del reporte de integridad electoral de 2024

El proyecto de integridad electoral[1] ha divulgado el informe global 2024 de la evaluación de los indicadores de la temática. Sus indicadores principales se contemplan cuatro (4) temas definidos de la siguiente manera:

1. El de la competencia sin limitaciones, con equidad, sin favorecer a ningún partido, tampoco a candidato-a y sin favoritismo para el partido gobernante donde además, se acceda a la controversia y debate en un adecuado ambiente campaña electoral con acceso a los medios, sin prohibiciones, con acceso a financiamiento legal y debidamente regulado en la normativa, sin promoción de violencia y odio para quienes aspiran a cargos de elección popular.

2. el de la participación de las personas para votar con libertad, tanto los que están en el país, como la diáspora sin coerción, sin coacción, con mecanismos de registro de ciudadanos que permiten la participación donde los votos tengan igual condición, no tengan privilegios y representan inequívocamente la voluntad del votante y existan condiciones para las personas discapacitadas. .

3. El de la deliberación de las ideas con certeza, sin prejuicios en la información que evite la desinformación, las noticias falsas y que el debate de ideas se realice con altos estándares, cuando suceda.

4. El de la adjudicación a través de un proceso justo que cumple las reglas electorales y cuenta con un sistema efectivo de justicia electoral como garante legal en las denuncias, quejas y disputas, donde se permita observar el escrutinio por ser público, no secreto, con derecho a la observación en su concepto eminentemente técnico-no el político ideologizado e instrumentalizado, que no tiene ideología.

En una valoración más detallada se realiza la  medición de desempeño en las etapas del ciclo electoral (el pre o antes, el electoral y postelectoral o después) donde se incluye la evaluación de: (1) de la existencia y aplicación correcta y adecuada de las leyes, (2) de los procedimientos, (3) de los límites existentes en la regulación normativa, (4) del registro de votantes en el censo o en el padrón, según el caso,(5) del registro-inscripción de los partidos políticos, (6) del papel de los medios de comunicación, (7) del financiamiento político (considerado como amenaza permanente de manera global), (8) del proceso de votación, (9) del conteo de los votos, de la (10) de la credibilidad de resultados y (11) de la capacidad de los entes electorales de gestionar los procesos comiciales.

El informe de 2024 a nivel de la integridad electoral y su percepción, indica en el caso de las Américas, registra que los cuatro países mejor calificados son; Canadá (86), Uruguay (85), Chile (82) y Costa Rica (76), en el caso particular de Honduras (56) y en referencia a los tres países peor calificados encontramos a Haití (37), Nicaragua (22) y Venezuela (20). En este último dato, son comprensible las dudas del reciente proceso electoral que ratifican las bajas calificaciones en integridad electoral y que les permitirá seguir en descenso, como escenario muy probable, en la siguiente y próxima evaluación.

En el caso de Honduras, la elección general del 2021 recibió una la evaluación general de 56, misma que se deriva de los valores alcanzados en las cuatro principales variables que indican: Competencia (39), Participación (53), Deliberación (63) y Adjudicación (72).

A nivel de los indicadores en las etapas del ciclo electoral, el antes, el durante y el después, los valores se adjudicados son:  leyes (25), procedimientos (49), límites existentes en la regulación normativa (63), registro de votantes (53) registro-inscripción de partidos políticos (50) , medios de comunicación (50), financiamiento político (23), votación (no aparece dato) , conteo de los votos (75 ), resultados (78)  y capacidad de los entes electorales en la gestión (63).

Las elecciones siguen contando con las amenazas de siempre, en similares condiciones la democracia que no significa o es igual a los comicios, en la actualidad con mayor intensidad por la polarización que promueven y catalizan los modelos de autoritarismos de turno y de los que son emergentes y “mancillan”  todos los elementos técnicos y legales que estén a su alcance y que además, sean lábiles para instrumentalizar e ideologizar. Esta condición disfuncional y recurrente provoca pensar en la posición del autor D. Van Reybruck, en su libro “contra las elecciones” para recuperar la democracia, concederle la razón y en esa intención, recordar y “valorar” la insaculación como un modelo básico que en su auge durante la primigenia democracia dió más seguridad, transparencia y certeza de los asomos de “representación” de entonces y que en contraste con la incertidumbre y eventual “siniestralidad” que nos acecha permanentemente como artilugio que no tiene color político, tampoco ideología, considerando los actos, los hechos y las evidencias locales e internacionales, reconociendo que existen excepciones que confirman la regla.

En el caso del país, seguimos a la espera que el CNE apliqué en tiempo y forma la ley electoral que administra y también que el Congreso Nacional haga un esfuerzo inusual por buscar los consensos, sino por convicción democrática porque es una “deficiencia nutricional democrática”, por obligación en: (A) la aprobación de la ley procesal electoral y (B) en la actualización de la ley denominada de política limpia y enmendar los entuertos que después del 2021, permanecen (aunque se hayan “borrado” en un 30%, sin dejar rastro) y deben enmendarse para salir de la deuda que se mantiene con la transparencia del financiamiento de la campaña electoral local y ratifica la ausencia de compromiso global evaluado. Lo anterior para aplacar o reducir la brecha de la ausencia de compromiso político en definir reformas políticas-electorales que sean estables para ser creíbles y que sean creíbles para que sean estables, como menciono en su momento un experto electoral al visitar el país y concretamente al ente rector electoral de ese entonces, condición que a la fecha, día y hora de estás líneas, está ausente de la agenda política de quienes gobiernan o lo intentan, de quienes intentan legislar y de quienes fácticamente deciden lo que sucede o no por este territorio.

Al cierre

"no existe pueblo monolítico"

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

29 de julio de 2024

 

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Pulso de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o realidad?

Pulso de la Nación-segunda parte: de la democracia electorera ¿ficción o realidad?

Transformación digital de las organizaciones

 



[1] https://www.electoralintegrityproject.com/

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