De la cooperación internacional como “ortesis”, pero no como “prótesis”
De uso en medicina ortopédica “la prótesis es una extensión artificial que reemplaza una parte del
cuerpo que no existe bien por amputación o agenesia (desarrollo defectuoso). Se
emplea para sustituir la función del miembro que falta, pero también realiza
una función estética…”
En cambio “las ortesis
son un apoyo u otro dispositivo externo aplicado al cuerpo para modificar los
aspectos funcionales o estructurales del sistema neuromusculoesquelético”.
En las coordenadas que
habito, quizás por “legado” de la conquista colonial, se acostumbra que las
personas foráneas tienen mayor credibilidad en sus opiniones y conocimientos que
las personas nativas. La descalificación de los “pares connacionales” es la
norma y no la excepción.
Como conducta histórica
el vestir del color ocre-medio es muy común y esa moda no tiene ideología. La
descalificación prematura del contrario por razones sectarias-partidistas es
una condicionante de atraso en el cual nos “desarrollamos” ¿si es verdad que
estamos en vías de desarrollo?
Es más fácil “creer” en
los foráneos que en lo locales (casi evocando los cuadros de la conquista
cuando se intercambiaban espejos por ”confianza”). Ese descrédito y
descalificación del contrario, la falta de tolerancia hacía las personas que no
piensan igual que nosotros, entre otras “virtudes”, generan relaciones de
desconfianza de la desconfianza, especialmente en niveles los políticos y electorales.
La incapacidad del
diálogo no monoaural, de ser dialécticos o al menos intentarlo, nos polariza y “extrema”
al grado de necesitar intermediaciones o “tercerizaciones” que “interpreten”
los ininteligibles sonidos que se emiten desde posiciones y prácticas “cuasi
cavernarias” que de igual, no tienen ideología.
Esas incapacidades
históricas ocasionan que la cooperación internacional deba instaurar organismos
que ante la inoperatividad y omisión perniciosa histórica de las entidades
locales que llaman “institucionalidad”, se erijan como “ortesis” para hacer al
menos las “muecas”, que asomen más acciones concretas en la búsqueda de
soluciones al combate de la corrupción y la impunidad que no desde siempre y
por lo pronto, tampoco tienen ideología.
Política y
electoralmente hablando, después de un proceso comicial ejemplar por la
participación de la ciudadanía que todavía cree en asistir a votar para elegir
libre, secreta y transparentemente a sus gobernantes ¿…? nos encontramos en una
crisis final (digo yo) del sistema político-electoral que desde ya años
transita por crisis debido a que "lo viejo muere y lo nuevo no puede
nacer". Lo anterior sumado a la "ausencia magistral y suprema" de información oportuna de
los resultados preliminares ha ocasionado que dos de los candidatos hayan sido
dominados por su “incontinencia verbal” anosognósica y se autoproclamaron de
manera anticipada, vencedores de la justa comicial, generando incertidumbre en
el colectivo nacional y creando escenarios de crisis que lindan con la “ficción”,
pero que en aras de la prevención causas interrupción de clases en escuelas,
colegios y aún trabajos.
A la fecha, día y hora,
ha tenido que ser la cooperación internacional la que intenté mediante un
escrito firmado por los dos aspirantes a gobernar la Nación (uno que funge) al
que llaman “acuerdo” para respetar los resultados electorales finales que debe
brindar el colapsado supremo que se llama Tribunal. Ese acuerdo me recuerda al
del 2013, firmado, pero no cumplido y convertido en papel mojado.
Considerando lo
anterior la cooperación internacional debe seguir jugando su papel de “ortesis”
ante la incapacidad nativa de diálogo civilizado, unos más “primigenios” que
otros, pero ambos culpables (para pelear se ocupan dos), del respeto a la ley y
peor del irrespeto y violación sistematizada e histórica de la Constitución de
la República, elevada a la categoría de “librito” por un representante
incondicional de uno que funge y a la vez aspira.
En espera que la tesis del
incumplimiento del acuerdo por “incontinencia” sea vencida y que no exista más
silencio supremo magistral que ocasione como disfuncionalidad que la
cooperación de su función de “ortesis”, pase a la de “prótesis” y entonces
proclame ¿…?
Como escribe Gaspar V: “La
anosognosia política… y electoral” (añado yo) no tienen ideología… ¡plop!
Denis Fernando Gómez
Blandín
29
de noviembre de 2017
3
años después de desocupación, perdí mi “TPS” patrimonial
Comentarios
Publicar un comentario