De las credenciales con nombre y apellido ¿...?

El Presidente del partido oficialista que gobierna y pregona su estribillo de “la reelección presidencial inmediata por una sola vez, como en Estados Unidos”, se presentó ante el ente rector electoral para solicitar en nombre de su candidato que se reelige, que las cerca de 36,000 (treinta y seis mil credenciales) para las mesas electorales receptoras lleven el nombre y el apellido impresos. 

En respuesta inmediata/automática de la solicitud oficialista, apareció el expresidente (a quien de igual al mandatario vigente, le asiste todo el derecho para reelegirse de acuerdo al procedimiento “aceptado” y de igual “resignado”, especialmente por los partidos políticos de la oposición y de aquel que como el “oasis” fue, pero ya no es) reclamando la autoría de la solicitud, bajo el principio aquel de que “el primero en tiempo, primero en derecho”, para que el ente rector electoral, obligue ¿…?  a los diez partidos en contienda (5 a 6 de éstos, en su condición de “rémoras” del que gobierna) a que sus credenciales se homologuen con nombre y apelido para que se venza la opacidad y discrecionalidad de las credenciales en blanco.

Para el mencionado personaje, en esencia y como de costumbre, cumple con el dicho que con la propuestaoficialista, “si enchuta pierde y si no enchuta, también”, por lo tanto, considera la propuesta de hoy es una trampa mortal, a la cual hay que oponerse ¿con razón o sin ella?, con el afán mediático de “estar a favor de los que están en contra y estar en contra, de los que están a favor”, como un juego histórico inveterado que busca alcanzar los niveles más mediáticos posibles.

En el 2012, en las elecciones internas del partido gobernante ¿o del gobernante?, el mismo intento, generó en su inmediato contrincante, la declaración a los cuatro vientos que “nunca daría los nombres de las personas que le representarían en las mesas, porque el Tribunal Supremo Electoral, se las facilitaría al oponente". Lo anterior refleja, la desconfianza al 200% con la que hoy se administran de manera compartida la mesa electoral receptora de votos (con los partidos políticos), como una disfuncionalidad del sistema político electoral, única en el Continente y con bastantes probabilidades de ser también, única a nivel mundial.

Con la polarización de los temas y los procedimientos electorales que se gestionan por parte de los partidos políticos, un principio de transparencia indubitable, desde la iniciativa de los partidos minoritarios, será que las credenciales en blanco que reciben y no utilicen por falta de representantes (como suele la costumbre) sean devueltas de inmediato al Tribunal Supremo Electoral y se venza con esa acción concreta los argumentos, pero también los fundamentos de la compra-venta de credenciales en el mercado “persa electoral” por parte d elos partidos de "maletín".

La sensación térmica del “clima político-electoral”, se eleva y elevará a medida se venzan los plazos del cronograma electoral. De lo anterior, el ente rector electoral constitucional y los partidos políticos, deben comprometerse en aras de la paz y la concordia, para colaborar obedeciendo y cumpliendo la ley electoral como una acción propia de termóstato y no provoquen que sus acciones de omisión de la normas sean apenas termómetro ¿? que provoquen temperaturas de o arriba de 40 grados centígrados, causal suficiente para que el sistema convulsione ¿…?

¡La corrupción y la impunidad no tienen ideología!... ¡La opacidad y los “secretos”, tampoco tiene ideología!

Denis Fernando Gómez Rodríguez
8 de agosto de 2017


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