corrupción
La corrupción representa la descomposición, la putrefacción y la degradación, entre otras palabras equivalentes. Representa una lucha frontal contra los valores éticos y los valores morales que han sido enseñados en la sociedad desde siempre.
La corrupción políticamente sin importar la ideología,
implica abuso de poder en la mala administración de los recursos económico,
financieros, humanos por parte de las personas en la administración pública,
pero también aplica en la función privada, donde el binomio corrupto-corruptor
toma un papel desde el principio de los tiempos registrados en la historia.
La corrupción es tan vieja como la prostitución, está registrada
en el Código de Hamurabi, en tratados de Egipto, China, Grecia y Roma. En Sudamérica
existe un tratado llamado Tahuantinsuyo que amonesta para no ser ladrón (1), no
ser mentiroso (2) y no ser ocioso (3). En la Biblia encontramos las
indicaciones las prohibiciones para no robar, no sobornar, no oprimir, no hacer
usura y no hacer fraude, para citar algunas indicaciones.
La corrupción se expresa de diferentes formas, como el
de las coimas-sobornos (por estas coordenadas es de 30% del valor de los
servicios o de los productos y se gestiona en el modelo de impunidad-impune que
nos sobrepasa. Adicionalmente, encontramos otras manifestaciones de malas
practicas como el trafico de influencias, la extorsión, los tributos, el lavado
de activos, la prostitución y la trata de personas, entre otras
disfuncionalidades socioeconómicas que promueve la degradación una adecuada administración
donde idealmente, debe prevalecer la integridad y la transparencia en el manejo
del erario, para citar el ámbito público.
Habitamos en el Continente con la mayor desigualdad en
la distribución de la riqueza, donde el latrocinio de la historia inicial ha
cavado profundidades generadas por la erosión de aquellos principios de vida
que se han considerados verdades históricas y se han instalado verdades
relativas fundamentadas en la moral de situación y en la incontinencia a la
codicia por acular riquezas de manera fácil, inmediata y “pronta” como
mecanismo de seguridad de vida.
Las consecuencias de este tipo de “pandemia” que corrompe,
degrada, descompone y putrefacta los países que la padecen, genera la extrema
pobreza que genera la precariedad en cada uno de los ámbitos que componen los
estados-las naciones y cataliza la delincuencia común, el crimen organizado y
el “desorganizado” y la criminalidad en general, incluida la de “cuello blanco”,
organizado por diferentes redes, arcas, cajas chicas y otras definiciones
propias de donde Alicia habita.
Por este Continente de manera general y de forma
particular, en estas coordenadas la mejor aliada de la corrupción es una
impunidad-impune bicentenaria que promueve diferentes Cofradías, en su acepción
más baja y que todavía intentan persistir en beneficio propio y en contraposición
de la totalidad de la población a quienes privan de los servicios básicos de
salud, de educación y de los demás indicadores ausentes que nos sitúan en la
precariedad reflejada en los bajos índices de desarrollo humano.
Por acá, se presume de la eventual conformación de una comisión internacional que luche contra la impunidad como cumplimiento de una promesa de campaña y evitar que sea publicidad engañosa electoral. Lo que llama la atención es que a nivel de personalidades políticas “comprometidas” para esa lucha, con la disfuncionalidad que algunas de éstas, son las mismas que urdieron la “coartada” para desaparecer” desde el Congreso Nacional a la MACCIH, como acción excepcional realizada en dos o tres días en contraposición a la regla legislativa que no siempre tiene prisa en temas de importancia de país y no de grupos o peor, de personas individuales.
Ante un panorama desalentador generado por la degeneración-degradación-putrefacción
de la sociedad local, corresponde continuar con los esfuerzos de divulgación y educación
de las nuevas generaciones en aquellas verdades que son eternas como antídoto a
un relativismo que nos empuja de manera acelerada a la degradación moral que
nos ocupa y preocupa. Y forzar políticamente la rehabilitación del antisistema
que pretende rehabilitar la verdadera lucha judicial para vencer a la impunidad
promovida y resguardada desde el sistema de la justicia bicentenario vigente.
La corrupción y la impunidad no tienen ideología
“La corrupción durará lo que tarde la IMPUNIDAD en
desaparecer”, parafraseando personalmente al connotado artista del otro lado
del Atlántico.
Al cierre:
“La bendición de Jehová es la que enriquece, y no
añade tristeza con ella” Proverbios 10:22
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Honduras; Centro América
6 de julio de 2022
A Osman y Suyapa, nuestras felicitaciones por celebrar
hoy 26 años de vida matrimonial.
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