ausentes
En los resultados electorales del pasado noviembre de 2021 y por primera ocasión desde el regreso del país a los procesos electorales para elegir a sus gobernantes en 1981, el Partido Innovación y Unidad (PINU-SD) dejó de tener su calificada representación en el Congreso Nacional, debido a que por la decisión de la mayoría no obtuvieron las marcas requeridas para su integración final en los 128 diputados propietarios y respectivos suplentes.
Una de las valoraciones iniciales consiste en que la
oferta a nivel nacional en el nivel electivo de diputados en los 18
departamentos del país, no despertó el mínimo interés en las personas
habilitadas para ejercer el sufragio traducido en un número definido de marcas
por departamento (que componen un voto por cada ciudadano) . Los hombres y
mujeres que integraron las planillas no concitaron el interés necesario y lejos
del cumplido de siempre de “que el PINU ha tendido buenos diputados”, se
materializó la ausencia de representación legislativa como dato curioso a nivel
de los ciudadanos y sintomático a nivel de los simpatizantes de la
socialdemocracia legítima (porque existe otro partido que se “arropa” en ser,
pero no es).
Los malos resultados electorales del 2021, no son producto
de la generación espontánea , menos del azar; se han “construido” desde los últimos
12 años, pasando desde la ausencia falta de trabajo de sus directivas a nivel
municipal, departamental y nacional,: la renuncia al poder desde la presidencia
de la república por la adhesión frágil a alianzas políticas, provocadas por “coyunturas”
y no por la planificación y desarrollo de acuerdos políticos firmes, agravados
por el ninguneo históricos de instituciones con mayor presencia electoral y en el
peor de los casos, por organizaciones “mortinatas”, basadas en la presencia mediática
de sus figuras, sin mayor presencia de bases por inexistentes, similares al
algodón de azúcar que tienen color y forma, pero sin consistencia.
A la ausencia de trabajo e interés, se suma el
conformismo y la resignación, donde para algunos analistas y periodistas de peso
político, el PINU, por lo pusilánime de algunos de sus directivos, se ha “arrendado”
a una figura política que ha asumido las decisiones más beneficias y también la
más dañinas (como la de abandonar la delegación y representación en la también formal
y “mortinata” unidad nacional opositora).
Sin duda, que faltan otros factores que sumados han
provocado la ausencia de diputados en el Congreso Nacional, del único partido
político que realmente ha sido oposición. En el período 2017-2021, este aspecto
fue todavía posible por la capacidad de gestión interna de la jefa de bancada (como
factor positivo que no se debe negar), a pesar de que la bancada se completó
con tres tránsfugas que nunca reconocieron, menos agradecieron el hospicio socialdemócrata
y hoy conforman una nueva bancada que ganó la dirección de ese poder del estado
y también asumen y presumen de su ingenuidad política y legislativa, en las
decisiones impunes ampliadas que acompañan .
Así entre no asumir decisiones, por comodidad o en su defecto, tomarlas mal, se ha gestado y dado a luz, los peores resultados de los 43 años y más de la historia política socialdemócrata, a la espera que la elección de las nuevas autoridades, se escojan personas que decidan desligarse de la prehistoria y de la historia oficialista que se niega, en su versión propia, a que lo nuevo aparezca.
La pregunta sigue y seguirá siendo la misma: Al no ser
cogobierno, será “comparsa silenciosa” o verdadera oposición a una colisión de
la cual no es legal, ni oficialmente parte.
De la misma decisión y de reorientar el trabajo político con partidarios genuinos o con adheridos verdaderamente comprometidos, dependerá seguir buscando que la población les considere un partido político con opción de gobernar, se trascienda de la buena opinión pública de no ser un partido corrupto a la de buscar nuevos simpatizantes que lleguen, se queden y de captar a aquellos 5 de cada 10 connacionales que siguen sin tener partido político y quienes sin lugar a dudas, cuando decidieron participar en el 2021, cambiaron a los que desgobernaron y al no ser cautivos políticos-partidas-sectarios, seguirán dispuestos a cambiar, votar en contra y botar a quienes en el presente y en el futuro, en vez de gobernar, desgobiernen.
Mi voto no rural porque los hoy ausentes, en el 2025, vuelvan
a estar presentes.
De Bertrand Russell
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Honduras: Centro América
17 de abril de 2022
(1)
En
domingo de resurrección: “… Por qué buscáis entre los muertos al que vive”
(San Lucas 24:5)
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