcanza el próximo 04 de diciembre 45 años de fundación.
45 años después es
meritorio rendir tributo a la memoria de aquellas personas fundaron el partido
político diferente a los que hoy son centenarios-longevos y mutados. La mayor
parte de estas personas se nos han adelantado en el término de la vida y otros,
continúan entre nosotros.
La representación socialdemócrata
hondureña alcanza sus primeros 45 años, con los principios fundacionales como
señal del norte político que buscaban. Sin embargo, como acontece con las
organizaciones de cualquier índole, la gestión pública -real o ficticia- provoca
el desgaste que se conoce como entropía y las principales autoridades deben ajustar
su función con acciones neguentrópicas que refuercen, reemplacen e instalen nuevos
relatos políticos, nuevas estrategias de campaña y nuevas propuestas que
reflejen un organismo vivo y sobre todo actualizado a las exigencias digitales
presentes y futuras que alcancen, informen y eduquen al principal componente de los partidos políticos
como el socialdemócrata, sus activistas, sus afines y por qué no, a los 4-5 de
cada hondureños, que invisibilizados por las oligarquías y aristocracias de
ayer y las de hoy, que no se diferencian en la práctica de su ideología, y que al
no tener filiación, se hartan y acuden masivamente a la votación como excepción
a la norma bicentenaria y demás.
45 años después, de
momento quienes presiden la representación socialdemócrata original y única, parecen
no dar señales de entender ese desgaste y de momento, se conforman con el
placebo de un “cuasi-gobierno”, que no fue antes de las elecciones del pasado
2021 y tampoco han sido, menos será real hasta que el tiempo para gobernar
fenezca, si es que fenece, porque los indicios vigentes señalan la inveterada
costumbre de intentar hacer todo lo probable y posible para quedarse y
perpetuarse como un escenario que no debemos descartar porque “el poder no se
comparte” dicen como máxima los que han desgobernado, los que recientemente
desgobernaron y quienes hoy desgobiernan para no perder la sintonía de la
incapacidad de gestión pública, del asalto al erario, de la conformación de la
cofradía de turno en su acepción más grotesca, “como junta de ladrones”.
45 años después, la
institución socialdemócrata y quiénes les han rectorado y rectoran no han
aprendido a desmarcarse con autoridad y propiedad del NINGUNEO que sufren por
parte de los partidos mayoritarios, que por cierto carecen de la decencia socialdemócrata
que todavía se puede y debe presumir, pero que no alcanzó en el 2021 y quizás,
no alcance para el 2025 a nivel del apoyo de la población durante el sufragio.
La socialdemocracia hoy padece en su versión propia, noble y proba de los síntomas
del síndrome de Estocolmo, donde quien preside es más militante oficial que cualquiera
de las figuras públicas más connotadas del partido de gobierno, todo por el cambio
de un espacio resignado y posteriormente configurado como hospicio de los
militantes y dirigentes afines a la figura pública y son obedientes y no
deliberantes para no perder las canonjías producto de las procesiones, de las
romerías, de la “devoción” por “cuasi-héroes” que portan el lazo y de “santos
que miccionan” y alcanzar las dispensas obsequiosas en relación directamente
proporcional al ego que les identifica.
Al cumplir 45 años,
aparece un gesto digno de reconocer y será la inauguración del Instituto de Formación
Política que llevará el nombre de ANA ROSA ANDINO MATAMOROS (QDDG), como segundo
reconocimiento a su contribución al interno del PINU-SD y por su contribución a
la educación desde su gestión legislativa del 2006-2010. Considero acertada la
decisión de quienes dirigen el instituto político donde el programa de
educación-capacitación política debe trascender a las manualidades de manualidades se preparen los cuadros
políticos a nivel nacional comience a formar los cuadros nacionales que se
presume bajo esta nueva administración actual deben ser numerosos a lo largo y
ancho del territorio y deben ser comprometidos con la causa común de los
fundadores y no con “corazón partío”-como la canción del famoso- y no sean PINU
y otra combinación que adultere la esencia de la socialdemocracia que todavía,
si todavía puede presumir de PROBA, pero también, de ingenua y ninguneada como
regla y no como excepción.
Enhorabuena a los hijos y
demás familiares que durante la celebración de 45 años, serán testigos del
legado de su extinta madre, de su inversión de tiempo y recursos para construir
un partido congruente con los principios originarios y buscar reconstruir una
Honduras diferente a la deconstruida bicentenariamente y más, por los dos partidos
políticos longevos-centenarios, por el derivados-mutado cuya única intención es
el bienestar del grupo familiar, reducido o amplio, y con la excusa de
construir un país, o en su defecto de refundarlo, se funde y refunde las honduras
profundas del retraso, de la corrupción-de la impunidad que no tiene ideología
y de esa “ambición que rompe el saco” y nos llevará si no ponemos atención a una
“dictadura democrática” como el régimen amigo, o a un “sadismo de estado” como
otro amigo en coordenadas más al sur y de repente, de un solo “karatazo” a la
Oclocracia como el nivel más bajo en la degeneración democrática conocida al
momento de este comentario.
45 años después, la
Socialdemocracia única, real y genuina en este territorio, debe aceptar la el
reto y la tarea de releer la proclama de Gualala y decidir entre continuar en
el silencio cómplice de la gestión a la sombra de quienes hoy intentan gobernar
o en el mejor de los escenarios, regresar a la independencia partidaria sin
compromisos, la que no les provee canonjías, pero que les asegura PULCRITUD, TRANSPARENCIA
y ser la reserva moral por las virtudes de una propuesta de política diferente
a la del saqueo (y las diferentes versiones bien contadas y ajustadas a la
lectura correcta de Alí Baba y los 40 ladrones).
Pronto vendrá el tiempo
de prepararse para las elecciones y la socialdemocracia única y genuina tendrá que
vencer unos pensamientos que lejos de engrandecer al partido político lo
empequeñecen y provocan pensar que si el partido no piensa y tampoco proyecta
gobernar, deben tomar la decisión eventual de cerrarlo y a lo mejor,
oficializar la adherencia o fusión a quien en el 2017 y ahora sigue
representando al barro cocido.
Los
ideales de los precursores siguen vigentes, pero el interés de perpetuarlos no
son indubitable, que en la celebración de los 45 años de existencia, el PINU-SD
recupere la memoria de ser Partido independiente y comience a enderezar o
retomar la senda que han olvidado donde la libertad de ser genuinos, les conceda
la liberalidad de proponer por el interés nacional y avance sus propuestas que
aspiren a persuadir a quienes hoy como población sufren las malas ejecutorias
de aquellos partidos que lo que dicen con su boca, lo desbaratan con su andar.
Felicitaciones
a los Pinuistas y que el PINU-SD recupere la memoria y aspire y se esfuerce por
ser la excepción de una regla que al país solamente la ha generado retraso,
precariedad, abandono y cualquier otro epígrafe imaginable e inimaginable.
Al
cierre
“El
zorro condena a la trampa, no a sí mismo”.William Blake
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
26 de
noviembre de 2023
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Pulso
de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o realidad?
Pulso
de la Nación-segunda parte: de la democracia electorera ¿ficción o realidad?
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