"simpleza"

 

    “… ya veremos al final, qué es lo que sucede”, es el segmento de una respuesta de una “rutilante” figura del balompié en la entrevista publicada por un diario de circulación nacional. Lo cierto es que tal dignidad del deporte pertenece a un grupo que en los oficios internacionales actuales no ha respondido como la población ávida de buenos resultados, presumía y por lo tanto, al encontrarse en el último lugar de ocho representaciones, refleja esa precariedad de éxitos que ya días nos aqueja como nación, en la mayoría de los ámbitos representados en la nacionalidad.

    “… ya veremos al final, qué es lo que sucede”, refleja un grado de simpleza que sirve como excusa primaria, ante la falta de compromiso, pundonor e intensidad, entre otros, por hacer el papel que les han encomendado de la mejor manera. Al parece ya la “calculadora” no alcanza para pensar en “Qatar” y sin duda, es uno de los motivantes para con cínico desdén dejar los resultados siguientes a la “suerte”, a la “fortuna” y hasta citar la providencia. Este deportista es el “testigo” de la prueba que nos indica que el resto del grupo de jugadores mejor se concentren en terminar el torneo local y talvez, alcanzar la siguiente eliminatoria. Tan sencillo y tan simple que los aficionados “…ya veremos al final, qué es lo que sucede.   

    Como una segunda acepción a esa expresión, nos encontramos justo hoy, a un domingo para la elección general y en ese ámbito, parece que también tiene su aplicación, porque a quienes les corresponde organizar y gestionar, por su conducta y sus prácticas no les urge el asunto, al contrario siguen invirtiendo sus “energías” y sus “talentos” en discusiones meramente políticas que semejan conductas de “filibusterismo electoral” como estrategia partidista, olvidándose de dar respuesta a esas lagunas técnicas del proceso y eventualmente emular la simpleza de la frase “… ya veremos al final, qué es lo que sucede…”

    Van Reybruck, sostiene que la eficiencia no genera legitimidad en procesos electorales y por estas coordenadas, los confeccionistas de la nueva ley y sus padrinos partidarios han creado condiciones escritas que privilegian el uso de la tecnología, como un “presumible” avance en la automatización, en la integridad y en la transparencia de los resultados, pero que al llegar la práctica de las mismas, les ha alcanzado el tiempo para las capacitaciones y para las pruebas o simulacros, porque no lo han administrado de manera técnica (materia ausente y repetidamente negada por el trinomio que dirige el ente electoral) que nos obliga a no desestimar la aplicación de lo simple de la frase “… ya veremos al final, qué es lo que sucede…”

    Lo cierto y triste del asunto es que al final de la jornada, conoceremos si el monto de los fondos millonarios destinados para las elecciones primarias e internas y las generales será “gasto” o será “inversión”.

    El adagio popular dice “que por la víspera se conoce la fiesta” y la del próximo 28 de noviembre, no “pinta” tan claro como el país requiere, a nivel de la administración electoral, a nivel de los dirigentes o de los “dueños” de los partidos y de los candidatos para no declararse ganadores antes de tiempo y el reto mayor, ACEPTAR que los resultados electorales serán reales, ciertos y auditables.

    La ciudadanía sale de cualquier ecuación de eventuales crisis porque TODAVÍA CREEN en el ejercicio de democracia electoral y lo hacen con el mayor de los civismos. Los que han fallado y ojalá no fallen, son los partidos políticos longevos, centenarios y el mutado quienes además, “cuidarán” las mesas, a la antigua usanza, “contarán” los votos, “llenarán” las actas (ojalá no con helio) y transmitirán los datos para ser fieles a una disfuncionalidad única mundial, donde los partidos en contienda, coadministran el evento comicial para ser “juez y parte” dentro de la agenesia del sistema electoral que ha sido recientemente “rediseñado” de forma, pero no de fondo, como para perder la oportunidad de la enmienda de la “obra-da” legal de siempre.  “… ya veremos al final, qué es lo que sucede…”, en la aplicación de lo simple, espero que sea como excepción y no como regla, ¡por favor!

Es un gran mal el no saber decir con resolución, si o no” / Otto Von Bismarck

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras; Centro América

14 de noviembre de 2021

(1) De aprender a vivir en -400%. ¡Plop!, como Condorito

 

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