de ayer y de hoy
Por estas coordenadas, hace un par de horas atrás fue ayer, el 2023.Con tal expiración quedan algunos temas pendientes de resolver de país que se vuelven precarios por la falta de interés de quienes nos han desgobernado, independientemente del color político o de la “ideología” y que data de hace 200 años y los años y meses que preceden a tan representativa fecha.
La declaración
constitucional del estado de bienestar está ausente de ser real desde un
bicentenario y más. Las carencias en materias de seguridad, en educación, de salud,
entre otras carencias siguen siendo una deuda
de estado. De igual, la prometida e incumplida instalación de una comisión internacional
de lucha contra la decimonónica corrupción sigue siendo parte del paquete de publicidad
engañosa que se hace real, palpable y visible en tiempos de propaganda electoral.
En este tema no debemos olvidar que una amplia mayoría de quienes desaparecieron
la MACCIH, son quienes hoy prometen “luchar” nuevamente contra la corrupción en
la versión más lábil posible.
El 2023 se ha ido
y también las “esperanzas” de un mejor país como las promesas de campaña
electoral, ahora truncadas por la inoperatividad de un Congreso Nacional que
vive su propio “vacatio legis” de más de 100 días, patrocinado por la
incapacidad por “default” u origen de quien en su particular prototipo, hoy
gobierna, sin gobernar y por el desinterés de quienes le patrocinan de ocupar
un espacio ajeno, pero útil para los propósitos aviesos de siempre que
adicionalmente, no tienen ideología.
Para el hoy en el 2024
retorna la lista de deseos para alcanzar las respuestas a los rezagos
estructurales de siempre, aunque ausentes de la agenda política de los partidos
políticos que desgobernaron y de los que desgobiernan, aunque las esperanzas de
que se interesen por el país, como el mejor de los escenarios, y no solamente
en sus intereses grupales o los personales, por obligación y no por convicción -porque
es materia ausente- como ha sido la insana costumbre por estas coordenadas
Para el 2024 no
debemos descartar que se repitan los escenarios más desconsoladores que
promueven quienes detentan el poder y quienes ayer lo detentaron y hoy lo extrañan.
Sin embargo, quedamos a la espera que la estadística permita la ocurrencia de escenarios
de compromiso, de mejora y de respuesta a las deficiencias estructurales como
excepción a una enorme regla que nos ha condenado y condena a forjar las honduras
y sus baches que nos detienen y entretienen en modelos circenses, en conductas primigenias
autoritarias y en todas esas malas conductas propias de “monigotes” que fingen
demencia, cuya acción es y de repente, continuará siendo impunemente-impune independiente de las formas legales y
debidas o de la modalidad interina, esta última como regla y no como excepción.
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
01
de enero de 2024
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