¿"derechos de autor"?



Por acá, dos partidos políticos y la facción disidente a su autoridad central han reclamado e impuesto con su proceder legislativo sus “derechos de autor” (como lo ha recientemente acuñado don Mario CH) en la construcción de la nueva ley que regirá la administración del proceso electorales. Esa imposición se da porque fácilmente alcanzan 86 votos requeridos para la aprobación de la nueva normativa, construida a la medida de esas tres representaciones sin importar que la ley es de aplicación general y han excluido de todo intento de diálogo, las propuestas del resto de partidos representados en el Congreso Nacional.

Esos negociadores de las mayorías legislativas no han tenido ninguna pena de aceptar que la conformación y la eventual aprobación de la ley pasa por las negociaciones políticas sectarias de estas tres representaciones, en detrimento del interés general como sin duda rezarán sus considerando, y su aplicación será de orden particular a solamente tres representaciones que por su anosognosia política (la que acuñó el recordado Gaspar V) y la electoral (que adicioné) les hace presumir que se bañan al menos una vez en el río Ganges (¿…?) y por decreto serán los responsables de recuperar la credibilidad de los comicios; gestionando bajo la disfuncionalidad universal de los partidos contando votos, llenando actas y transmitiendo resultados y aspirando con la nueva ley, a mejorar las bajas calificaciones de la integridad electoral que hereda el nuevo Consejo Nacional Electoral y por acto de prestidigitación (capaz de desaparecer los magos) revertir el informe de la misión de la OEA de haber observado, entre otras precariedades, elecciones de baja calidad técnica.

Esa baja calidad técnica ignorada políticamente, que no ha importado, tampoco importa, ni importará; donde se impone lo político y se niega todo lo demás. El reclamo de los “derechos de autor” de las facciones partidarias que alcanzan 86 votos mínimos han sido catalizados con canonjías secretas, las mismas que siempre han promovido actos de “gobernabilidad” y que cuando se escapan o traicionan dan lugar a las manifestaciones rupestres de siempre, pero útiles para quienes las provocan y para quienes las realizan.

¿Y el derecho de la población que no tiene partido político? Lo importante es que sean la excusa para que aquellas “mayorías” tan reales como un billete de un mil Lempiras, cumplan con las exigencias que su “sacrificio” y “amor a la Patria” requieren, porque además ostentan ¿sin vergüenza? Ser depositarios o herederos sin testamente de las luchas de los próceres de aquel heroico entonces.

Las facciones nacionalistas, libres y liberales contrarios a su autoridad legal, reclaman los derechos de autor de una obra electoral que recuperará la transparencia ¿por decreto? Y evitará entonces, que en las inmediatas elecciones primarias donde idealmente deben asistir por su alta membresía, se caracterizarán por: (1) no existir denuncias de fraude electoral, (2) no utilizar “helio” en las urnas, (3)no desaparecerán-menos hurtarán documentos de los movimientos internos, (4) no adulterarán actas, (4) tampoco las transmitirán, para que en las elecciones generales, los once partidos restantes o más y el 50% de la población que no es afín a ninguno de los tantos, tenga la confianza y la certeza que los resultados electorales serán de resultado transparente y la aceptación de los mismos será la solución al conflicto electoral desbordado del 2017, pero como sumatoria de los anteriores, producto de la agenesia electoral de siempre y entonces con solo el reconocerles los “derechos de autor”, será también la panacea de la crisis provocada por los cuatro a cinco caudillos ¿o “dueños”? y sus adláteres de costumbre.

Si el proceso electoral cumple con esas promesas de campaña mayoritarias sin duda estaremos en la obligación de refrendar los derechos de autor de la obra electoral, pero si no es como lo “pintan” y es más de lo mismo, será mayor y las amenazas de aceptar los resultados de los comicios se convertirán en otra crisis provocada por los oligarcas que no tiene ideología, de costumbres centenarias longevas, tradicionales, corruptas, aunque algunos presuman de parches nuevos en ropas viejas.

La negativa de las facciones que hoy reclaman derechos de autor, a la propuesta de la Socialdemocracia, entre otras representaciones políticas, que los votos sean contados por los ciudadanos que no representen a ningún partido político, será siempre una amenaza a continuar con denuncias de fraude, pero también el caldo de cultivo para el fraude mismo.

Sin duda que las reformas históricas y profundas no han pasado de la propaganda, hoy son tan reales como ese billete de mil Lempiras y si lo que han hecho los arquitectos de la OEA y los ingenieros aristócratas tradicionales no es la panacea, pasará de obra a “OBRA-DA” electoral.

De Woody Allen: “El mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y desapareció el mago.”


Denis Fernando Gómez Rodríguez
Santa Lucía; Francisco Morazán
26 de septiembre
Y cumplió 21 años José Eduardo y regresó con su objetivo académico Fernando Alfredo, a ambos ¡Felicitaciones!
Y viene octubre


Comentarios

  1. Acertado escrito que pone al descubierto la vieja costumbre de confeccionar un proceso a la medida de intereses de grupo.

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