"resignados"

Nos convertimos en resignados cuando alcanzamos el estado mental-emocional de entrega, de renuncia y de conformidad (que no necesariamente implica aceptar) de que todo esfuerzo posible que orientemos en producir o modificar un hecho, un acto, una gestión, una conducta y demás, será más complicado de lo presumible y bajo ninguna circunstancia influenciará para provocar cambios en las actitudes, ni en los comportamientos.

 A nivel de la vida política local existió recientemente la motivación suficiente para dar punto final a la presencia de quienes “desgobernaron” el país por los últimos 12, 8 y 4 años, logrando un “pacto” informal, en una especie de coalición política-electoral que catalizó la inusitada reacción de una mayoría que marcó la diferencia del triunfo final e histórico en la votación.

Una vez hecho gobierno, la coalición asoma las amenazas normales de un esfuerzo de asociación como tal. Estos indicios de controversia en el manejo de “algunos” temas de no dirimirse de manera adecuada, oportuna y pertinente pueden eventualmente desencadenar una colisión, que rompa el débil acuerdo, por expontáneo, sustentado en el vernáculo juego de palabras y en la ausencia de la “lista de deseos” que refrende las pláticas coyunturales de que  probablemente, por lo visto y por la premura del tiempo, no definieron.

La “ganancia” para el grupo político que firmó el acuerdo en su adhesión casi espontánea, hasta la fecha de este comentario, ha sido precaria (de momento, tres cargos de importancia en la administración del estado) y el ninguneo recibido por los ganadores ha provocado que su máxima figura mediática haya confesado su resignación personal a todo lo que haya aspirado y efectivamente pedido a quien hoy aspira, espera, pretende e intenta no desgobernar.

Para la tercera agrupación política que mediáticamente es parte de tal pacto, pero que ninguno de sus directivos principales firmó, para ser partícipes de un eventual cogobierno, también se han resignado desde un par tiempos atrás a depender de su figura pública. La misma quien dimitió personal y espontáneamente para cambiar de partido por “coyuntura” (con omisión de responsabilidad estatuitaria) y dejó a terceros e incógnitos, con la complacencia de un par de dirigentes, no de la mayoría, la representación oficial delegada/aceptada en el espacio de la mortinata (nació muerta) unidad nacional opositora. A sus 43 años de existencia política la pregunta inmediata es que ante la resignación a la imposibilidad de ser co-gobierno serán comparsa silenciosa o verdadera oposición.

La coalición deja como lección por aprender, que tenemos un largo camino por recorrer para ser educados, instruidos y formados para aprender, que la democracia inicia con diálogo, no con negociación. Que los acuerdos mínimos deben cumplirse en consonancia con la ley, no por imposición y resignarnos a que las coyunturas pueden producir acuerdos entre disímiles, sustentados en la tolerancia y el respeto como valores democráticos para respetar las divergencias

No hay que descartar como escenario que antes de los 100 días de gobierno o después, la coalición se convierta colisión y el porcentaje de probabilidad que suceda este evento dependerá de continuar omitiendo dos principios que como sociedad no alcanzamos todavía: (1) ponernos de acuerdo en lo que no estamos de acuerdo y (2) si todos estamos pensando lo mismo, ninguno/nadie está pensando.

 La política determina quién tiene el poder, no quién tiene la verdad”. Paul Krugman.

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras; Centro América

12 de abril de 2022

En tiempo de Semana Santa

(1)  “Las multitudes iban delante de El y los que le seguían aclamaban diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor¡ ¡Hosanna en las alturas!” (Mateo 21:9)

(2) "hoy es viernes, pero el domingo viene": Yony Campolo 

 

 

 

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