de la probidad

La palabra que define el titular deriva del latín probítas que significa honradez. De sus sinónimos se identifican la honradez, la honorabilidad, la honestidad, la integridad, la rectititud, la decencia y la moralidad, Entre sus antónimos, la deshonestidad y la improbidad.

Por estas coordenadas geográficas en el manejo del erario, de manera particular, es una palabra que se considera no propia de uso, por ser la contraposición a una costumbre inveterada y bicentenaria donde ha prevalecido un despilfarro y saqueo indiscrimaminado del dinero público, independientemente del reclamo ideológico de quienes han administrado y administran el estado.

A la mayor parte de funcionarios no les interesa en lo mínimo, demostrar probidad en el manejo de los presupuestos que les son asignados para la gestión pública como parte del Presupuesto General de la República y desmeritan toda decisión que implique evitar la fuga inducida de al menos el 30 por ciento de este. No en vano un vecino de allá por el Sur del país ha mencionado que el “dinero ajusta, cuando nadie lo roba”, con una máxima aspiración nacional que de momento por esta latitud y altitud es precaria y preocupante porque nos inhabilita, de verdad, para acceder a los fondos de la Cuenta del Milenio desde hace un buen par de años ya (sea desde la “narco-dictadura” o desde la propuesta refundacional o de repente, “refundicional”).

Cuenta la historia del País, de un hombre considerado probo, que accedió a la Primera Magistratura del Estado, El General José Trinidad Cabañas y a quién la realidad de ayer y la realidad de hoy no le dedica mucho espacio para recordar su memoria y sus contribuciones inequívocas por el manejo adecuado de la riqueza nacional, que le alcanzo solamente a estar en una de las dos caras del billete de diez Lempiras. Es la instancia de las organizaciones civiles como el CNA, quien apenas, pero al menos, le concede una semana en agosto para recordarle como un prócer representante de la probidad y de la honradez que le califica para ser el representante de la lucha anticorrupción no panfletaria en su acepción propagandística.

Cuando les consulta a las personas políticas, bajo el concepto de la dimensión propia del “deber ser” como ciencia, pero que contrastadas con “el ser” de sus actividades prácticas, una buena mayoría, como norma y no como excepción, reflejan una mala práxis que deriva en acciones “politiqueras”, a quién admiran, no es la figura del General Cabañas la que mayormente mencionan, denotando que la probidad no es un tema de “aceptación popular” y por lo tanto no importa, a pesar de presumir de una cierta “honorabilidad”.

Se discute actualmente el presupuesto de 150 mil millones de Lempiras de financiamiento público para realizar las elecciones

Se discute actualmente el presupuesto de 150 mil millones de Lempiras de financiamiento público para realizar las elecciones primarias, el Congreso Nacional debe aprobarlo en más o en menos proyección, pero debe ser el tiempo oportuno para exigirle al Consejo Electoral un 30% de probidad en el gasto que evite las “fugas” históricas que han engrosado bolsillos de particulares (de acuerdo con recientes expresiones públicas de una persona con pasado como legislador y otra persona con acceso muy regular en los medios de comunicación quienes han reanimado el tema como norma y no como excepción), como una buena señal de transparencia e integridad desde el cuerpo electoral en su administración y acompañado de esa determinación, por primera vez rindan cuentas (por que al ser las elecciones financiadas con dinero público, deben cumplir con la máxima de transparencia de que lo público… sea público). La aspiración y propuesta anterior como excepción y no como norma.

De igual, este debe ser un compromiso de quienes gobiernan o en sus intentos, desgobiernan, por iniciar una serie de acciones que no dejen lugar a dudas de que la lucha contra el saqueo del estado es firme y comprometido y trasciende a la premiación de los portales estatales y su publicidad que les cataloga como transparentes sin necesariamente serlo.

El camino de la probidad es muy angosto, parafraseando un pasaje de la biblia, y son pocos… y escasos, los que transitan por el mismo, pero el camino de la alta discrecionalidad y de la opacidad es muy amplio y no pocos son los que han decidido y deciden deambular por este, lamentable e impunemente-impune decisión.

Un voto no rural por la probidad, aunque sea “hackeado” desde Macedonia del Norte, Macedonia del Suro  desde donde se construyan los siguientes relatos que de no ser reales, serán ficción, en resumen.

Al cierre

La Biblia-Nueva Versión Internacional NVI

Proverbios 22:1 

Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación”.

 

 

 

 

 

Denis Fernando Gómez Rodríguez

Honduras-Centro América

15 de agosto de 2024

 

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