“algodón de azúcar”
Es una golosina elaborada con azúcar y colorantes. Se caracteriza por tener forma y color, no tiene fondo, la mayor parte es aire. Se vende comúnmente en ferias y circos.
Harè una acepción del nombre de tan singular golosina para aplicarlo al sistema de justicia y de manera particular al Ministerio Público que la Constitución de la República en el artículo 232, lo define como “el organismo profesional especializado, responsable de la presentación, defensa y protección de los intereses de la sociedad, independiente funcionalmente de los Poderes del Estado y libre de toda injerencia político sectaria… Corresponde al Ministerio Público el ejercicio oficioso de la acción penal pública… Así mismo tiene el Ministerio público la coordinación, dirección técnica y jurídica de la investigación criminal y forense”.
Contrastada la declaración constitucional con la práctica diaria nos encontramos con una institución que tiene forma, color (azul, de momento y por lo pronto) y “llena de aire (político)” que le hace ineficiente y en ocasiones inexistente para los propósitos de su creación y de manera especial en aquellas tropelías que quienes nos han desgobernado y desgobiernan desfachatadamente como un síntoma inequívoco de esa “anosognosia política” del recordado Gaspar V.
Al no cumplir al 100% con la defensa y la protección de los intereses de la sociedad, porque como la mayor parte de la institucionalidad ¿o toda? son presa de la cooptación de las conductas autoritarias del momento, del crimen organizado y del resto de flagelos que nos han robado y siguen robando la Soberanía, la decencia, la probidad, la dignidad de Patria y nos someten bajo un manto de democracia electoral a la carta, al capricho de aquellas personalidades aristocráticas que presumen la representación irresistible de la totalidad de los habitantes y que al unísono del reclamo de la República y su estado de derecho ¿al revés?, establecen sus derechos de autor de las leyes y reclaman las patentes de un país marcado por la injusticia, el saqueo, el pillaje y cada uno del resto de epítetos que el imaginario colectivo, nos hunden en el ejecutivo cinismo de la corruptela histórica, sin ideología que la patente y por supuesto de esa grosera impunidad que menoscaba el valor de la vida y nos retrata en desechos hospitalarios y en carpas.
¿Qué esperar de un Ministerio Público asaltado por el poder vigente, por la diplomacia internacional con la asistencia de unidades periféricas civiles? que bajo una consigna de requerir un Fiscal General “cinco estrellas”, violentaron lo constitucionalmente establecido en el el artículo 232 y se constituyeron en los intrusos e inesperados proponentes, como una muestra de ese ejemplo cotidiano que en el patio interno practicamos en desobediencia a lo descrito legalmente y al día de hoy, cumple con la consigna diplomática, pero incumple con el reclamo de la ciudadanía que debe atender, porque de las cinco estrellas solamente se rige por una solitaria, que le sume en ser un mero espectador en la mayoría de casos de alto impacto, Lo anterior porque no tiene la independencia personal, tampoco institucional. Esperar lo contrario de quien ejerce la función constitucional pública, es como el adagio aquel que “no hay que pedirle peras al olmo”.
Como el Ministerio Publico, el resto de los operadores de justicia llenan los requisitos para asignarles la nomenclatura como el “algodón de azúcar”, porque tienen forma, también color, pero están llenos de aire y como tal, se disuelven en esa agenesia institucional que le malformó de origen, para que no pase nada y en todo caso, si algo sucede, sea poco y se convierta en una acepción del término económico de “ceteris paribus” y al cambiar una variable, lo demás siga igual… y no pase nada.
A la espera que llegue la fecha, el día y la hora para que los tiempos cambien y recuperemos el Ministerio Público y tengamos de verdad y pro primera vez un defensor y protector de los intereses de la colectividad, que no responda a quien gobierna, ni a quienes lo hayan “impuesto” y ejerza con propiedad y autoridad la acción penal contra los que pillan, saquean, usufructúan, venden y desaparecen el estado, entre sus habilidades criminales.
Novalis: “Cuando veas un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un pigmeo”
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Santa Lucía; Francisco Morazán; Honduras, Centro América
10 de octubre de 2020
Gracias a Dios y a mis recordados primogenitores
Fernando y Victoria, este proyecto de vida alcanzará mañana 11, sus segundos 25 y un tercio de
los terceros, en compañìa de Sandra, Fernando y Eduardo; a la distancia Denis y Heather.
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