Honduras decide 2025
Hoy domingo 30 de noviembre, Honduras celebra una jornada electoral para elegir, en el escenario ideal, a la persona que se hará cargo de la conducción del País, en sucesión de quien hoy gobierna.
El
listado definitivo de electores, conocido como cuaderno-cuadernillo electoral,
indica la habilitación de 6.5 millones y más para que a partir de las 7 de la
mañana, se inicié el proceso electoral que DEBE ser gestionado bajo indicadores
de integridad electoral, para posteriormente ser catalogado como democrático o
no.
La
encuesta de hoy responderá a una pregunta que ninguna de las “encuestadoras”
realizó y es, si el hartazgo del 2021: (1) ha disminuido, (2) se
mantiene o (3) ha crecido. Las personas entendidas en los asuntos de números
y proyecciones de participación indican un rango de participación entre 60%-65%,
contrastado contra aproximadamente el 69% de la participación del proceso
general del 2021.
Honduras
decide, por lo tanto, el reto para el País es que los ciudadanos-electores no
solamente voten, también elijan. Lo anterior, considerando la tradición oral a
manera de denuncias, que las elecciones se deciden en la Junta receptora de
Votos al contar los votos, llenar las actas y transmitirlas y en el Consejo
Nacional Electoral al momento del escrutinio general y posteriormente
oficializadas en la declaratoria del próximo 29 de diciembre de los corrientes,
un mes después del evento comicial.
Vale
recordar que de cada 10 ciudadanos hondureños, 4 a 5 no son de ningún partido
político y que es este grupo poblacional el que dará la respuesta, si el
hartazgo político disminuyó con el accionar errático de quienes intentan todavía
gobernar y eventualmente, podrían someterse a consideración ciudadana una
continuidad del intento de gobernar (o de seguir desgobernando); o determinarán
con su voto, si el hartazgo continúa siendo el mismo del 2021 o en el peor de
los escenarios, aumento. En ambas condiciones, se presume un voto contra la
continuidad de un proyecto de refundar el país y buscar volver al pasado
anterior o a un pasado lejano de 20 años.
Por
acá, los escenarios para nuevas fuerzas como el PINU-SD son inexistentes para concederles
la tarea de gobernar y con la amenaza latente de ser de inscritos, si no
consiguen al menos un diputado (de 128) o un alcalde municipal (de 298).
Una
de las consideraciones a manera de prospección, es que el sistema de partidos
políticos en Honduras y de manera particular, el sistema político electoral,
están en zona de riesgo ante una implosión porque se van “rompiendo” interno cuya
presión es inferior a la externa y DEBE provocar la actualización del mismo con
reformas profundas que respondan los vacíos por omisión perniciosa y las
exigencias de la modernidad y de la constante del desarrollo organizacional que
lo único constante es el cambio y éste, debe administrarse adecuadamente.
Honduras decide, por lo cual, esperamos que en unas horas la ciudadanía acuda a votar, como ha sido un patrón de conducta que confirma la regla de participación y la excepción sea que el CNE haga respetar la aplicación de la ley y el cumplimiento de las condiciones técnicas que definen la integridad electoral y los partidos políticos respeten la ley, la autoridad electoral y a los ciudadanos electores que han votado por ellos, pero también a los ciudadanos electore que decidan no hacerlo.
Que
la elección de hoy 30 de noviembre sea una fiesta electoral que se desarrolle
en paz y las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se confundan cuando en su afán
proselitista, partidario-partidista y sectario como ahora estilan, intenten
boicotear el proceso electoral hasta las 5 o 6 de la tarde y no interfieran con
el cumplimiento de la ley electoral, en relación con el escrutinio público de
los votos. En el escenario de ejecutarse un fraude, ganará un partido político,
pero perderá la población en general, incluyendo los 4-5 de los ciudadanos
electores que en breve se pronunciarán sobre si el hartazgo político,
disminuyó, se mantiene o ha crecido. Honduras decide y lo más significativo es
que quiénes votarán en el cumplimiento de los derechos políticos, serán
únicamente sus ciudadanos-electores, con sus valoraciones producto de sus
experiencias favorables o no. Caso contrario a las personalidades foráneas de allá
y de más allá, que como acostumbran en tiempo de elecciones “votan, sin votar”.
Honduras
decide y merece un voto de buena fe (no la buena fe de los hospitales móviles de
don Juan, que recientemente ha tomado la palestra pública de un supuesto
indulto) para que la elección de hoy cumpla con los requerimientos técnicos que
aseguren la integridad electoral y la consecuente declaratorio por las misiones
de observación electoral de la Unión Europea y de la OEA, como elecciones
democráticas. Sin dejar de mencionar que si no es real, es ficción o
entelequia.
Al cierre
“Si
nadie se metiera donde no le llaman, el mundo iría un poco más deprisa”.
Alicia
en el País de las Maravillas
Denis Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro América
30 de noviembre de 2025
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Pulso de la Nación-primera parte: de la
democracia criolla ¿ficción o realidad?
Pulso de la Nación-segunda parte: de la
democracia electorera ¿ficción o realidad?
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