del año uno

Ayer 13 de agosto, cumplí el primer año de publicar mi opinión en este "blog"/bitácora. Por alguna razón que puede ser entre otras, la edad, confundí el 13 con el 14 y hoy un día después reaccioné.

Por ocho y medio años fungí como servidor público, en el último de éstos, tuve la oportunidad de que medios de comunicación (dos de cuatro de circulación nacional) publicaran mis primeras opiniones; después del vencimiento de mi función pública, ya no fue posible encontrar espacios; el ostracismo había llegado con ímpetu, hasta que en esa fecha 13, decidí habilitar este espacio para publicar mi opinión de temas democráticos, sin depender de terceras personas. A la fecha no creo que sea un comentarista consumado, probablemente me quede y esté, por lo pronto a nivel de documentalista ¿?, pero de una condición me he asegurado y es la de intentar/tratar/pretender ser veraz y no imparcial (emulando a mi propio estilo –permeado por mi cosmovisión personal y contexto como dirán los sociólogos- a una periodista reconocida de una cadena de noticias internacional que se define de tal manera).

¿Por qué no pretendo ser imparcial?, porque en el ámbito público donde fungí por ocho años y medio de manera consecutiva, entendí que priman y se privilegian desde una práctica histórica que no tiene ideología, la "relatividad moral-política", “las medias verdades y las medias mentiras”, “los placebos que no resuelven, pero “adormecen”, entre otras argucias y subterfugios.

A un año de publicación de mis opiniones, sigo pensando que la inclusión y la pluralidad son los placebos, que debemos vencer para que un día la democracia sea plena y por lo tanto, real (no cosmética, no ficticia, no placébica, tampoco ideologizada, ni instrumentalizada). Abogo por los derechos de las personas con discapacidad; por los valores democráticos, que se promulgan a viva voz, pero se niegan con tropelías (un ilustrado me aconsejó que me olvidará de seguir hablando de ese tema ¿?); de la necesidad de educarnos en democracia, porque de la ignorancia de las mayorías no educadas, subsisten las minorías privilegiadas y muchos otros temas más que he plasmado en 74 ocasiones durante 12 meses.

Con la relectura, he recordado momentos de mi educación con “Fábula”, con el “Rey desnudo”, con “el tonto y la moneda” y con “el flautista de Hamelin”. De todos estos he decidido que personaje emular en mis hechos y actos.

De igual, he recordado mis tiempos de formación de posgrado con “Pensamos en tí” (en Desarrollo Organizacional) y con los adagios de la vida diaria, la común; la no académica, menos científica, pero que siempre enseñan una verdad y esa verdad lamentablemente, siempre desnuda la farsa del sistema que nos cobija y que nos consume sin importar la ideología.

Agradezco a quienes me leen. De acuerdo a los reportes, los diez primeros por el orden: Estados Unidos, Honduras, Alemania, Francia, Eslovaquia, Rusia, Irlanda, Chechenia, Países Bajos y Singapur, después siguen otros países en cada Continente, que se suman de a poco (pero suman). 

A todos/as los lectores, gracias por dispensar de su tiempo, para conocer de mi opinión. La misma genera una lista de los artículos más leídos donde sobresalen: “El Rey desnudo y…”, “de la educación en democracia”; “de donde los partidos políticos nacen, pero no mueren”; “de la lucha contra la corrupción y la impunidad…”; “Los placebos no tienen ideología” entre otras cinco que alcanzan el “el top diez” .

Entiendo que mis escritos tienen la oportunidad de informar y de crear espacios de “diálogo”, donde prevalezca la dialéctica y el lector o lectora haga su propio resumen; ese, que nos cuesta como personas y que nos desnuda en nuestras bajezas, donde casi siempre hay argumentos de denuncias, sin fundamentos y casi nunca, existen fundamentos para los argumentos. ¡Esta precariedad no tiene ideología!  

También entiendo, que mis opiniones puedan generar incomodidades (por lo tanto, eventualmente generar sugerencias de “amenazas” para silenciar la antítesis) en aquellas personas que se sienten identificadas con la conducta histórica de la opacidad, de la corrupción, de la impunidad y de la incontinencia de no respetar la Constitución, práctica que desde siempre y a la fecha, día y hora que escribo, no tienen ideología.

Hago eco, hoy del poema del brasileño Mario de Andrade, titulado:
Lealtad con uno mismo.
Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables, donde se discuten estatutos, normas, procedimientos y reglamentos internos, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar a personas absurdas que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a manipuladores y oportunistas.
Me molestan los envidiosos, que tratan de desacreditar a los más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Las personas no discuten contenidos, apenas los títulos.
Mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa…
Sin muchos dulces en el paquete…
Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos.
Que no se considere electa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las personas…
Gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con toques suaves en el alma.
Sí… tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los dulces que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.”

Agradecer de igual a 70,140 visitas que ha tenido mi “blog”/bitácora en este tiempo. Sin olvidar que a un año debo recordar con mayor énfasis, entre otros, que:
¡Las decisiones democráticas son las mejores!
¡La corrupción y la impunidad, no tienen ideología!
¡La violación de la Constitución, no tiene ideología!
¡Los placebos, no tienen ideología!
¡La anosognosia política… y electoral, no tiene ideología!

En espera de escuchar y ver, un día que un partido político mayoritario… ¿o minoritario? (de maletín o no), esgrima como consigna partidaria de campaña y propaganda
¡el deseo de respetar la Constitución de la República, por una sola vez, como en Estados Unidos! y cuando esto suceda ¿?, no taparme los oídos, ni sacarme los ojos.



Denis Fernando Gómez Rodríguez
14 de agosto
Un día después de 12 meses vigente electrónicamente



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