De la Misión de observación electoral de la Unión Europea y sus recomendaciones
La
Unión Europea participó, por primera vez en las elecciones generales del 2013, con
una misión de observación electoral de largo plazo. La misma se conformó con
técnicos expertos en diferentes campos que presenciaron cada una de las etapas preelectoral,
electoral y postelectoral.
Como
resultado de estancia y trabajo en el país, plasmó en su informe final, una
serie de recomendaciones para que los poderes del Estado, las autoridades
electorales, los partidos políticos y las diferentes organizaciones de sociedad
civil, realizarán cambios en el sistema electoral hondureño con el propósito de
fortalecer el proceso comicial, en respuesta a las debilidades y amenazas restringentes
del mismo.
En la administración
electoral,
las recomendaciones para fortalecer la confianza de los partidos políticos y de
la opinión pública en general hacia la administración electoral, marca la
necesaria despolitización del Tribunal Supremo Electoral.
Lo
anterior, implica un cambio del patrón de conducta legislativo, al realizar los
nombramientos de acuerdo a criterios legalmente establecidos de neutralidad política
y competencia técnica; bajo un mecanismo inclusivo y responsable que incluya,
el establecimiento de un comité de selección o postulación compuesto por una
amplia gama de miembros de la sociedad civil que, tras un análisis de calificaciones
y trayectoria profesional, propongan candidatos/as idóneos/as para su elección
por mayoría calificada.
Similar
al proceso de la elección de autoridades máximas, sería el de los funcionarios en
los departamentos y municipios del país, bajo criterios de meritocracia y a
través de un proceso público. Como ejemplo, la Misión, identifica el
reclutamiento de custodios electorales, como un precedente positivo en la selección
de administradores electorales neutrales.
El
informe, considera como necesario que esa despolitización, llegue a las mesas electorales
receptoras, para que los miembros (hombres y mujeres) no sean más, propuestos por
los partidos políticos, pero en su defecto, los mismos, nombren representantes
con funciones de supervisión, limitados a un representante por cada mesa electoral
receptora de votos y clara y debidamente identificados.
En el sistema electoral, el informe de la
Misión, propone que los escaños en las diputaciones al Congreso Nacional, mantengan
el respeto al principio de igualdad del voto y que la Ley Electoral vigente,
estipule una fórmula para la asignación de escaños por departamento e identifique
como un mecanismo para actualizar las cifras de acuerdo con los datos más
recientes de población o de votantes.
Del
sufragio activo, la intención es subsanar la debilidad del sistema actual, que
excluye a un gran número de ciudadanas y ciudadanos fuera del proceso. Para lograr
mayor inclusividad, se debe considerar medidas para garantizar el voto de los
discapacitados, de los hospitalizados, de los detenidos sin sentencia y de los
estudiantes de las academias militares y de policía. Sin olvidar la
reconsideración de modificar los preceptos constitucionales que no permiten el
voto a las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad.
Las
recomendaciones incluyen el padrón electoral y la cedulación, para asegurar un
censo de votantes preciso y fiable. Lo anterior, considera la propuesta del Registro
Nacional de las Personas, para realizar un nuevo censo desde cero o en su
defecto, llevar a cabo una depuración y actualización profunda del existente,
que subsane el porcentaje de subregistros de fallecidos en el censo y que los emigrantes
se registren de nuevo si vuelven a residir en el país.
De
igual, debe modernizarse el sistema de tarjetas de identidad, asegurando que
las personas en edad, tengan una sola. Con la medida coadyuvante de erradicar
la práctica de distribuir tarjetas a través de los partidos políticos. Un
Registro Nacional de las Personas, modernizado y actualizado, servirá no solo
para propósitos electorales, sino también, para el diseño e implementación de
una amplia gama de políticas públicas.
En
la temática técnica de la observación
electoral, el Tribunal Supremo Electoral debe mantener la práctica del
cumplimiento de los indicadores internacionales que fortalecen la transparencia
comicial.
El
informe de la Misión de Observación, establece que a nivel del manejo de quejas, impugnaciones, recursos y delitos
electorales, el país, debe considerar la utilidad de desarrollar y divulgar
un marco exhaustivo que asegure a los partidos políticos, la opinión pública
general y las instituciones relevantes, dónde y cómo se pueden presentar
reclamaciones desde el censo de votantes, la campaña, el proceso de votación y
los procesos relativos a los resultados y el establecimiento de plazos para
resolver las reclamaciones. De suma importancia que el Ministerio Público
fortalezca la capacidad de investigación del Ministerio Público, de modo que la
Fiscalía de delitos electorales investigue con celeridad y de forma imparcial e
independiente.
A
nivel de los partidos partidos políticos,
la Misión de observación, recomienda que en aras de la igualdad de
oportunidades, se acuerden cambios legislativos que limiten la duración de la
campaña electoral, fijen un límite al gasto, transparenten las fuentes de financiamiento
y sancionen a los infractores de las normas en esta materia.
Para
un control efectivo del gasto de los partidos, la recomendación indica que el Tribunal Supremo Electoral, sea el único
autorizado para contratar publicidad electoral. Cualquier violación de las
normas de financiación de campaña o de las leyes en materia de transparencia de
la información pública, habría de ser sancionada dentro de los límites de la
campaña electoral.
Sobre
los Medios de comunicación, la
recomendación se orienta a la
prohibición de la propaganda institucional del gobierno durante la campaña
electoral, porque los partidos oficialistas se benefician indirectamente de una
mayor visibilidad, que pagada con recursos públicos.
De
igual, deben adoptarse criterios legales para asegurar que la publicidad institucional
se reparta de modo equitativo y no discriminatorio entre los diferentes medios
de comunicación y sería conveniente que el uso de las cadenas nacionales, se
limiten a situaciones de emergencia o de interés nacional ¿…? al menos durante
la campaña electoral.
En
aras de un mayor equilibrio en el acceso a los medios, recomienda la
introducción de medidas normativas que garanticen una cobertura equitativa del
contenido informativo en los medios de comunicación electrónicos públicos y
privados durante la campaña electoral. Con ese mismo fin, la Misión recomienda
a los medios la adopción de estándares voluntarios que fomenten una cobertura
equilibrada de las campañas.
Acerca
de los pueblos indígenas y
afrohondureños, para garantizar la participación política libre e
informada, es recomendable que el Tribunal Supremo Electoral, traduzca la
información electoral a las lenguas maternas de estas comunidades, para la
comprensión pública del proceso, reconociendo así el carácter pluricultural y
multilingüe de Honduras.
Acerca
de la participación de la mujer, sería
aconsejable considerar mecanismos que dotaran de mayor eficacia en la práctica
a los porcentajes fijados en las cuotas. Asimismo, es recomendable que se
potencien las campañas de educación al votante dirigidas a mujeres,
especialmente rurales, indígenas, afrohondureñas, y jóvenes.
Para
la Misión, el Tribunal Supremo Electoral, debe promover a un mayor número de
mujeres a los niveles superiores de la administración electoral y que el
Congreso Nacional introdujera criterios de equidad de género en la designación
de los propios magistrados.
Sin
duda, las recomendaciones y su aceptación, en caso de ser favorables las
decisiones políticas, deben convertirse en reformas electorales que solucionen un
problema y no deben entonces, responder a ningún interés coyuntural, de manera
grupal y menos de interés particular.
De
las recomendaciones de la Misión de observación electoral de la Unión Europea–que
técnicamente no son obligaciones- se han considerado solamente las orientadas
al financiamiento de partidos políticos y de campaña, las de inclusión
electoral orientadas a la participación
de las personas con discapacidad y en una leve medida las de la
participación de las mujeres del 40% al 50%. El resto de recomendaciones
(mayoría) no han sido observadas a la fecha y quedan en suspenso y con visos de
que no ocurrirán en el futuro inmediato, ni en el próximo; salvo que existan “motivaciones
externas”, de última hora (que vengan desde los organismo de cooperación
internacional) que las hagan realidad. ¿Será lo anterior posible?
Denis Fernando Gómez
Rodríguez
19 de noviembre de
2016
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