de pencos...

En el diccionario de la lengua española se define la palabra penco entre varias acepciones, como: Persona rústica, tosca, inútil, incompetente, despreciable, zarrapastroso, zarandajo y cobarde.

La palabra se hizo mediáticamente pública por la expresión que la persona que ejerce la Secretaría de Estado de Defensa y también es precandidata oficialista a la presidencia de la República (como juez y parte), al expresarse peyorativamente de las personas que emiten críticas a la gestión gubernamental de turno y obviamente, no son afines a su posición y posición política partidaria-partidista y sectaria. Que dicen cualquier cosa, menos las “bondades” que ejecuta la administración actual del estado.

Para la señora secretaria de estado, las personas que no son afines políticamente, solamente “despotrican” contra los avances refundacionales de turno, al ser personas rústicas, toscas, inútiles, despreciables, incompetentes (como la mayoría personas, compas y camaradas del Gabinete de gobierno que le acompañan), son despreciables, zarrapastrosos, zarandajo y cobardes entre la lista de improperios de la acepción de pencos, que buscan descalificar la crítica.

Uno de los escenarios que deja esta posición delatada ante las camaradas, indica la probabilidad que la expresión obedezca al principio bíblico que de la abundancia del corazón habla la boca y que tal improperio es el reflejo interno de quien desdice la opinión de las personas que no le acompañan políticamente. Otro escenario es que simule omitir en el insulto que la palabra penco es ambidiestra (para la derecha y para la izquierda) y de igual, insulta a sus parciales, a sus compas, a sus camaradas y ahora, a sus seguidores en la carrera presidencial.

Lo cierto es que en el ámbito político, cada día se atenta contra la política (es CIENCIA y a la mayoría nos delata la inopia de esta, porque excepciones confirman la regla), con prácticas inveteradas, decimonónicas que no trascienden el criollismo que data del bicentenario y los años, los meses, las semanas y los días que nos acontecen. Lo cierto es que con los pencos… conviven sin mucha presencia mediática los “zotes”, que se identifican como ignorantes, torpes y muy tardos en aprender, de igual manera ambidiestros para que nadie presuma de asepsia e inocuidad por estas coordenadas de malas prácticas políticas y de ingente desnutrición democrática.

Por lo visto al volvernos a referir a pencos, recordemos que existen los zotes… y ¿por qué no? También, a los zolochos (simples, mentecatos, aturdidos o poco expeditos) que como colmo, tampoco tienen ideología. Y nos sirva para actualizar el acervo y como “clave de identificación de estas especies” en la politiquería criolla y electorera que nos acecha.

Al cierre: “Todos deseamos llegar a viejos; y todos negamos que hemos llegado”, Anónimo

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

23 de octubre de 2024

 

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