de la percepción

 de la percepción

La percepción en las personas es el resultado de la habilidad para recoger la información del exterior  a través de los sentidos, del procesamiento y la interpretan de los datos registrados, los actos y los hechos para la interpretación respectiva por parte del cerebro .

Es común confundir la percepción con la sensación. La percepción es la interpretación y la sensación es la experiencia inmediata que genera una respuesta involuntaria y sistemática.

En la percepción entran en juego dos condiciones: El medio externo que es precisamente sensación que será captada y el medio interno que interpretará ese estímulo de acuerdo con los conocimientos y la experiencia de cada persona.

La mayoría de los estudios sobre percepción están orientados a la publicidad y su interés e inspiración por comprender de qué forma los individuos perciben la información para buscar la mejor forma conocer sus necesidades y prioridades, en este caso particular de consumo.

Los entendidos identifican tres etapas de la percepción:

1

La detección-exposición. Cuanto mayor sea el tamaño, más variado sea el color, mayor movimiento, intensidad, contraste y choque, probablemente existe una mayor capacidad de ser percibido por las personas y eventualmente, será consumido con mayor facilidad.

 2

La atención-organización. La asignación de un significado a lo que se percibe es tema de análisis. Las personas organizan los estímulos diferenciando concretamente la figura y el fondo, agrupan los estímulos de acuerdo con su proximidad y semejanza. 

3

La Interpretación. La cual, depende de la experiencia previa y los valores de cada persona, aparecen los estereotipos, la proyección de las características propias en los demás, o las pocas disposiciones a lo que no se conoce mucho. 

La percepción puede ser visual, auditiva, táctil, olfativa, social, del movimiento. Considerando lo anterior, es oportuno comentar la acepción de la percepción en materia de corrupción (y en el caso de por acá, de la impunidad-impune) donde los “tributarios” catalizadores recaen en la gestión las personas que hacen política, de los institutos políticos, de los poderes del estado y de las instituciones estatales dentro del catálogo de la función pública.

Existen organizaciones internacionales que se dedican a la medición de la percepción de la corrupción, que son altamente estimadas y prestigiadas a nivel de quienes no gobiernan y son altamente descalificadas por quienes gobiernan o en su defecto, “desgobiernan”, independientemente de la consigna política que esgriman, sea ésta de derecha, de izquierda o de centro. A nivel de la oficialidad estatal se hacen esfuerzos mínimos- a nivel “muecas”- como “placebo” por combatir los bajos niveles de percepción de impunidad y los asomos de medición oficiales se quedan en las “buenas intenciones” y en la creación de espacios de contratación de activistas políticos que no hacen mayor esfuerzo como común denominador porque quienes “dirigen” el Estado no lo consideran necesario y oportuno, ni por obligación menos por convicción.

No existe margen de duda en estos 202 años, los meses y los días transcurridos al momento de este comentario, que somos políticamente procrastinados en la lucha contra la corrupción… y la IMPUNIDAD, es decir, nos hemos caracterizado y especializado en aplazar, diferir, posponer, retrasar, postergar, demorar y retardar todo asomo real y verdadero por resolver un problema que nos sigue condenando a labrar las honduras por donde transitamos. Lo anterior, provocado por las diferentes modalidades de la oligarquía y aristocracia de turno, por sus definiciones originales y también por los amplios espectros de “pensamiento” y de práctica política que no se distingue en la práctica y el abuso del poder.

La corrupción y la impunidad, durará hasta cuando para quienes el lema de “me duele el país” sea una expresión real y no ficción.

Desde donde la mayoría de las personas políticas y de exposición pública, en el tema de la medición de la corrupción sin distingo de ideología, se escudan y excusan en que “la percepción no es la realidad”, no debemos omitir, tampoco olvidar que el lema no es real, es ficción.

Del adagio “las palabras conmueven, los hechos-las acciones arrastran.”

 

Al cierre

La percepción precede a la realidad”. Andy Warhol

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

22 de febrero de 2024

 

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