Valores democráticos, valor agregado de la democracia
Publicado en Diario El
Heraldo en 2013
Los valores democráticos:
Valor agregado de la democracia
Por: Denis Fernando Gómez
Rodríguez
(Magistrado Suplente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras
2009-2014)
De acuerdo con la evaluación ciudadana de las
democracias del Continente Americano que realiza el Barómetro de las Américas,
cada día existe mayor insatisfacción o descontento con la democracia conocida y
practicada en la región.
Lo anterior es resultado de la entropía organizacional misma, entendiendo la anterior, como el mecanismo
administrativo y gerencial de desgaste por gestión, sea ésta buena, aceptable o
mala, lo cual genera y provoca como necesario y oportuno, que los organismos
electorales diseñen y produzcan propuestas orientadas al fortalecimiento del
sistema democrático a través de la construcción de ciudadanía, como respuesta a
la escasa (en el mejor de los escenarios), o en su defecto, la ausencia total de
esfuerzos sistemáticos desde las instancias gubernamentales para generar cohesión
social, mediante el involucramiento activo y directo de la ciudadanía para
trascender entonces, de las prácticas inveteradas de la “mecánica electoral” y
sus valoraciones cuantitativas (por ejemplo, censo nacional electoral, participación
de votantes, urnas, votos válidos, nulos y blancos, entre otros), a darle
también, importancia a las valoraciones
cualitativas que promocionen, divulguen y respeten los valores democráticos
como “valor agregado” de la
democracia.
Sin duda alguna, bajo el concepto decimonónico de
que “democracia es igual a elecciones”
identificada también como “democracia
electorera”, con sus estigmas, donde las constantes acusaciones e
insinuaciones o “especies” de denuncia por falta de transparencia, por fraudes
o dolos, por falta de inclusión, de falta de respeto y falta de responsabilidad,
entre otras debilidades recurrentes y permanentes que son afines, sin importar
la ideología desde la cual se administra el Estado y desde la que se ejerce
“oposición” al mismo.
En ambos casos se requiere que los entes
electorales del Continente, a nivel general y en particular el organismo
electoral nacional, presten especial atención al diseño, la producción y la
divulgación de campañas mediáticas de valores democráticos como: la
responsabilidad, el compromiso, el respeto, el diálogo, la participación, la
inclusión, la equidad, la igualdad, la paridad, la tolerancia, la pluralidad,
la transparencia, la honestidad, la confianza, la solidaridad y la justicia, a
través medios de comunicación masivos tradicionales y ahora, alternativos
digitales como los de web 2.0.
El propósito de la propuesta es que los valores
democráticos trasciendan del mero valor placebico, por momentos, y
eventualmente fortalezcan y consoliden la democracia que debe idealmente, contar con partidos políticos robustos, fuertes,
congruentes, serios, comprometidos con la democracia, estables y sobre todo,
creíbles; enmarcados en el respeto al Estado de Derecho y en un espacio
político-electoral que garantice alternancia en el poder, así como, el acceso
universal, libre, directo y secreto del voto; como prevención, en el mejor de
los escenarios, o como antídoto en contra de la proliferación del síndrome de modelos
“mesiánicos” que en su momento utilizan e “instrumentalizan” y a la vez, de
manera paralela y simultánea, niegan la democracia misma.
Conscientes de ese hecho, la Fundación alemana
Konrad Adenauer, apoyó en su momento (años 2010-2011), la conceptualización de una
Campaña de Valores Democráticos, a nivel regional, con los organismos electorales de Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá,
en formato de dibujos animados. Al final, del proceso de conceptualización, se procedió
a la búsqueda de recursos económicos para la producción regional, esfuerzo que
no se logró por dificultades con el financiamiento interno y por inconvenientes
con la salida de divisas de la mayoría de los países involucrados en el
proyecto.
Al final del esfuerzo colectivo regional, el Tribunal Supremo Electoral de Honduras,
gestionó en el año 2012, con el Programa de Naciones Unidas en Honduras y
fondos del Gobierno y pueblo Estadounidense, la producción local contextualizada
de anuncios radiales, materiales impresos y anuncios de televisión, difundidos posteriormente
con recursos propios institucionales durante un mes, en medios de comunicación
tradicional y alternos como la web 2.0 (www.tse.hn).
Como estrategia adicional, el proyecto de
capacitación electoral del Tribunal Electoral incorporó los contenidos de la
campaña, en los diferentes diseños de los materiales electorales y de
accesorios relacionados con la misma en ocasión de los pasados procesos
primarios e internos en el 2012 y del proceso general en el 2013.
A la fecha, la divulgación de la campaña nacional
de valores democráticos, no alcanza todavía ni el patrocinio necesario, menos la
“viralidad” o el éxito esperado, debido a que la estructura mental de la
mayoría de actores y actrices de la democracia local nacional, se orientan a la
fiel “tradición” electorera como máxima reduccionista.
Adicionalmente, resulta curioso que esa “estructura
de pensamiento local” ha permeado y permea, en su mayoría, a la cooperación, al
pasar desapercibido y sin valor e importancia, cualquier apoyo directo e
indirecto para este tipo de campañas de efecto cualitativo.
El tema de valores democráticos es uno de los temas
del valor agregado de la democracia; lamentablemente “invisibilizado” por los actores y actrices directos de las
democracias nacionales, regionales y continentales; de sus administradores institucionales
y sus cooperantes, con excepciones que obviamente, confirman la regla.
Sin duda, la promoción de los valores democráticos
y mejor aún, la práctica cotidiana de los mismos, se constituyen en una oportunidad
revitalizante-vigorizante, además, “neguentrópica”,
desde el punto de vista del desarrollo organizacional, como factor revulsivo a
los efectos de la “entropía” que hoy aflige a la democracia con partidos políticos
y que pasa por uno de sus momentos no muy gratos.
Sirva entonces este tema para intentar persuadir a los partidos
políticos legalmente inscritos, a los que buscan en el corto y mediano plazo su
inscripción como tales, a la civilidad y sus variados conglomerados
poblacionales, al Estado mismo, a los medios de comunicación tradicionales y
alternativos, al ciudadano/a sin representación alguna y a los colegas Magistrados
para traer a la discusión interna de los organismos electorales y a la
discusión regional, la promoción de valores democráticos como ejes temáticos del
currículo invisible de la democracia y producto de la dialéctica de la
discusión: el apoyo, la divulgación y la promoción de los mismos. Sin olvidar a
don Justo, el entrenador del equipo “juego limpio” que nos recuerda que con
valores democráticos todos ganamos.
Tegucigalpa, M del D C, diciembre de 2013
Referencia
Consultas a la Campaña nacional de valores
democráticos en www.tse.hn, en el
enlace de la misma, encontrará ejemplos de las cuñas radiales, afiches y los
tres anuncios de 30 segundos de duración, para televisión.
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