la matriz inversa del fraude electoral...

 … del 30 de noviembre en Honduras

En el escrito anterior al que desarrollo, comenté acerca de la denuncia oficial prematura de fraude electoral, el partido político que gobierna y su candidata presidencial han colocado en el escenario mediático, de forma inédita por ser la primera ocasión de denunciarlo de manera anticipada y como segunda curiosidad, desde quienes gobiernan.

En ese momento anterior, definimos la necesidad como excepción y no como regla de establecer una “matriz inversa” que identifique los puntos sensibles del proceso electoral en sus fases pre, durante y post, para definir una estrategia de trabajo que permita revertir la sentencia, sea prematura o sea posterior al cierre de la votación del próximo 30 de noviembre del presente.

Hemos determinado que el “fraude electoral” es la violación premeditada de la integridad electoral como condición que determina que una elección sea democrática en el marco de la salvaguarda de la voluntad de los ciudadanos al momento de ejercer el sufragio. Las motivaciones van desde preparar a la población para que “acepten” los resultados preliminares y finales, o en el otro extremo, para no admitirlos y provocar insurrecciones callejeras.

 Por la sensación térmica del clima político-electoral que nos cobija, el diseño de la matriz inversa no vendrá desde las autoridades electorales que siendo organizaciones de dirección colegiada, de momento son “descolegiadas”-individuales. Entonces corresponde publicar una propuesta para que idealmente, los partidos políticos la editen, si les persuade la misma, o en su defecto las organizaciones civiles, gremiales o la academia, hagan lo propio para vigilar el proceso electoral que es público, de todos los habitantes y ciudadanos al financiarse con dinero público.

Para los efectos correspondientes que motivan estas líneas la “matriz inversa del fraude electoral 30-11, como una herramienta para análisis que sistematice los riesgos y relacione los mecanismos fraudulentos en cada una de las fases del ciclo electoral analítica que se sistematizan los riesgos de fraude electoral para relacionarlos en las fases del proceso como guía de la observación electoral y de la auditoría “in situ” y “post-mortem” de los procesos y sus 11 fases del ciclo electoral.


 

Matriz inversa de fraude electoral “prematuro”

Nomenclatura

AR: Alto riesgo de fraude

NA: No Aplica

Fase del ciclo electoral

Trashumancia

Intervención institucional

Financiamiento opaco

Manipulación de encuestas

Desinformación

Normas sesgadas

Captura del organismo electoral

Distribución geográfica del riesgo

Percepción anticipada

Ausencia de contraparte-contrapesos

Marco legal y normativo

NA

AR

 

NA

NA

NA

AR

 

AR

 

NA  

AR

 

AR

 

organización electoral

NA

AR

 

AR

 

NA

NA

AR

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

Registro de votantes

AR

 

AR

 

NA

NA

NA

NA

AR

AR

 

NA

AR

 

Registro de partidos políticos

NA

AR

 

AR

NA

NA

AR

AR

 

NA

AR

 

AR

 

Campaña electoral

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

AR

AR

 

Financiamiento de campaña

NA

AR

 

AR

 

NA

AR

 

NA

AR

 

NA

AR

 

AR

 

Medios y encuestas

NA

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

NA

AR

 

NA

AR

 

AR

 

votación

AR

 

AR

 

NA

NA

 

AR

NA

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

Conteo y transmisión

NA

AR

 

NA

NA

AR

 

NA

AR

 

AR

 

AR

 

AR

 

resolución de disputas

No aplica

AR

 

NA

NA

AR

 

AR

 

AR

 

NA

AR

 

AR

 

adjudicación de los ganadores

No aplica

AR

 

NA

NA

AR

 

AR

 

AR

 

NA

AR

 

AR

 


    Del cuadro que propone la matriz a la inversa se colige-deduce-infiere las siguientes situaciones que representan la mayor incidencia alto riesgo que eventualmente pueden vulnerar la integridad electoral:

    La trashumancia que consiste en la actualización domiciliar de manera no consentida por la persona-ciudadano y utilizada como estrategia electoral para mover personas a ejercer el sufragio en lugares de los cuales no son originarios.

La eventual afectación se da en el registro de votantes, la campaña electoral y la votación, que tiene mayor concentración de denuncia a nivel de las corporaciones municipales.

    La intervención institucional que genere incapacidad administrativa del ente rector electoral para la gestión adecuada de los procesos electoral que pone en precario todas las fases del proceso electoral.

    El financiamiento opaco que el país no ha logrado sobreponer a pesar de la ley de la Unidad de Financiamiento Transparencia y Fiscalización, que adicionalmente, constituye una de las áreas de mayor falencia a nivel de los procesos electorales en general. Y por los “vientos que soplan” seguiremos transitando por el camino ancho de la falta de control y auditabilidad de dinero proveniente de la narcoactividad en la campaña y en la propaganda política.

    La desinformación por la proliferación de noticias falsas o “fake news”, con incidencia en la precarización del cumplimiento de integridad electoral en la campaña, el financiamiento, los medios de comunicación, la votación, el conteo y la transmisión de resultados, la resolución de conflictos y la adjudicación.

    La aplicación ideologizada de la normativa electoral para contravenir los principios de la ley electoral consignados en el artículo 3.

    La cooptación-captura de los organismos electorales que conforman la función electoral constitucional, que se evidencia con mayor intensidad en esta coyuntura política-electoral. Esta intervención política afecta la totalidad de las fases del ciclo electoral y se convierte en un foco de atención prioritario para contrarrestar el fraude electoral instalado de manera prematura y de alto riesgo (altamente significativo como en estadística) que implica la instrumentalización e ideologización del ente rector electoral constitucional.

    La percepción anticipada de fraude prematuro como discurso de legitimación o deslegitimación de la denuncia de fraude electoral prematuro. En este caso, como preparativo para la aceptación de la población de la consumación de la manipulación de los resultados electorales o en su defecto, la negación y no aceptación de los resultados, especialmente si no les favorecen.

    La ausencia de contrapesos reales y efectivos con incidencia de alto riesgo y de consecuencias totales en las fases del proceso electoral.

Sin duda alguna, es mucho esfuerzo el que debe planificarse, organizarse y ejecutarse para que la auditoría del proceso no deje lugar a dudas de la exactitud y seguridad del proceso para que el anuncio de la persona que gane la presidencia sea el reflejo de la voluntad de los votos, transcritos sin inconsistencias y las disfuncionalidades propias de la “agenesia electoral” en la conformación politizada-partidista de las Juntas Receptoras de Votos, en las eventuales verificaciones y en los escenarios no deseables de adelantarse a la ley para declarar prematuramente un ganador, en contraposición a  la ley electoral “de la transparencia”, como acuñaron quienes reclaman los derechos de autor o en la recurrencia de los eventos del 2005, del 2027 y los “cuentos” de caerse el servidos 600 veces, más… o menos y peor de que nos han “hackeado”    desde Macedonia del Sur que no existe, pero como el “pensamiento ectópico” –“entelequico”- prevalece en esta democracia criolla y electorera, como personalmente le acuño.

En la fecha de hoy y después de recoger las evidencias “in situ” la MOE-OEA ha dejado plasmadas en su comunicado, las incertidumbres que actualmente nos ocupan y preocupan, así como las recomendaciones esenciales para preparar los elementos técnicos que aseguren integridad electoral para que el juicio de la observación electoral que harán ellos y los demás calificados para tal acción, determinen si la elección ha sido democrática o no ha sido democrática. Hago eco de la sentencia final del artículo que antecede a este, si el proceso electoral-técnico no se retoma y los grandes personas-decisoras en los partidos políticos que administran el CNE no concilian para alcanzar concordia dentro del CNE, esteremos ratificando que pretendemos ser uno de los anexos del libro “Cómo mueren las democracias”, aunque la nuestra sea lábil, con síntomas de un autoritarismo ambidiestro.

    Queda la propuesta como un ejercicio neuronal educativo, en primera instancia, con la intención de persuadir a los interesados directamente en desentrañar las historias del fraude prematuro como excepción (inédito) o fraude del después, como norma-regla, para que añadan o quiten elementos de juicio de acuerdo con sus propios resúmenes y por supuesto motivaciones, intereses y a los mejor, dudas, temores y fobias.

    Las denuncias del fraude electoral no tienen ideología. ¡Si no es real, es ficción” … (o entelequia)

 

 

Al cierre

La burocracia es una máquina gigantesca manejada por pigmeos Honorè de Balzac

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

30 de julio de 2025

 

E-books autopublicados en Amazon.com (3)

Pulso de la Nación-primera parte: de la democracia criolla ¿ficción o realidad?

Pulso de la Nación-segunda parte: de la democracia electorera ¿ficción o realidad?

Transformación digital de las organizaciones

 

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

de principios

del Consejo Nacional Electoral

¿indefensión?