Sin lugar en el mesón
Nos describe la escritura en el segundo capítulo del libro de San Lucas, que en aquellos días se promulgó un edicto que obligaba a la población a empadronarse para efectos de definir el censo de la población. Esta razón provocó que José junto con María su esposa embarazada se encaminará a Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llamaba Belén, por cuanto era de la casa y la familia de David, para cumplir con el mandato de empadronarse, cumpliéndose a cabalidad la profecía que tiempo atrás había adelantado el Profeta Miqueas en el capítulo 5, versículo 2, anunciando que de la pequeña Belén saldría el Señor en Israel.
Continúa relatando el segundo capítulo de San Lucas
que habiendo José y María llegando a Belén, se cumplió el tiempo para dar a luz
y al no haber encontrado espacio en el mesón, lo envolvió en pañales y lo acostó
en un pesebre.
El cumplimiento de la
profecía acerca del nacimiento de Cristo que sería concebido por una virgen
como lo señalo Isaías en el capítulo 7 y el versículo 14, sucedió en
condiciones normales, sin los lujos que los gobernantes de la época exigían
como protocolo de la realeza. El evento en mención marcó la historia mundial dividiendo
el tiempo antes de Cristo y después de Cristo.
Una de las enseñanzas que
podemos identificar es que el nacimiento
del Salvador, que es Cristo el Señor (San Lucas 2:11), sin extravagancias o excentricidades-lujos y sus
excentricidades-lujos, confirman la sencillez del evangelio de Cristo y constatan
el impacto del testimonio de quien no vino a ser servido, sino a servir, en la
vida de los creyentes que al conocerle personalmente, han cambiado y siguen
cambiando su estilo de vida.
¿Ya ha tenido una
experiencia personal con Cristo o todavía no existe espacio disponible para que
él nazca en su corazón?
Cristo continúa naciendo
en el corazón de aquellos que le hace espacio en sus corazones, no
solamente en estas temporadas de
celebración que deben trascender del mero mercadeo comercial, de la evocación del
casi común llamado “espíritu de navidad”, que no tiene sustento bíblico y
obedece a otras creencias alejadas de las escrituras y estando sobrios-conscientes
no olvidemos el verdadero sentido de la época, del cumplimiento de la profecía
mesiánica , de la trascendecia de la adoración de los magos, de la ausencia de
espacio-cupo en el mesón y del impacto del mensaje emitido desde el pesebre.
Al
cierre
Lucas
2:11-14
“que
os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un
pesebre”.
Denis
Fernando Gómez Rodríguez
Honduras-Centro
América
20 de
diciembre de 2023
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